Hambre en Colombia supera el
promedio de América Latina
Casi
13 de cada 100 colombianos sufren de problemas de hambre. El promedio en
América Latina es 7,7.
Mientras
el 7,7 por ciento -en promedio- de la población latinoamericana sufre problemas
de hambre y, por ende, de desnutrición, en Colombia es el 12,6 por ciento.
Las cifras las reportó la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), en su informe Panorama de la seguridad
alimentaria y nutricional 2012 en América Latina y el
Caribe, publicado ayer, que trae para el país una mala y una buena noticia.
Si bien el impacto del hambre en Colombia es superior al del promedio del
continente, hay una reducción de 6,5 puntos porcentuales entre 1990 y el
presente año, pese a un leve retroceso de 0,1 puntos entre 2007 y 2012.
El hambre en América Latina y el Caribe -señala la publicación- afecta a 49
millones de personas, a pesar de que en los últimos veinte años 16 millones
dejaron esta condición.
A esto se suma que el crecimiento que han tenido las economías de los países no
se ha traducido en una disminución correspondiente de la vulnerabilidad a la
que está expuesta una parte de la población de la región.
El oficial principal de políticas de la oficina regional de la FAO, Adoniram Sanches, reconoció que
si bien la región es la que más ha avanzado en reducción del hambre a nivel
mundial, en los últimos años la tendencia en la reducción se desaceleró
producto del impacto de las crisis económicas.
Destacó que se notan avances en producción, productividad, comercio y
protección social, que han contribuido a la reducción del hambre en el subcontinente.
Por otra parte, el crecimiento económico que se ha notado en Latinoamérica
también ha sido fundamental para la reducción de la población con hambre,
que pasó del 8,7 por ciento en el 2007 a 8,3 este año, al sumársele el
grupo de países del Caribe.
Según el Panorama, hay una combinación en el aumento de los ingresos laborales
y la ampliación de las transferencias de recursos públicos a programas
sociales.
Pese a lo anterior, la FAO llamó la atención por los casos de Costa Rica,
Guatemala y Paraguay. En el primero, de haberse solucionado renació el
problema, mientras que sigue creciendo en Guatemala; en Paraguay es
altamente preocupante, pues casi que se ha disparado (del 16,8 al 25,5 por
ciento de la población). Bolivia tampoco escapa a la situación, con el 24,1 por
ciento de su población con hambre.
En estos países anotados, la prevalencia de la
desnutrición crónica -esto es, baja talla para la edad- en niños menores de 5
años es de dos dígitos. El caso más aberrante se reportó en Guatemala, con el
48 por ciento, dice el informe
Brasil, por su parte, es uno de los ejemplos para seguir, ya que la ejecución
del programa Hambre Cero -durante el gobierno de Lula- contribuyó a que el
índice bajara de 7,8 a 6,9 por ciento.
Ahora, como factor externo, la FAO atribuye al vaivén de los precios de las
materias primas, como maíz, trigo y soya, las variaciones locales del valor de
los alimentos; uno de los últimos 'sacudones' se debió al intenso verano de
mitad de año en los Estados Unidos, que incidió en el llamado índice de precios
de los alimentos de la FAO, que volvió a subir, luego de mantener una tendencia
a la baja.
Aunque los productos anotados no llegan directamente al plato de los
habitantes, sí lo hacen a través del pollo, el pan y las arepas, alimentos
de consumo masivo en Latinoamérica y el Caribe.
Por último, un factor que ha ayudado a morigerar el problema ha sido la
dinámica que ha cobrado el comercio intrarregional.
"Durante 2011 su peso superó levemente al del comercio con los Estados
Unidos", concluyó el informe de la FAO.
El clima agudiza el drama
Desplazamiento
y más pobreza
Los
desastres naturales también han impactado la seguridad alimentaria
de la población, mientras que la agricultura es uno de los sectores más
vulnerables a las variaciones del clima, ya que hay más riesgos de sufrir
pérdidas de cosechas y ganado, y menor oferta de recursos pesqueros y
forestales.
Durante 2011, por ejemplo, las inundaciones fueron el evento más recurrente en Brasil
y Colombia, que padecieron las consecuencias del fenómeno de la Niña. En
Colombia hubo pérdidas en 28 de los 32 departamentos. Según la Encuesta
Nacional Agropecuaria, hecha por el Dane, los
inviernos que intensificó la Niña en el 2011 dejaron 939.844 hectáreas perdidas
por inundaciones o deslizamientos.
En
la región, el hambre convive con el sobrepeso
El
sobrepeso y la obesidad constituyen problemas generalizados en la región: en la
mayor parte de los países, la obesidad en adultos es superior al 20 por ciento;
es decir que una de cada cinco personas adultas es obesa.
En el 2010, el sobrepeso y la obesidad en menores de 5 años afectaban a más
de dos millones de niños en Suramérica, a más de un millón en Centroamérica
y a cerca de 300.000 en el Caribe.
El país con mayores niveles de obesidad es San Cristóbal y Nieves (en el
Caribe), con 40,9 por ciento; en tanto México, Venezuela, Argentina y Chile
-si bien tienen buenos indicadores en desnutrición- enfrentan tasas de 33, 31,
29 y 29 de obesidad adulta, respectivamente.
Sin embargo, esos 'gorditos' de más -resultado de los malos hábitos
alimenticios de la población- tienen sus consecuencias nefastas para la salud
pública, pues contribuyen al desarrollo de enfermedades cardíacas, diabetes
tipo 2 y cáncer, dice el Panorama.
En seis países, el hambre es historia
Cuba,
Argentina, Chile, México, Uruguay y Venezuela son los seis países donde -según
las cuentas de la FAO- el hambre es ya casi historia del pasado,
pues algo menos del cinco por ciento de sus pobladores reportan algún problema
de consumo de alimentos. En estos, se destaca la oferta y la disponibilidad de
comida.
Problema de salud pública
Los
impactos de la desnutrición y, en general, de la malnutrición en Latinoamérica
-en términos de salud de la población- pueden ser graves y varían de acuerdo
con el tipo de desequilibrio de nutrientes.
Las deficiencias en vitaminas y minerales pueden dar lugar a problemas de
visión o ceguera (vitamina A), debilidad muscular, parálisis, trastornos
nerviosos, problemas digestivos, piel agrietada (vitamina B), inflamación de la
glándula tiroides, mal desarrollo cerebral (yodo), y anemia (hierro).
Las consecuencias de un exceso de nutrición también pueden ser perjudiciales
y contribuir al desarrollo de sobrepeso y obesidad, enfermedades cardíacas,
diabetes tipo 2 y cáncer.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Economía
Fecha de publicación
23 de noviembre de 2012
Autor
Juan Carlos Domínguez
Redacción de Economía y Negocios