Hospital Universitario del Valle entrenará a caleños en atención de desastres

La institución abre sus puertas a la comunidad para compartir sus conocimientos sobre como reaccionar ante un evento catastrófico. Al finalizar el año 5.000 personas habrán sido capacitadas.

"No duerman en pelota. Buscar qué ponerse en medio de un terremoto significa perder 15 segundos mientras se busca algo para ponerse encima".

La recomendación que sorprende al auditorio y hasta arranca carcajadas, es una de las prime-ras que se escuchan, en serio, desde hace una década en el Hospital Universitario del Valle, cuando empezó  a preparar a su personal médico y administrativo sobre cómo reaccionar frente a situaciones de desastres. Ahora, este conocimiento se multiplicará en toda la ciudad.

La institución se dará a la tarea de capacitar a niños y líderes comunitarios. "Se trata de un plan extensivo a la comunidad para preparar a Cali ante cualquier eventualidad", dice la direc-tora general del HUV, María Lucero Urriago.

El jefe de Trauma de la institución, Laureano Quintero, quien se encargará de coordinar las actividades relata que el ambicioso plan, que no es más que la preocupación por una ciudad ubicada en una de las áreas geológicas más difíciles del mundo, busca que al terminar el año unas 5.000 personas entre escolares adolescentes, sus familias y líderes comunitarios, sepan cómo actuar ante un desastre natural, una emergencia causada por la violencia o eventos que generen efectos sobre una comunidad amplia.

Y aunque tras los terremotos de Haití  y Chile pululan en la red mensajes que alertan sobre temblores y terremotos en la ciudad, que han sido desmentidos por diferentes organismos, esa no es la razón de ser del programa.

El médico aclara que se trata de una tarea que venía apla-zándose desde el último año y que por decisión de las directivas no tendrá más dilaciones.

"En el 2004 cuando se dio el terremoto que causó  daños a la clínica Farallones, vimos como esta institución se vio sometida a una compleja situación y se vio forzada a evacuar a sus pacientes y personal.

Todos estos elementos nos dejan claro que estamos en un escenario de riesgo que hace obligatorio que tengamos una preparación lo mejor posible para toda la gente que vive en la ciudad", explica Quintero.

El HUV, dice el médico, se ha caracterizado por ser el foco de atención de víctimas de atentados, incendios, terremotos o cualquier otro tipo de evento y por alguna razón ha tenido que hacer presencia en difíciles situaciones como los terremoto de Armenia y Popayán, desastres aéreos y lo más recientes sismos registrados en Haití y Chile.

"Todos esos escenarios no has enseñado que muchas cosas que están en los libros son adecuadas, pero es necesario complementar con la comunidad. Cuando hay un desastre los que sobreviven no son los más fuertes sino los mejor preparados", dice.

Y para darle unas pautas mínimas a la comunidad el centro asistencial llevará a chicos y grandes a la práctica, pues al fin de cuentas al momento de un evento trágico los primeros en reaccionar para atender a la familia son los familiares, quienes van a atender a sus vecinos son los vecinos, ya que los organismos de socorro van a tardar un poco en llegar porque incluso ellos también están envueltos en el problema.

Un abrigada multitudinaria

Lo primero es que la gente sea conciente de que el riesgo existe y de que es bastante simple estar preparado. Por eso, Quintero y el grupo de respuesta ante emergencias y desastres, compartirán conocimientos sobre cómo evacuar la casa donde vivo, cómo evacuar con mi familia, cuáles son los elementos de supervivencia básica que debo tener para los primeros tres o cuatro días de emergencia, mientras la ayuda se organiza.

"Es indispensable que la comunidad en la que vivimos esta preparada sin pánico, sin sembrar ideas falsas que el mundo se esta acabando, sin generar miedo que haga que las personas entren en desorden total", dice Laureano Quintero.

La capacitación está diseñada con charlas en los auditorios del HUV, presentaciones en videos y material informativo para que la gente tenga en sus casas. A esto se suma la práctica que vivirán los aprendices que tendrán que hacer evacuaciones reales de víctimas y de lugares, atención inicial de heridos.

La tarea será constante. Quienes se capaciten tendrán que realizar un inventario permanente de los elementos con los que se debe contar en las casas para reaccionar cuando haya emergencia.

"La gente se ríe cuando uno le pregunta si tiene botiquín de primeros auxilios y cuando existe, tiene curas, gasa y cualquier pastilla.

Queremos que la gente sea conciente, y su núcleo familiar de que lo mínimo es que al momento de un evento cada uno salga con una mochila en la que debe haber dos mudas de ropa, silbato, agua, linterna, las drogas básicas que consuma alguien por alguna enfermedad y alimentos no perecederos", concluye el médico.

El próximo mes el auditorio Carlos Manzano recibirá a los primeros aprendices.

Diez años de entrenamiento

Aunque fue desde 1994 cuando la institución inició  las capacitaciones del personal en atención de desastres, ha sido la última década cuando se convirtió  en un aprendizaje sin interrupciones.

Desde hace ocho años se completó el entrenamiento de 1.100 personas, que fueron dotadas de elementos básicos reacción. A esto se han sumado cinco o seis miembros de sus familias.

Cada año el Hospital Universitario vive dos ejercicios de evacuación y un ejercicio de emergencia máxima para los servicios de urgencias y un ejerció de emergencia máxima de todo el hospital.

En la última actividad se tuvo 200 pacientes simulados que entraron en un periodo de 20 minutos, esa fue una manera de medir la reacción del hospital.

El modelo ha sido compartido con instituciones de salud de Honduras, México, Urugua, Honduras, Panamá, Venezuela y Ecuador, que han solcitado conocer el programa.