La gripa: conózcala, prevéngala y manéjela

El riesgo de sufrir esta enfermedad aumenta con las lluvias y los cambios bruscos de temperatura.

El riesgo de sufrir esta enfermedad aumenta con las lluvias y los cambios bruscos de temperatura.

La gripa es la enfermedad más frecuente de la humanidad; tanto, que los adultos sufren de dos a cinco episodios por año, y los niños en edad escolar, hasta siete.

Los responsables son los llamados virus gripales. Se conocen diferentes tipos, pero los que habitualmente enferman a las personas son los de la influenza A y el virus de la gripa B. Del A se conocen varios subtipos. Los que circulan entre la población desde 1977 son el H1N1 y el H3N2.

Vale decir que los virus no son los causantes de los síntomas de la gripa, sino el sistema inmunológico, en su esfuerzo por combatirlos.

El síntoma que suele anunciar la llegada de la gripa es el dolor de garganta, porque el virus infecta primero la nariz y la faringe, lo que causa irritación, inflamación y dolor.

Los glóbulos blancos, que combaten la infección, producen unas sustancias llamadas citoquinas; estas circulan por la sangre y llegan al cerebro, donde producen la sensación de cansancio e inapetencia propia de los resfriados.

Las citoquinas, además, van a los músculos y a las articulaciones y sacan de allí algunas proteínas que se dirigen al hígado para fabricar anticuerpos. Este proceso también genera sensación de dolor y cansancio muscular.

Cuando a todo esto se suman la fiebre y la inflamación de las mucosas, es claro que la gripa está instalada. Lo que queda es tener paciencia y consentirse.

¿Cómo prevenirla?

Dieta y tranquilidad: vivir con estrés y comer mal (a deshoras y sin la ingesta equilibrada de verduras, frutas y proteínas) baja las defensas.

Ejercítese: un estudio publicado en 'British Journal of Sports Medicine' confirmó que las personas que hacen ejercicio en forma
regular se resfrían menos y, cuando lo hacen, sufren síntomas más suaves.

Aire y luz: mantenga cuartos y oficinas bien ventilados e iluminados; la circulación permanente del aire y la luz del Sol inactivan algunos virus.

Evite cambios bruscos de temperatura: Pasar del calor al frío irrita las vías respiratorias y causa inflamación; cuando esto ocurre se aumentan las secreciones.

Así puede aliviar los síntomas

No tome antibióticos: no sirven contra los virus, que son los causantes de la gripa.

Abríguese: el resfriado hace que el organismo concentre sus fuerzas en combatir la infección; el frío induce al cuerpo a gastar parte de esas energías en calentarse. Así que ayúdele: abríguese mejor.

Líquidos: el sudor, la tos, las mucosidades y la respiración acelerada hacen que el cuerpo pierda agua, que las secreciones se vuelvan espesas y que la congestión aumente. Tome dos litros de agua al día.

Caldo de pollo: tiene sustancias que aumentan la producción de secreciones. Estas contienen defensas y refrescan y limpian las vías respiratorias.

Desinflame: disuelva una cucharadita de sal en un litro de agua. Envásela en un frasco con gotero y aplíquese veinte gotas, seis veces al día, en los orificios nasales. Esta solución ayuda a lavar las citoquinas y las linfoquinas, responsables de la inflamación de la nariz y de la producción de moco.

Vapor de agua:
las vaporizaciones humedecen las vías respiratorias y aflojan las secreciones.

Conténgala

No disemine el virus

1. Al primer síntoma de la enfermedad, utilice tapabocas. Es una forma efectiva de reducir la diseminación del virus.

2. Lávese constantemente las manos: su contacto con las secreciones de boca, ojos y nariz eleva el riesgo de contagio.

3. Cúbrase la boca al toser o estornudar. Si no tiene un pañuelo a la mano, tápese con la parte interior del codo.

Vacunas

Los grupos de riesgo

Como los virus de la influenza mutan, cada año se produce una nueva vacuna que está recomendada a personas con más alto riesgo de sufrir complicaciones por su causa.

Entre ellos están los mayores de 50 años, adultos y niños con enfermedades cardiacas o pulmonares crónicas; con diabetes, enfermedad renal o inmunosuprimidos (por cáncer o VIH) y mujeres en segundo y tercer trimestres de embarazo.