'Gracias a mí la gente no camina como borracha'

El cerebelo, secreto mejor guardado del cerebro, reclama ser el genio tras movimientos exactos.

Pese a ser uno de los órganos más fascinantes del cuerpo humano, el cerebelo siempre ha insistido en mantener un bajo perfil sencillamente porque, dice, "ser protagónico iría en contra de mi esencia silenciosa; me gusta hacer mi trabajo sin mucho ruido, aun cuando mi hermano mayor, el cerebro, se lleve todas las palmas. Como quien dice, soy el coequipero ideal.

¿Cerebelo? ¿Qué quiere decir su nombre?

Váyase de espaldas: en latín significa, literalmente, 'cerebro pequeño' y me ubico atrás y abajo del cerebro; mejor dicho, por fuera sería como arribita de la nuca.

¿De qué está hecho?

A ver: si soy cerebro soy todo sistema nervioso. Es más, soy como 140 gramos de sustancia gris, que son las cabezas de las neuronas, y sustancia blanca, que son las colas de esas células.

¿A qué se dedica?

No es por dármelas, pero gracias a mí usted puede caminar, escribir e incluso hablar y hacer que los movimientos no parezcan torpes, es decir, que sean armónicos.

Explíqueme un poco eso...

Soy el centro de control de calidad de todos los movimientos del cuerpo, les doy la precisión para que usted sea capaz de meter la llave en la chapa de una cerradura y regulo la fuerza para que no se saque un ojo cuando se lo limpia; también aporto la armonía necesaria para que pueda caminar y la coordinación para tocar una guitarra... Bueno, como usted no es músico, digamos que yo le ayudo a masticar sin morderse.

¡Uy!, eso suena importante. Había escuchado que su especialidad eran las posturas y el equilibrio.

Veo que no está enterado del todo... Me encargo de que todas las partes del cuerpo estén en su sitio, según la postura que adopte. Por ejemplo, si se va a sentar, hago que las rodillas y la cadera se doblen y no que permanezcan estiradas. Además, con el sistema vestibular me ocupo de que usted no se desequilibre y pueda mantenerse de pie y que al caminar se vea elegante y no como un borracho.

Y ya que dice 'borracho', ¿los traguitos lo desubican?

Sí. Soy abstemio y el alcohol y otras sustancias parecidas me descompensan. El alcohol logra bloquearme, por eso alguien con tragos separa las piernas para caminar y tiene que hacer maromas para mantenerse en pie. Por eso se caen. Eso se llama ataxia. Algunas enfermedades también causan en mí ese efecto...

 ¿A qué más se dedica?

Controlo la velocidad, el tiempo y la exactitud de cada movimiento. Le pongo un ejemplo: si usted va a agarrar un tornillo de reloj, hago que todo el cuerpo se adapte para que la fuerza de los dedos, la velocidad y el agarre sean precisos; lo mismo si el objeto es más grande y pesado. Mejor dicho: sin mí las personas serían torpes y bruscas.

¿Usted es, entonces, como un amortiguador del movimiento?

Aunque eso suena muy coloquial, podría decirse que voy corrigiendo los movimientos para que todo salga bien.

¿Por qué es el órgano más silencioso del cráneo?

Simple: porque a pesar de tener una actividad eléctrica grande, esta no se refleja en el cuerpo.

¿Quiere decir entonces que vive aislado?

El hecho de que sea callado no quiere decir que trabaje solo; es más, tengo relación con todas las partes del cuerpo, que me mandan información.

Veo que es muy importante. ¿Cómo hace uno para cuidarlo?

En realidad no requiero cuidados especiales; con llevar una vida normal y saludable basta. Eso sí: si pierde el equilibrio, si su mano sigue derecho cuando quiere agarrar algo o cuando su dedo acaba tocando un ojo cuando lo que quería era tocar la nariz, lo mejor es consultar. Pruebe.

¿Algo más?

Sí, que cuando dé un paso en falso se acuerde de mí.

CARLOS F. FERNÁNDEZ 
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO