Aunque en un hecho
prácticamente inédito en el Congreso todos los integrantes de la Comisión
Séptima del Senado (13 legisladores) fueron designados ponentes del proyecto de
ley ordinaria de reforma de la salud –lo que a juicio de muchos busca dilatar
el trámite–, el Gobierno le bajó el tono a la
controversia y aceptó este hecho.
Los críticos de esta
situación, como el senador Armando Benedetti,insinuaron una presunta injerencia
de varias EPS para bloquear uno de los proyectos clave del Ejecutivo. No obstante, el ministro de Salud,
Alejandro Gaviria, le afirmó a EL TIEMPO que en varios debates de temas de “suma trascendencia,
estas leyes complicadas tienen mucho ponente y no es algo exclusivo de la
reforma de la salud”.
El funcionario
agregó que se han hecho 12 audiencias públicas en el país y que, a su juicio,
los legisladores “han mostrado” interés por el proyecto de reforma.
Esta norma, que se
tramita de forma paralela a la ley estatutaria y que de hecho la desarrolla, es
la que –en el fondo– redefine todo el sistema.
Es tal la
importancia de la iniciativa, compuesta por 90 artículos, que a partir de su
discusión se sabrá el futuro de las EPS y, algo calificado por el Gobierno de
fundamental, se rediseñará la forma como se financiará el sistema de salud hacia
el futuro.
La ponencia positiva del proyecto, que avala el Gobierno,
está liderada por el senador de ‘la U’ Jorge Ballesteros, quien admitió haber recibido dinero de una
IPS para financiar su campaña al Congreso en el 2010.
De otro lado, ayer
surgieron nuevas críticas a los dos proyectos de reforma de la salud. Durante
el XX Foro Farmacéutico, Fedesarrollo aseguró que no
resuelven los problemas del sistema y que, por el contrario, pueden
incrementarlos. Sin embargo, el Ministro rechazó la crítica y reiteró que las
iniciativas buscan corregir el descalabro del sistema.
REDACCIÓN POLÍTICA