Las multinacionales farmacéuticas están verdaderamente preocupadas, no tanto
porque el Gobierno haya congelado precios de 100 medicamentos, en unas 900
presentaciones, sino porque comenzó a utilizar herramientas temidas por ellas,
como la autorización para importar medicinas sin pedirles permiso. (VER CUADRO:
LISTADO DE MEDICAMENTOS DE ALTAS VENTAS)
En el exterior se consiguen los mismos medicamentos, fabricados por las
mismas farmaceúticas, a precios más bajos de los que
se venden en el país y que, por no estar en el Plan Obligatorio de Salud (POS),
son recobrados por las EPS al Fosyga a valores que el Gobierno considera
abusivos.
Con las importaciones paralelas, figura que comprende dispositivos médicos,
el Ministerio de la Protección busca, mediante la competencia, una reducción de
precios que alivie las deterioradas finanzas del sistema de salud.
Vienen medidas más fuertes, y una será anunciada hoy: a esos medicamentos, y
sus presentaciones adicionales, se les establecerá un precio máximo de recobro
al Fosyga y a las tesorerías departamentales.
La fórmula para fijar esos valores techo comenzará a ser diseñada hoy mismo,
para lo cual la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos (CNPM), que
encabezan los ministros de Comercio y Protección y un representante del
Presidente, escuchará opiniones del sector.
Congelar los precios tiene un primer efecto inmediato, según la secretaria
Técnica de la Comisión, Carolina Lorduy, que ni
farmacéuticas ni EPS ni distribuidores mayoristas ni ningún eslabón de esta
cadena podrán subirlos; los valores serán los mismos reportados en el último
trimestre.
La decisión del Ministerio de la Protección Social sobre importaciones
paralelas y la de la CNPM, de meter en libertad regulada esos medicamentos, más
la que se avecina de fijarles precios máximos son, como dicen los abogados, una
confesión de parte: que no se necesitaba la emergencia social para tomarlas,
pues uno y otra gozan de facultades para adoptarlas por la legislación ordinaria.
Entonces, ¿por qué no se habían tomado antes? En el caso de las importaciones
paralelas, y de otras medidas que podrían adoptarse para abaratar las
medicinas, el presidente de Asinfar (gremio de los
laboratorios nacionales), Alberto Bravo, considera que ello obedece a la
presión de las multinacionales y a que el Gobierno confiaba en que con esa
actitud favorecía la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) negociado
hace cuatro años con Estados Unidos.
Apreciación similar tuvo Francisco Rossi, director
de la Fundación Ifarma, cuando el Gobierno rechazó la
petición de una licencia obligatoria para Kaletra
(para VIH-sida), “por temor a disgustar a las autoridades estadounidenses y a
la industria multinacional”.
Piden uso pleno de facultades para regular precios Germán Holguín,
coordinador de la Alianza Latinoamérica y el Caribe-Unión Europea por el acceso
a los medicamentos y director de Misión Salud, aunque apludió
la decisión sobre importaciones paralelas, dijo que no es suficiente y demandó
del Gobierno el uso pleno de los instrumentos para enfrentar los abusos en los
precios de las medicinas, entre ellos el de las licencias obligatorias.
En el mismo sentido se pronunciaron la Federación Médica Colombiana (FMC), Ifarma y Alberto Bravo, para quien abrir la competencia,
sin violar el régimen de propiedad intelectual, es un arma efectiva para bajar
los precios. “Ha habido mucha laxitud en el control de los productos que no
tienen competencia”, dijo.
Observamed, de la FMC, dice que 16 de los 20
medicamentos de alto costo, que en el 2008 tuvieron ventas por cerca de 600.000
millones de pesos (véase gráfico), están en la lista autorizada de
importaciones paralelas