“La gente suplica por ayuda en las calles”



Por Luz Jenny Aguirre Tobón, Editora de Entorno

Laureano Quintero, jefe de Urgencias del HUV, dirige misión de ayuda.
El 90% de las personas que resultaron heridas tras el terremoto en Haití se encuentran en delicado estado de salud y requieren amputaciones, según los equipos médicos que han llegado al país.
Hablaba rápido, con la respiración acelerada. Nada que ver con su rol habitual de jefe de Trauma y Emergencias del Hospital Universitario del Valle, en el que acostumbra a contar las noticias palabra por palabra.

“Entro a una operación... la situación está complicada...”, dice Laureano Quintero desde Cabo Haitiano, un paraje de Haití en el que, asegura, el panorama no se parece a nada de lo que haya visto antes.

Y eso, en boca de un hombre que ha hecho parte de los cuerpos de socorro en tragedias como la de Armenia y Popayán, es una afirmación de peso.

Lleva cinco días en el país caribeño que el pasado 12 de enero fue devastado por un terremoto de 7,1 grados. Allí está a cargo de uno de los hospitales que atiende a los heridos en esta localidad, a 180 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital.

“Somos cinco colombianos y una misión japonesa. Hay ortopedistas, anestesiólogos y enfermeras. Hacemos lo mejor que se puede con la experiencia que ya tenemos, pero ustedes no se imaginan... la gente nos tiende la mano en las calles, suplican ayuda...”

Dice que tiene 80 pacientes a su cargo, la mayoría necesitados de una cirugía, pero que los simples deseos de ayudar no son suficientes. Le hacen falta anestesia y material quirúrgico. Incluso, precisa que está pidiéndole al Gobierno colombiano que le envíe a cuatro médicos que hablen inglés.

El “olor a muerto”, comenta, es mucho más fuerte en Puerto Príncipe que en donde está.

En esta ciudad, pese al dolor de una tragedia que suma más de 150.000 muertos y 250.000 heridos, la vida ha comenzado a construir una nueva rutina, cada vez más lejos de los lentes de los medios de comunicación.

Relata que ya hay mercados funcionando, algunos bancos y establecimientos. Se ven carros y las personas, pese a todo, “tratan de organizase”.

“Con todo este dolor, hay que decir que es una gente muy valiente. Este país está sufriendo mucho”, comenta.

Sus jornadas comienzan a las 5:30 de la mañana, bajo el sol fulgurante de un Haití siempre cobijado por el calor.

No lo dice, pero debe amanecer agotado, pues la noche lo sorprende durmiendo en un bus, en una carpa, un carro o un hotel improvisado.

“Toca así, las condiciones son difíciles. Sabíamos a qué veníamos”, dice. El martes, por ejemplo, terminó de operar a las 3:00 a.m. Afirma que hasta el momento no ha visto ni un colombiano entre los heridos, muchos de los cuales tienen severas luxaciones, amputaciones y fracturas. Aún no tiene claro cuándo regresa. Sólo que debe hacer rendir su tiempo en Haití, donde ningún esfuerzo sobra. Con él, otros 47 colombianos siguen donando su trabajo para tratar de aliviar el dolor en una tierra donde la vida cada tanto cobra visos de tragedia.

En pocas palabras

“Hay que decir que son personas muy valien- tes. Este es un país que está sufrien- do mucho”. Laureano Quintero, jefe de trauma HUV.

Envían alimentos desde Cali

Hoy salen desde Buenaventura 480 toneladas de alimentos no perecederos donados por los colombianos para intentar aliviar la crisis en Haití, luego del devastador terremoto.

En el Valle del Cauca se recolectaron siete toneladas en ayudas, luego de la convocatoria adelantada por el periódico El País, la Defensa Civil y la Cruz Roja Colombiana regional.

Participaron los habitantes de Cali, Cartago, Jamundí, Guacarí, Andalucía y el corregimiento de Villa Gorgona, en Candelaria, quienes entregaron enlatados, granos y abarrotes.

“En total fueron 8,5 toneladas, contando agua potable, pero desde Bogotá nos informaron que ya no enviarían más del líquido”, explicó el coronel Rafael Piragauta, director seccional de la Defensa Civil.

Ayer al mediodía fueron enviadas las ayudas al puerto de Buenaventura en un camión de la Tercera Brigada del Ejército, donde fueron embarcadas en el ARC Buenaventura.

Piragauta también dijo que desde que inició la campaña los caleños han donado más de 150 toneladas de ayudas, pero ya fueron enviadas a la sede en Bogotá y desde allí se despacharon al puerto de Barranquilla.

En la sede de la Cruz Roja Colombiana y la Defensa Civil todavía se esperan las donaciones de los caleños que quieran ayudar a los damnificados en Haití.

Haitianos en la Florida

Cinco menores y un bebé de tres meses llegaron a la Florida con el nuevo grupo de haitianos heridos. Las sesenta víctimas del terremoto del pasado 12 de enero llegaron al aeropuerto de Fort Lauderdale en un avión militar y fueron trasladadas a los hospitales.

Niño solidario

Charlie Simpson, un niño londinense de 7 años, quien se estremeció con las imágenes del terremoto de Haití, decidió recoger fondos para los damnificados. Recorriendo en bicicleta el barrio donde reside logró recaudar entre sus vecinos 172.000 euros para donarlos a la Unicef.

Cuba envía médicos

Un grupo de 64 cubanos expertos en epidemiología (8 epidemiólogos y 56 técnicos) llegaron a Puerto Príncipe con la misión de contrarrestar la aparición de una epidemia propiciada por las precarias condiciones sanitarias existentes en la ciudad.

Otro caleño

·  En Puerto Príncipe está desde hace catorce días Alfonso Vargas, director de Socorro y Servicios Especiales de la Cruz Roja Valle.

·  Ejerce las funciones de coordinador General de Alojamientos en Haití.

·  Su misión es larga. Está bien, pero no tenemos contacto con él”, dijo Jaime Puerta, coordinador de asistencia y socorro de la Cruz Roja Valle.