Médico explica cómo extirparon tumor en bebé dentro de un útero

Esta intervención es considerada un gran avance en el campo de la cirugía fetal.

Mientras Leyna Mykaella González estaba en el útero de su madre, cirujanos fetales le extirparon un tumor de la boca que tenía el tamaño de una pelota de tenis y que ponía en riesgo su vida. El procedimiento, realizado en el 2010, en Estados Unidos, es considerado actualmente el primero exitoso en su tipo y se suma a la lista de los avances en cirugía fetal.

Rubén Quintero y Eftichia Kontopoulos, del Jackson Memorial Hospital y de la Universidad de Miami, respectivamente, fueron los cirujanos que por un poco más de una hora lograron acabar con el tumor en el feto, mientras la madre se encontraba bajo anestesia local. La niña ahora tiene 20 meses y está saludable, y la única señal del procedimiento es una pequeña cicatriz en su boca.

El venezolano Rubén Quintero, con subespecialidad en Medicina Materno Fetal de la Universidad de Yale, que trata embarazos de alto riesgo, habló con ABC del Bebé sobre su trabajo, en el que es considerado uno de los pioneros.

¿En qué momento comienza la historia de la medicina fetal?

La idea de considerar al feto como a un paciente toma auge cuando el ultrasonido se comienza a utilizar en la obstetricia, a finales de los 70. Se habían hecho intervenciones en el útero antes del ultrasonido, pero había que utilizar rayos X y esto no permitía saber lo que estaba pasando en el embarazo; pero aun con el ultrasonido, aunque se pudiera hacer un buen diagnóstico, no existía una manera apropiada de enfrentar la situación y los tratamientos que existían para evitar que se muriera el bebé consistían en abrir el útero y exponer el bebé o eran limitados.

Uno de los procedimientos de mayor auge es tratar la anemia fetal cuando la mamá tiene incompatibilidad de RH.

¿Qué se puede solucionar con procedimientos 'in utero'?

La mayoría son gemelos idénticos que se pasan sangre el uno al otro de manera desigual, y yo desarrollé una cirugía que permite encontrar las arterias y las venas que producen este problema y sellarlas con láser. 75 por ciento de los casos que vemos tiene que ver con eso; el 25 por ciento restante tiene que ver con malformaciones o bebés que tienen tapada la vejiga, no pueden orinar, se les dañan los riñones y se mueren antes de nacer, o bebés que tienen fibras que pueden ahorcar uno de sus miembros, sea una pierna o un brazo.

También funciona en hernias diafragmáticas, un defecto del diafragma en el que los intestinos y el estómago se suben al tórax, así que los bebés se mueren al nacer, porque no pueden respirar, y en tumores de placenta.

¿Siempre se usa el endoscopio guiado?

No, algunas veces es suficiente con el ultrasonido.

¿Qué tan común es un tumor como el de Leyna Mykaella González?

Es un caso muy raro, aunque hemos visto tumores en otras partes y cada uno tiene sus particularidades.

¿Cómo fue el proceso?

Primero, confirmamos el diagnóstico; luego, hicimos estudios y tuvimos reuniones con otros colegas. Después de dos semanas de análisis, hicimos la cirugía. Era la primera vez que resecábamos un tumor en la boca del bebé, y gran parte de la cirugía fue observar, describir el tumor y definir que no dañaba otra parte; luego, resecamos la zona con un endoscopio que tiene una fibra láser que permite cortar dentro del útero. Al otro día, la paciente fue dada de alta y se siguió por ultrasonido, no hubo que hacerle ningún otro tipo de tratamiento y el embarazo fue normal.

¿La niña podría haber nacido con el tumor?

Había un gran chance de que no llegara a nacer porque se podría producir sangrado dentro del tumor. Además, este crecía tan rápido que el corazón no podría bombear tanta sangre, y, como estaba en la boca, la bebé no podría tragar líquido amniótico, así que empezaría a acumularse en el abdomen y la mamá podría entrar en trabajo de parto prematuro. Si se hubiera llegado a la cesárea, habría que entubar al bebé o hacer una traqueotomía y después quitarle el tumor.

¿En qué momento se sabe que el procedimiento fue exitoso?

Las cirugías fetales tienen varias etapas: si uno logra el procedimiento propuesto, ya hay un éxito técnico; el segundo punto es que el embarazo curse normalmente y el bebé nazca y se salve, y el tercer elemento es que el bebé no tenga consecuencias adversas de la cirugía ni del nacimiento.

MARGARITA BARRERO FANDIÑO
Redactora de ABC del Bebé