Un estudio imprescindible para el
país
Ya
están circulando los datos de la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud
(ENDS 2010-Profamilia) en distintos medios. Hoy quiero
resaltar lo bueno, lo malo y lo esperanzador de este riguroso estudio. Empezaré
por lo malo para terminar con algunos datos esperanzadores relativos a la
población colombiana y muy particularmente a aspectos de
Un dato persistente y preocupante: de 100 embarazos, la mitad, y algo más (52
por ciento), no son deseados. Y digo persistente porque en la encuesta del 2005
ya teníamos la misma proporción de embarazos no deseados. O sea que en este campo
siguen pendientes decisiones y prácticas sistemáticas y coherentes de educación
sexual capaces de cambiar paradigmas culturales relativos a los imaginarios que
siguen anclados a una maternidad obligada.
Otro dato preocupante: el VIH-sida tiene hoy cara de mujer. En 1988, por cada
13 hombres portadores del virus había una sola mujer. Hoy día, por dos hombres
portadores del virus, hay una mujer... Y además la encuesta nos dice que el 73
por ciento de las mujeres interrogadas tienen vacíos en el conocimiento
integral del VIH-sida y de su propagación, y no identifican el uso del
preservativo como método eficaz de prevención. Una vez más, se hace un llamado
a la necesidad de despojar a la sociedad de prejuicios que impiden una
educación sexual integral que permita abordar temas que, como este, comprometen
tantas vidas.
Y seguimos con cifras de afectaciones contra las mujeres, que deben prender
alarmas orientadas a transformar radicalmente prácticas cotidianas y políticas
públicas en todo el país, que conviertan estas violencias en intolerables. Les
daré una sola cifra: de 100 mujeres en pareja, 10 han sido violadas por su
esposo o compañero. Y del número de mujeres violadas al año en el país en otras
circunstancias, ni siquiera tenemos datos. El cuerpo de las mujeres sigue
siendo botín, no solo de guerra, sino de una cultura patriarcal, que se resiste
a asumir que el cuerpo de las mujeres pertenece exclusivamente a ellas.
Otro dato que tiene mucho que ver con el precedente: la tercera parte de las mujeres
actualmente casadas o en unión libre están pensando en separarse. Pues sí: ya
muchas de ellas saben que pueden vivir mejor solas que mal acompañadas. Están
entendiendo que todas merecemos una vida libre de violencias.
Y pasando a datos más positivos de la encuesta, la tasa de fecundidad disminuyó
de 2,4 hijos en el
En síntesis, si bien casi todas las cifras de la encuesta denotan ligeros
cambios, estos son aún muy débiles y nos animan a ser cada vez más radicales en
la exigibilidad de los derechos de las mujeres. Sin estos, la búsqueda de
mejores condiciones de vida y los ideales de justicia y equidad seguirán siendo
horizontes demasiado lejanos.
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Coordinadora del Grupo Mujer y Sociedad