Estudiantes fabrican aparato que
evita daños neurológicos a bebés que nacen sin oxígeno
Óscar
Obando( izq.) Ricardo Rosales y Alexis López (der.) retomaron el proyecto
iniciado hace cuatro años por otros estudiantes. El aparato también se podría
usar en post operatorios de cirugías estéticas.
Con
la asesoría de un profesor, tres jóvenes bumangueses lograron desarrollar la
máquina, que costará unos 30 millones de pesos.
Durante
dos años, y como proyecto de grado, tres estudiantes de ingeniería mecatrónica de la Universidad Santo Tomás de Aquino, en
Bucaramanga, trabajaron en la creación de una máquina que, sin poner en riesgo
otros órganos, baja la temperatura del cerebro, para evitar lesiones
neurológicas en los bebés que nacen asfixiados.
El aparato, único en el país, y que tan sólo se consigue en Atlanta (Estados
Unidos), puede contribuir a que no se presenten daños cerebrales en los
neonatos que llegan con el cordón umbilical enredado en su cuello o que por
otras circunstancias no reciben el suficiente oxígeno en su cabeza al momento
del parto.
En
Estados Unidos cuesta 100 millones de pesos, pero el fabricado por los
estudiantes valdrá 30 millones.
De
acuerdo con estadísticas oficiales uno de cada 1.000 nacimientos en el mundo
presenta alguna carencia de oxígeno.
Alexis
López Figueroa, de 23 años; Óscar Obando Correa, de
23, y Ricardo Rosales Acevedo, de 30, desarrollaron el trabajo con apoyo del
docente William Castro, secretario de la División de Ingenierías y
Arquitecturas de la Universidad Santo Tomás.
El
profesor William Castro aseguró que la iniciativa surgió después de que el
pediatra -neonatólogo Jorge García Harper, de la Clínica Materno-infantil San
Luis, contó que en congresos médicos y publicaciones científicas
internacionales se ha propuesto aplicar a la neonatología la hipotermia
cerebral para bajar la temperatura del cerebro a condiciones que hagan
preservar las células sin que se produzcan daños.
Tras
retomar el trabajo que hace cuatro años comenzaron otros alumnos, estos
universitarios diseñaron el 'equipo generador de hipotermia cerebral-neonatal',
que en menos de 30 segundos enfría un casco que se adapta a las condiciones
morfológicas de las cabezas de los bebés.
"El
médico dictamina el caso y la máquina, a través de un software creado por nosotros,
toma la temperatura del cerebro y las condiciones del niño. Luego, tras ponerse
el casco en la cabeza, la máquina enfría el agua hasta que llega a un set point de entre 8 a 10 grados
centígrado y se mantiene así durante 72 horas", contaron los estudiantes.
Investigaciones
realizadas dicen que después de tres días en ese estado, las células cerebrales
pueden regenerarse y evitar traumas neurológicos.
Tras
cumplirse las 72 horas el aparato aumenta la temperatura del agua para que el
cerebro retorne a su temperatura normal, entre los 36,5 y 37,5 grados
centígrados.
Sirve
para otras aplicaciones
El
aparato, que mide 80 centímetros de largo y tiene 60 de ancho, también se
podría aplicar en postoperatorios de cirugías estéticas, traumatismos, fiebres
muy altas, taquicardia y migraña.
Harper
dice que ahora vendrá la experimentación de la máquina que, con consentimiento
de los padres, se puede aplicar a neonatos asfixiados. "Ahora, debe
hacerse una aplicación clínica bajo investigación porque la hipotermia podría
llegar a ser mala si no es controlada. Su aplicación debe ser complementada con
un monitoreo continuo para supervisar tensión arterial, frecuencia cardiaca y
respiratoria", agregó el médico.
FÉLIX
QUINTERO
CORRESPONSAL EL TIEMPO
BUCARAMANGA