Investigaciones aseguran que el estrés se ensaña más con las mujeres

Un mal matrimonio es fuente de estrés.

Un libro de Stephanie McClellan y Beth Hamilton muestra los pasos para superarlo.

Si aunque le dé pena reconocerlo piensa que en general las mujeres -léase su mamá, sus hermanas, sus amigas- son más estresadas que los hombres que conoce, no está lejos de la realidad.

Varias investigaciones han mostrado que los efectos del estrés son más intensos en mujeres que en hombres. ¿La razón?: ellas liberan más de las sustancias químicas que desencadenan el estrés y, como si fuera poco, estas sustancias duran más en su cuerpo que en el de los hombres.

Así lo relatan la ginecóloga Stephanie McClellan y la consejera de salud femenina Beth Hamilton, que se unieron para escribir un libro llamado ¡Qué estrés!, que salió al mercado norteamericano en enero del 2010 y que ya se consigue en Colombia.

Las especialistas relatan cómo tras años de consulta y de ser el paño de lágrimas de miles de mujeres que llegaban con diversas dolencias a su consultorio, casi todas ocasionadas o agravadas por el estrés, decidieron escribir sobre el tema.

El objetivo -dicen- es orientar a las mujeres sobre cómo funciona el estrés en el cuerpo y recomendar maneras efectivas para superarlo. No hay que olvidar que el estrés se asocia con las seis causas principales de muerte: enfermedades cardiacas, cáncer, afecciones pulmonares, accidentes, enfermedad del hígado y suicidio.

'Es posible prevenir sus efectos'

Sthepanie McClellan, una de las autoras del libro, contestó algunas preguntas para EL TIEMPO:

¿Cuál es la diferencia del estrés entre hombres y mujeres?

La respuesta es similar, pero hay diferencias en la manera en que cada género percibe el mundo. Las mujeres responden de manera fuerte a circunstancias relacionadas con sus relaciones personales, amigos y familia, mientras que los hombres se estresan por cosas relacionadas con su desempeño. El tipo de respuesta que alguien tiene frente al estrés crónico está relacionada con la naturaleza del estrés que experimenta, el tiempo que lleve expuesto a ese factor estresante, su salud en general y su condición física. La edad aumenta el nivel de estrés en la manera de reaccionar en los dos géneros.

¿Cuál es la mayor contribución de su libro para las mujeres?

Es un libro de buenas noticias y esperanza. Siguiendo las ideas que se dan es posible prevenir o revertir los efectos del estrés crónico para el cuerpo y la mente.

¿Son más estresadas las mujeres de ahora?


Cada generación experimenta un estrés que es significativo y que a veces puede ser catastrófico. Decir que somos la generación más estresada sería ridículo. Lo que puedo decir es que los cambios en los hábitos alimenticios y los hábitos de vida, así como la exposición a fuentes de energía (computador, celulares, televisor), han roto el balance entre mente y cuerpo.

¿El estrés tiene algo de bueno?


Un poco de estrés es bueno para todos. Nos hace estar más alertas, enfocados, mejora la memoria y nos compromete con el mundo que nos rodea.

¿Y entonces?


Lo grave es cuando hablamos de estrés crónico, repetido y sin control. Por ser el estrés un factor que afecta mente y cuerpo y que suprime las funciones que tienen que ver con la digestión, la reparación de tejidos del cuerpo (piel, pelo, huesos) y hasta la reproducción, es fácil ver que el estrés en su nivel crónico lleva a una ruptura entre el balance del cuerpo y la mente. La vitalidad y la salud óptima, son las más perjudicadas.

Roles múltiples = estrés femenino

Una de las causas más extendidas del estrés femenino es la multiplicidad de roles y funciones que ellas asumen.

Si bien -dicen las autoras- el cerebro femenino está diseñado para desempeñar varias cosas a la vez, las mismas mujeres abusan de esa condición y se llenan de tareas que no tienen ni tiempo ni disposición para cumplir.

Según el libro las siguientes son algunas de las funciones que se espera de una mujer: esposa, madre, hija, encargada de la salud de uno de los padres, hermana, amiga, empleada y administradora del hogar.

También cocinera y nutricionista, asistente de compras, encargada del manejo de la crisis, porrista, ama de llaves, chofer, tutora, mediadora, planeadora de fiestas, consejera de vida, voluntaria y decoradora de interiores.

Y por si fuera poco, estilista, entrenadora y paseadora de perros, enfermera, lavandera, gerente financiera y encargada de pagar las cuentas y jardinera.

Signos de alerta que debe cuidar

* Nerviosismo o ansiedad.
* Tristeza o depresión.
* Enojo.
* Fatiga.
* Trastornos del sueño.
* Falta de interés, motivación o energía.
* Incapacidad para concentrarse.
* Dolores de cabeza.
* Tensión muscular en cuello y hombros.
* Malestar estomacal y cambios en el apetito.
* Mareos o desvanecimientos.
* Opresión en el pecho.
* Disminución del apetito sexual.
* Problemas en la piel.
* Irregularidades menstruales.
* Estreñimiento o diarrea.
* Pérdida de pelo o falta de brillo.

Cinco pasos para superarlo

1. Determine consciente y exactamente la causa de su estrés. Recurra a la capacidad que le da su cerebro para controlar el miedo, la ansiedad, la ira y el pesimismo (muy relacionadas con ese estrés).

2. Una adecuada nutrición es esencial para la buena salud y la vitalidad. No se trata sólo de contar calorías, sino de tener nutrientes y vitaminas esenciales para el cerebro.

3. Hacer ejercicio moderado durante 30 minutos al día no sólo la hará más resistente al estrés, sino que puede reversar algunas de las consecuencias físicas y mentales del estrés crónico.

4. Una buena noche de sueño es esencial. Apague el televisor y el computador, ponga música bella, tome una taza de té y masajee sus pies con aceite de lavanda. Seguro pasará una noche maravillosa.

5. No importa qué tan ocupado esté, saque un rato para oír la música que le gusta. Cierre sus ojos y respire suavemente (seis respiraciones por minuto). Esto pondrá sus sistemas simpático y parasimpático en balance. La música enviará señales antiestrés a su cuerpo y su mente.

TATIANA MUNÉVAR B.
SUBEDITORA DE VIDA DE HOY