Estratos medios: ¿qué le aportan al desarrollo?

Por: Rudolf Hommes

El elemento clave para fortalecer a la clase media y darle entidad política y seguridad económica es la educación.

Los estratos medios latinoamericanos no son clase media ni constituyen una sólida burguesía clásica.

    Ayer se presentó en la biblioteca del Banco de la República en Bogotá un interesante análisis sobre la naturaleza y el papel de los estratos de ingreso medio en América Latina ('Perspectivas económicas de América Latina: en qué medida es clase media América Latina'. OCDE). Vale la pena destacar los aspectos sociológicos del estudio que busca responder a la pregunta de en qué medida esos estratos son clase media y cómo contribuyen al desarrollo económico y político de la región.

    Para Colombia, esto tiene especial interés, ahora que el Partido Verde se ha puesto de acuerdo sobre la candidatura para Bogotá, se ha superado la mezquindad en la cúpula y el partido puede recuperar su visión y su misión de canalizar en forma efectiva la participación política real de la clase media colombiana y su espíritu reformista.

    El estudio ha encontrado que los estratos medios de la región tienen características distintas en los diferentes países, no son un grupo homogéneo aún dentro de cada país y pueden ser muy vulnerables, pues su situación laboral es precaria.

    Los estratos medios latinoamericanos no son clase media ni constituyen una sólida burguesía clásica, porque no poseen la seguridad económica ni la educación para actuar libremente, crearse su propio mundo, generar riqueza a través de empresas o participar efectivamente en el proceso político.

    La vulnerabilidad de los estratos medios latinoamericanos es un resultado de la desigualdad en la mayoría de los países y de una inadecuada gestión del Estado, más proclive a distribuir rentas hacia arriba y hacia abajo que interesado en fortalecer una clase media nutrida y próspera que sea la base política en la cual se apoyen políticas sociales razonables y cambio social y empresarial.

    La magnitud de los estratos medios en América Latina varía de país a país, pero solamente en Uruguay y en México representan el 50 por ciento o más de la población. Entre los países grandes y medianos de América Latina, Colombia ocupa el penúltimo lugar, seguido por Bolivia. La participación de estos estratos no llega al 40 por ciento en estos dos países.

    Una primera misión del programa de prosperidad democrática debería ser entonces elevar esa proporción para acercarse al 50 por ciento, como lo ha hecho Chile, aunque en ese país los segmentos de la población que recientemente han superado la condición de pobreza tienen una elevada probabilidad de volver a caer en ella. Las políticas esenciales para evitar que esto suceda y para promover mayores niveles de libertad de los estratos medios, en particular los de menores ingresos, son la salud y la educación y la generación y provisión de empleo formal y seguridad social.

    Los segmentos de ingreso medio no tienen el mismo acceso a servicios o a movilidad social que tienen los de ingresos altos o medios altos, y una proporción muy alta de sus miembros trabaja en el sector informal.

    En Colombia se está reformando la política de salud. Encontrar caminos para incluir al sector informal de ingresos medios en el sistema institucional de salud sería un logro social que requeriría, en primer lugar, equiparar las contribuciones de los trabajadores informales a las de los empleados por empresas. Pero el elemento clave para fortalecer a la clase media y darle entidad política y seguridad económica es la educación.

    En este campo, es de vital importancia romper las barreras que existen para la movilidad social que se reflejan en la alta correlación entre el nivel de educación de padres e hijos o hijas, y en que la rentabilidad de la educación crece con el nivel de educación y de ingreso de los padres. Ese es el nudo gordiano que se debe cortar para abrirle camino a la clase media.