Faltan lectores de tarjetas con audio, ya no se
anuncian con sonido las paradas de los buses y, en algunos casos, no hay
baldosas con relieve.
Muchos habitantes de Cali en situación de discapacidad deben sortear a
diario todo tipo de barreras que les dificultan la movilidad en el sistema de
transporte masivo.
Una de ellas, por ejemplo, es que su acceso a las estaciones demora
hasta diez minutos, pues las puertas especiales para sillas de ruedas o
personas en muletas no funciona de manera automática,
sino que deben esperar a un guarda de seguridad o trabajador que les permita
ingresar.
Así se evidenció en un recorrido realizado esta semana por la Personería
de Cali en compañía de un grupo de pasajeros con movilidad limitada.
En dicha visita
se encontró otro tipo de trabas. De acuerdo con Gilberto Zuleta, subdirector de
Derechos Humanos de la Personería, en las estaciones “hacen falta las losetas
táctiles (baldosas con relieve para la guía de personas invidentes). Esto es
fundamental porque son el camino para estas personas”.
También se detectó que en las estaciones, los apoyos isquiáticos
(barandas para el descanso de personas discapacitadas) tienen publicidad, lo
que no permite que sean usadas para lo que en realidad fueron diseñadas.
Otra de las observaciones realizadas por el ente de control está
relacionada con los lectores de tarjetas a la entrada de las estaciones. Estas
solo muestran el saldo de la tarjeta y no lo informan por un audio, por lo que
los invidentes no tienen acceso a esta información, explicó Zuleta.
Las rampas también fueron objeto de reparos, como la de la estación
intermedia Cañaveralejo.
Andrés Higuita, consejero del Movimiento Vida
Independiente, explicó que esta construcción a desnivel está hecha con una
baldosa que se pone lisa con un poco de agua, lo que podría ocasionar un grave
accidente a las personas discapacitadas.
Este líder agregó que en los buses también hay aspectos a mejorar, pues
de un tiempo para acá en muchos de los vehículos ya no se escucha el audio que
informa la parada siguiente.
“Las personas
invidentes necesitan saber por dónde van”, dijo. Agregó que también hacen falta
los tableros digitales con letras naranja, pues son la guía visual de las
personas con baja visión.
Frente a las quejas por las demoras en la apertura de los accesos
especiales, Metrocali contestó que “por protocolo de
seguridad, estas puertas las abren desde el Centro de Control tras hacer una
verificación biométrica por las cámaras de seguridad de la persona que está
ingresando”, lo que toma unos minutos. Además, se informó que han tenido
reuniones con la Once de España para estudiar la adopción de tecnologías que se
estén implementando con éxito en otras ciudades y permitan, por ejemplo,
mejorar el tema de los lectores de tarjetas sin audio.
En referencia a la rampa de la estación Cañaverajelo,
la entidad contestó que esta terminal, incluidas sus rampas de acceso, cumple
con las especificaciones técnicas, “específicamente el grado de desgaste de la
superficie de la baldosa, sigue la norma para pisos en edificaciones de
equipamiento público colectivo”.