Enfermo terminal
Febrero 10 de 2010

La incompetencia del Ministro de Protección Social ha conducido lenta pero inexorablemente al sistema de salud a punto del colapso. Al escandaloso déficit de la cartera de los hospitales, las EPS y los municipios, viene a sumarse la controvertida Ley 100 y el descalabro del Seguro Social, convertido en caja menor por los gobiernos de turno, empezando por López Michelsen.

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Ante este panorama, el abuso de las tutelas para cirugías estéticas y la negativa de las EPS de suministrar drogas para enfermedades terminales, el Gobierno declaró la Emergencia Social el 22 de diciembre, y el 22 de enero que se vencía el Estado de Excepción, sorprendió al país con una reforma absurda, maquiavélica e infame, redactada a las volandas por el Ministro y su mediocre equipo, lo que desencadenó una explosión de protestas de todos los sectores que manejan la salud en el país.

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Entonces, como sucedió con el virus H1N1, vimos al ministro Palacio desplegar una verdadera maratón por todos los medios de comunicación, tratando de destrabar el contenido de un decreto que ni él mismo entendía. Tuvo que salir Batman-Uribe a calmar a la Academia, a los médicos, a las EPS y a los ciudadanos. Si hacemos cuentas, el dinero invertido en las campañas de la pandemia y de la otra pandemia (la Emergencia Social) habría alcanzado para cubrir parte del déficit en salud.

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Cuando hubo un pequeño brote de rabia en el Cauca, el Ministro de Protección Social, suficientemente curtido en los estrados judiciales con el escándalo de la ‘Yidispolítica’, volvió a la carga mediática para “proteger” a la niñez de los gatos rabiosos. Brigadas de salud se desplazaron al Cauca para vacunar gatos, perros, niños y hasta murciélagos.

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Pero donde se perfiló como el más incompetente de los funcionarios de este gobierno, fue con el errático reemplazo del Seguro Social por la Nueva EPS. Con el pretexto de mejorar la atención a los usuarios y de superar los problemas económicos que arrastraba el Seguro desde su creación, el 1 de agosto del 2008 empezó esta EPS en estrechos e incómodos sitios, quedando vacías excelentes instalaciones como la Clínica Uribe, la sede del Limonar y Bellavista que, sin duda, pasaron y han de pasar a la empresa privada.

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Una operación de tal magnitud requería un estudio a fondo, pero la Nueva EPS nació con los mismos problemas que traía el Seguro Social (una población envejecida y cargada de enfermedades de alto costo). Después de año y medio de su creación, las cosas no han cambiado, por el contrario han empeorado. Según me dijo un médico que perteneció al Seguro Social: “La transformación del Seguro no fue otra que entregar a los privados lo último que quedaba de la administración de la salud por parte del Estado”.

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La salud en Colombia se encuentra en estado terminal y lo que menos requiere son ministros ineptos que en lugar de salvar el enfermo, caven su tumba.

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Entretanto: ¿Será verdad que detrás del cierre de Cambio y la salida de Rodrigo Pardo y María Elvira Samper, está José Obdulio Gaviria? ¿Hasta cuándo, Uribe mantiene esa clase de consejeros, así no estén en la Casa de Nariño, pero que proyectan al país como un régimen fujimorista con sus montesinos?