Enfermedades gástricas, más
latente en zonas de montaña
Por:
Hermann Sáenz, Unimedios
Colombia cuenta con una de las cepas más agresivas de Helicobacter pylori, bacteria que
provoca graves males gastrointestinales. Cerca del 80% de la población, a la
edad de 10 años, ya está infectada, proporción alta si se compara con el 30% de
los países desarrollados.
Antes
del descubrimiento de la bacteria Helicobacter
pylori, en 1989, se pensaba que las úlceras y
gastritis eran producidas por la baja calidad de la alimentación o por
problemas emocionales. El hallazgo del australiano Barry
Marshall cambió por completo el enfoque que se le
daba a la patología, convertida en el segundo padecimiento infeccioso más
frecuente después de las caries.
Se calcula que el 40% de la población mundial estaría contaminada con la
bacteria, pero la infección no es igual en todas partes: en los países en
desarrollo es más frecuente por las condiciones socioeconómicas y las malas
costumbres de salubridad e higiene. El microorganismo se puede transmitir a
través del agua, la leche, las moscas y las manos sucias, y se elimina por la
materia fecal.
En muchas ocasiones se queda en el estómago por el resto de la vida, aunque no
se manifieste la enfermedad o se produzcan siquiera úlceras. Lo único que crea
es una pequeña inflamación suficiente para producir secreciones gástricas que
expelen urea, el alimento favorito del H. pylori.
Alta proporción
Algunas personas manifiestan síntomas con o sin la gastritis grave. “Son
dos cosas aparte. Se pueden tener molestias, generalmente ardor en la boca del
estómago, a veces pesadez o distención abdominal en
un grupo de pacientes, pero la mayoría no siente nada. Alguien puede padecer
gastritis severa e incluso cáncer y nunca presentar síntomas”, comenta Óscar
Iván Gutiérrez, experto gastroenterólogo de la Universidad Nacional de
Colombia.
Aunque buena parte de la investigación de este profesor retirado quedó
paralizada y enclaustrada dentro del Hospital San Juan de Dios al momento de su
cierre, los datos generados por su grupo siguen siendo, en la actualidad,
referente científico.
No en vano, el pasado 29 de septiembre Gutiérrez obtuvo el Premio Scopus, que reconoce a los investigadores cuyos trabajos
hayan recibido el mayor número de citas en los últimos años,
como es el caso de su trabajo con H. pylori.
Uno de sus estudios más relevantes fue el realizado con 750 personas, de las
cuales una tercera parte manifestó molestias estomacales; su hallazgo
estableció que el microorganismo estaba presente en el 92% de los evaluados.
“En países como el nuestro, aproximadamente 80% de los niños están infectados a
los 10 años de edad; en cambio, en los desarrollados, máximo el 30% pero a la
edad de 50 años. Eso implica que en Colombia, a la edad de 60 años ya la mayor
parte de la población lleva 50 años con la bacteria, y si hay otros factores
adicionales como los ambientales o genéticos, se pueden desarrollar gastritis
más avanzadas o cáncer”, agrega Gutiérrez.
Entre las causas ambientales estudiadas en el país, el médico destaca lo
descubierto por el doctor Pelayo Correa –otro experto en el tema–
en el departamento de Nariño, una de las zonas con el promedio más alto de
cáncer gástrico en el mundo.
Se encontró que allí la alimentación se compone de pocos vegetales frescos,
pero sí de mucho consumo de sal, especialmente en las áreas rurales donde no
hay refrigeradores; los pobladores salan la carne y los alimentos para
conservarlos, lo que propicia las condiciones para la aparición de H. pilory.
En general, el cáncer de estómago se detecta con mayor frecuencia en las áreas
montañosas, por ejemplo Boyacá y la zona del Viejo Caldas. Al contrario, muy
pocos casos en la región costera y los Llanos Orientales.
Otra de las causas ambientales en las áreas montañosas se relacionan con aguas
contaminadas con nitritos (utilizados en algunos fertilizantes y en la conserva
de carnes), que se pueden transformar en el estómago en nitrosaminas,
sustancias cancerígenas. “Ingerir arepa quemada o cualquier elemento en ese
estado puede llevar al organismo sustancias carcinógenas. De manera que no se
ha establecido un solo factor sino la suma de varios, pero adicionalmente es
posible que exista un hecho genético adicional”, explica Gutiérrez.
Cepa agresiva
La prueba indirecta está en lo que se ha llamado el “enigma africano”,
debido a que existen países de ese continente en donde puede existir 100% de
infección por el Helicobacter a la edad de 2
años, pero nunca se desarrolla el cáncer gástrico; no se sabe si es debido a un
factor genético o ambiental.
Se dice que las defensas que desarrollan estas personas contra las enfermedades
parasitarias podrían, eventualmente, en forma indirecta, contrarrestar la
evolución de la infección en formas más graves de gastritis.
Lo que sí se puede decir es que la bacteria, hoy en día, es considerada por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) un carcinógeno relacionado con la
producción de cáncer gástrico, como lo es, por ejemplo, el cigarrillo para el
pulmón.
Otro de los descubrimientos del doctor Gutiérrez, además de la prevalencia tan alta de la bacteria entre la población
colombiana, es que la cepa de H. pilory de
nuestro territorio es una de las más agresivas, al punto de llevar a formas
graves de gastritis. “Son muy resistentes a uno de los medicamentos más
utilizados en el tratamiento: el metronidazol”.
El experto aconseja que cuando la gastritis es leve y no presenta molestias, es mejor no tratarla, simplemente dejarla allí. Los
alimentos con vitamina C y los probióticos tienen
sustancias favorecedoras que pueden ayudar a erradicar la enfermedad.
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