Enfermedad renal crónica eleva hasta 15 veces el riesgo de morir en forma temprana

La muerte de estos órganos suele ser progresiva y silenciosa. Por eso conviene cuidarse y consultar.

Esta condición es más frecuente de lo que se cree. Aunque en Colombia se brinda atención de calidad a los enfermos renales, aún no se avanza en el aspecto más importante: la prevención.

Hoy cerca de 21.000 personas están sometidas a tratamientos de diálisis; cerca de 800 de ellas esperan un trasplante.

¿Para qué sirven los riñones?
Eliminan los productos de desecho del metabolismo del organismo, modulan la cantidad de agua y sal del cuerpo (regulando así la presión arterial), estimulan la producción de glóbulos rojos de la sangre y regulan el funcionamiento de los huesos.

¿Qué ocurre cuando los riñones no funcionan bien?
En etapas avanzadas de enfermedad renal, el organismo acumula sustancias tóxicas que producen múltiples síntomas, como debilidad, cansancio fácil, edemas (hinchazón), náuseas, falta de apetito e insomnio. También se produce anemia, hipertensión arterial de difícil control y alteraciones en los huesos. Se aumenta el riesgo de sufrir un evento cardiovascular y, por lo tanto, de morir prematuramente.

¿Cuáles son las causas de la enfermedad renal?
Las principales son la diabetes mellitus y la hipertensión, mal controladas (ver gráfico, cómo controlar la tensión). También se cuentan las enfermedades primarias del riñón, males autoinmunes -como el lupus eritematoso-, las infecciones repetidas de los riñones y la obstrucción de la vías urinaria causada por problemas de la próstata. También los cálculos urinarios y el uso de antiinflamatorios por largo tiempo.

¿Qué es la enfermedad renal crónica?
Es la lesión progresiva de los riñones, que se manifiesta por pérdida paulatina de la función renal y por alteraciones en la composición de la sangre y de la orina. Su severidad se clasifica desde 1 hasta 5, siendo 5 el estado más avanzado, cuando se ha perdido más del 85 por ciento de la función renal.

¿Esta enfermedad es común?
Una de cada diez personas en el mundo puede sufrir de algún grado de este mal. Además es silenciosa: sólo se manifiesta con síntomas concretos cuando está muy avanzada. Usualmente pasa mucho tiempo antes de manifestarse con síntomas claros. Es un mal grave, pues aumenta hasta 15 veces el riesgo de morir prematuramente. Su tratamiento es muy caro: sin incluir el manejo de las complicaciones, cuesta, por persona, alrededor de 30 millones de pesos.

¿Se puede prevenir?
En general sí, con la adopción de hábitos de vida saludable que disminuyan la posibilidad de desarrollar diabetes o hipertensión arterial.

¿Cómo se trata?
Quien ya sufre de algún grado de enfermedad renal debe asumir con responsabilidad su autocuidado y acatar las instrucciones de los médicos. Cuando se llega a estadio 5, usualmente la pérdida es irreversible y solo tiene tres opciones: no hacer nada, en cuyo caso morirá en poco tiempo, o reemplazar la función perdida con diálisis o con trasplante renal, que permite disfrutar una mejor calidad de vida.

KONNIEV RODRÍGUEZ
Presidente Asociación Colombiana de Nefrología e Hipertensión Arterial.
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

Un experto desmiente los mitos que rodean el mal renal

El nefrólogo argentino Luis Santiago Re señala algunos de los principales mitos que la gente suele tener sobre la enfermedad.

Mito: "Las enfermedades renales rara vez se manifiestan por dolores en la espalda".

Falso: la causa más frecuente de consulta es la aparición de dolores de espalda y columna.

Mito: "Orino mucho y no tengo problemas en los riñones".

Falso: Eliminar líquido no significa depurar las tóxinas del cuerpo si un riñón funciona mal.

Mito: "Los diabéticos dicen que sienten el nivel de azúcar".

Falso: La diabetes es una enfermedad que ataca los nervios. Los síntomas de la glucemia se pierden y por eso es importante hacerse monitoreos frecuentes.

Mito: "Si tengo la presión normal no es necesario que tome medicación contra la diabetes".

Falso: Los fármacos protegen al riñón para que no entre en insuficiencia.

Mito: "Si tengo una enfermedad renal, me afecta seguro a un solo riñón. Igual tengo otro".

Falso: Generalmente afecta a los dos riñones.

Mito: "Si me falla el riñón me lo curo con un trasplante renal".

Ojo con esa idea: no es recomendable llegar al punto de someterse a un trasplante de riñón. Además de las esperas largas esperas, en caso de operarse uno debe hacerse controles periódicos y tomar medicamentos de por vida.

FUENTE: LA NACIÓN, ARGENTINA, GDA