Endulce con cuidado su comida; recuerde que el valor nutricional del azúcar es puramente energético

Cada vez hay más opciones para endulzar comidas y bebidas en forma saludable.

Combustible para el cuerpo: así puede definirse el azúcar o sacarosa. Esta sustancia, de color blanco o moreno, se presenta en forma cristalizada, en polvo, en terrones, en cubos y en granos.

Está contraindicada a aquellos con intolerancia a los carbohidratos, es decir a personas con diabetes, hipoglicemia, hipertrigliceridemia y obesidad. Conviene, por eso, ser cuidados al seleccionarlo.

Estas son las características de cada tipo:

Blanco o moreno

La diferencia básica entre uno y otro no es su contenido calórico sino su proceso de refinamiento: la producción de azúcar consta de varias etapas, empezando por la recolección, picada y molienda de la caña madura para extraer su jugo; al evaporarlo se logra un jarabe del cual se obtienen la miel y los cristales. El azúcar moreno (que debe su color a que no se somete a blanqueamiento) se produce directamente a partir de los jarabes oscuros obtenidos durante la refinación del azúcar.

Panela

Este producto se obtiene del jugo de la caña de azúcar y de la cristalización de la sacarosa. Además del importante valor energético que tiene, se destaca su aporte de potasio, fósforo y calcio. Es un alimento natural, cuyo proceso de elaboración no debe incluir la adición de sustancias químicas que alteren sus características físicoquímicas.

Miel

Es una sustancia natural azucarada producida por las abejas o extraída de la caña de azúcar; su valor nutricional es solamente calórico. Su consumo, al igual que el del azúcar, no se recomienda en la dieta antes del año de vida, pues puede estar relacionado con alergias alimentarias. Azúcar en la alimentación Se sugiere que el azúcar no aporte más del 10 por ciento del total de las calorías consumidas al día. Es decir: dentro de una dieta de 2.000 kilocalorías se permite el consumo de cuatro cucharaditas de azúcar o un chocolate pequeño o panelita o solamente un postre mediano. En personas con obesidad o con intolerancia a los carbohidratos (hipoglicemia, diabetes, síndrome metabólico e hipertrigliceridemia) no se recomienda su consumo.

Edulcorantes o sustitutos de azúcar

Su sabor es dulce, pero el organismo no los absorbe ni los utiliza, como el azúcar. Existen sustitutos que aportan calorías a la dieta con un efecto de elevación de la glicemia un poco menor al azúcar (fructosa, manitol y sorbitol) y otros que no aportan calorías o no afectan la glicemia (aspartame, acesulfame K, sucralosa y stevia). Aunque su uso -que depende de los objetivos nutricionales de cada persona- se ha relacionado con ciertas afectaciones a la salud, múltiples estudios señalan que, en general, son seguros.

Los libres de calorías

Sucralosa: es 600 veces más dulce que el azúcar y es el único edulcorante que se obtiene a partir de la sacarosa.

Acesulfame K: también se conoce como acesulfame potasio. Es una sal orgánica compuesta por carbono, nitrógeno, oxígeno, hidrógeno, sulfuro y potasio. Es 200 veces más dulce que el azúcar y, como no puede ser digerido por el organismo, no aporta calorías. Más de 90 estudios verifican la seguridad de su consumo.

Aspartame: resulta de la unión de dos aminoácidos: el ácido aspártico y la fenilanina que, por lo general, se encuentran en alimentos de origen proteico como carne, leche y algunos vegetales. Es 200 veces más dulce que el azúcar. Pacientes con fenilcetonuria no pueden usarlo. Ha intentado ligarse su uso con males como lupus, esclerosis múltiple, problemas de visión, cefalea, fatiga e inclusive Alzheimer. Pero la FDA y la American Medical Association afirman que no existe evidencia que respalde esas aseveraciones.

Stevia: se extrae de una planta. No es calórico y es 300 a 400 veces más dulce que el azúcar.

Aportan calorías

Fructosa: es un monosacárido o azúcar simple; se encuentra en las frutas, en algunas verduras, en la miel y en otras plantas. Aporta cuatro kilocalorías, al igual que el azúcar. No tiene efectos en los niveles sanguíneos de azúcar.

Azúcar ligth: mezcla de azúcar y aspartamen. También se encuentra mezclada con stevia. Reduce las calorías en un 50 por ciento y su uso se recomienda para el control de peso, pero debe hacer parte de un tratamiento nutricional integral. No se recomienda a pacientes con diabetes o con fenilcetonuria.

Sorbitol y manitol: los polioles también pueden categorizarse como sustitutos del azúcar porque pueden reemplazar a los edulcorantes de azúcar, usualmente en una relación uno a uno: son menos energéticos y ofrecen potenciales beneficios de salud ( menor riesgo de caries dental, por ejemplo). Los polioles sorbitol, manitol y xilitol están en productos vegetales como las frutas y las berries. Comercialmente son sintetizados y no se los extrae de fuentes naturales. Una carga excesiva (más de 50 gramos de sorbitol o 20 gramos de manitol al día, por ejemplo) puede causar diarrea.

CLAUDIA ANGARITA
NUTRICIONISTA Y DIETISTA, DIRECTORA DEL CENTRO COLOMBIANO DE NUTRICIÓN INTEGRAL (CECNI).
ESPECIAL PARA EL TIEMPO