El científico
dijo que aunque el Gobierno realiza esfuerzos importantes de inversión, falta
un trabajo sostenido en materia de salud. Cuestionó, además, la labor de las
escuelas de medicina del Valle en regiones como Buenaventura, donde se
concentra el mayor número de casos del Pacífico
Ad portas de iniciar la construcción de mapas prospectivos de riesgo de
malaria y de comenzar las pruebas clínicas de una vacuna para combatirla,
Sócrates Herrera, director del Centro de Investigación Científica Caucaseco, dedicado a este tema, habló con El País sobre el
panorama de la enfermedad.
El científico dijo que aunque el Gobierno realiza
esfuerzos importantes de inversión, falta un trabajo sostenido en materia de
salud. Cuestionó, además, la labor de las escuelas de medicina del Valle en
regiones como Buenaventura, donde se concentra el mayor número de casos del
Pacífico.
La malaria es una enfermedad extraordinariamente
compleja. Desde lo clínico porque, como el parásito que la produce esta en la
sangre afecta cualquier órgano, uno puede sufrir una malaria leve que si se
diagnostica rápidamente se puede curar en dos días. Pero si avanza, puedo
terminar con enfermedades cerebrales, pulmonares, renales, cardiacas, una falla
multisistémica y la muerte. Desde el punto de vista
epidemiológico también es terriblemente difícil porque el mosquito vive en
condiciones que pueden ser cambiantes, depende de las regiones. ¿Qué es lo que
se requiere? la participación de las comunidades. Ellas conocen cómo se están
afectando, cuáles son sus hábitos, etc. Pero para las más pobres hay otras
cosas más importantes que la malaria, por ejemplo, sobrevivir. Se ha visto que
cuando se logra llegar con servicios de salud adecuados al campo, a las
regiones remotas, y hay diagnóstico oportuno y tratamiento efectivo, la malaria
desaparece en esos sitios.
En la última década ha disminuido, pero sigue
estando muy alta. En América Central, la malaria bajó el 90 %. Hay países como
El Salvador que el año pasado tuvieron 20 o 25 casos. En Colombia tenemos
60.000 casos anuales. Antes eran 120.000. Es el segundo país de Latino América
después de Brasil, que es el que más produce. En el país aún no logramos
esfuerzos sostenidos. Hay muchos altibajos.
El Gobierno hace un esfuerzo importante. Estamos
seguros de que pudiera ser una articulación y una financiación mucho mayor. Ha
habido promesas que ni el gobierno del presidente anterior ni el del presidente
actual parecen tener la decisión política de afrontar. En la campaña del
presidente Santos se hablaba de aumentar significativamente el porcentaje del
producto interno bruto para financiar investigación, se hablaba del 1 % o más
del 1 %. En este momento, si nos va bien, llegaremos al 0,6 % o 0,7%. Entonces,
eso es un poco frustrante.
Ahí tenemos un compromiso todos.
El Gobierno, las comunidades académicas y las regiones, de utilizar
adecuadamente estos recursos. Durante el año anterior hubo un poco de
improvisación sobre el cómo utilizar recursos de regalías para ciencia y
tecnología. El sistema fue mejorando, pero esperaríamos que este año se
consolide de manera más seria.
Estamos transfiriendo unos recursos bastante
importantes del sistema de regalías. Entonces, se está llegando a regiones
donde no existe la capacidad de formular proyectos. Uno pudiera pensar que en
departamentos como Chocó y en regiones como la Costa Atlántica hay muy poca
capacidad para desarrollar proyectos adecuados. Como eso son recursos que le
llegan a las regiones (el año pasado fue cerca de $1 billón) no están exentos
de intereses que no son exactamente en ciencia y tecnología.
Resulta que se conforman grupos “a la carrera” que
aspiran a esos recursos y utilizarlos adecuadamente es algo en lo que no se
puede improvisar. Hacer ciencia y tecnología es un proceso de largo aliento, no
es algo en lo que yo pueda montar un laboratorio, conseguir un poco de plata y
equipos y llamar a un poco de gente. Tal vez los negocios de ventas sí puedan
montarse fácilmente. Pero ciencia y tecnología y desarrollar innovación para
atacar problemas tan serios como las enfermedades del Pacífico requieren toda
una trayectoria, una planeación, una prospectiva.
En el Valle del Cauca no debería haber malaria
porque Cali tiene un nivel de desarrollo bastante importante. Tenemos en la
región cinco o seis facultades de medicina y no me diga que ninguna es capaz de
tener mayor impacto en Buenaventura que es un solo municipio. Uno quisiera
preguntarles a las facultades de medicina de Cali, ¿Será que están teniendo en
cuenta los problemas de la región que están a dos horas de aquí? ¿cuáles son las actividades de las universidades de este
vecindario sobre la región más pobre del país? Eso se llama responsabilidad
social de las organizaciones. Digamos que hay muchos avances, muy buena
voluntad, pero al mismo tiempo, estoy convencido de que podríamos hacerlo mejor
si estuviéramos pensando más.
Este año tenemos planeados tres ensayos clínicos
orientados en fortalecer y acelerar el avance de la vacuna en malaria contra el
parásito que es más abundante en Colombia. El plasmodium
vivax, que produce el 70 % de la malaria del país.
Estos ensayos se harán con gente joven, usualmente son adultos entre los 18 y
45 años, sanos y altruistas que quieran contribuir con el desarrollo del país y
evitar sufrimiento de las comunidades más pobres, como las del Pacífico. A esos
seres altruistas los queremos invitar.
Es una expectativa no solo a nivel del centro de
investigación y a nivel nacional, sino también en el campo internacional. Es
una responsabilidad muy grande de nosotros como grupo y de Colombia como país
en hacer las cosas bien hechas. Necesitamos que los resultados sean positivos.
Pudiera resultar que escogimos a los candidatos de la vacuna que no son. El
parásito es muy difícil de controlar y uno no puede en esto garantizar el
éxito, por eso hay que hacer la investigación. Siempre nos preguntan para
cuándo estará la vacuna pero no sabemos, solo los resultados lo pueden decir.
El resto es buena voluntad de uno.