Embarazo adolescente, alimento de la pobreza

Cerca de 20 de cada 100 adolescentes colombianas entre los 15 y los 19 años de edad han estado embarazadas.

El porcentaje es tan alto, que incluso supera el promedio de 18 por ciento de mujeres en este rango de edad que son mamás en América Latina. El dato preocupa, no solo porque este fenómeno ha crecido en el país en las últimas décadas, sino también por el impacto que tiene sobre las mujeres, sus hijos y sus familias.

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), buena parte de estas niñas "se ven obligadas a interrumpir sus estudios, lo cual limita su desarrollo personal y social y, en el futuro, su progreso económico".

Ginna Vargas, del Centro para Jóvenes de Profamilia Bogotá es testigo permanente de este drama: "Como estas madres no tienen suficiente desarrollo personal e intelectual, delegan la crianza de sus hijos a los abuelos, pues lo común es que el padre no responda; la familia se recarga con obligaciones, que afectan sus intentos por mejorar su calidad de vida".

Es esto lo que, de acuerdo con la Cepal, "contribuye a perpetuar el círculo vicioso de exclusión, pobreza y desigualdad" de las poblaciones.

'A jugar, no a criar' El impacto de estos embarazos en el desarrollo personal y colectivo es tan grande que todos los países en vías de desarrollo se fijaron, en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el propósito de reducirlos.

Colombia, de acuerdo con el presidente Juan Manuel Santos, va rezagada en su propósito de que ese porcentaje baje al 15 por ciento para el 2015. Por esa razón, esta semana encabezó la firma de un compromiso histórico entre todos los partidos y movimientos políticos del país, mediante el cual se busca llegar, como mínimo, a esa meta.

El acuerdo suscrito compromete a los candidatos que ganen las próximas elecciones a incluir en sus planes de desarrollo estrategias, metas, tareas, responsables y recursos para atender efectivamente el tema.

Esta es también una forma de buscar que todos los niños que nazcan en el país sean deseados y recibidos en un entorno que garantice su protección y crianza adecuada.

Hoy, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud, el 64 por ciento de las adolescentes que han pasado por embarazos, manifiestan que estos fueron no deseados, un 12 por ciento más que el promedio general.

Durante la firma del acuerdo, el Presidente reconoció la gravedad del panorama e insistió en que la promoción de la salud sexual y reproductiva "significa romper el círculo de pobreza y de falta de oportunidades para la juventud (...) los jóvenes deberían estar estudiando, jugando, aprendiendo y no trabajando para criar un hijo".

'Me preocupa mi niña: tiene tiene 14 años y será mamá' "Me duele mucho ver a mi hija embarazada y tan desorientada", dice la mamá de una niña de 14 años de edad y 7 meses de embarazo. "Es muy pequeña para saber lo que le conviene", sigue la mujer, para contar que su hija se enamoró de un joven mayor (de 22 años, carpintero de oficio) y se fue a vivir con él.

"Aunque soy muy pobre, he soñado para mi hija un futuro mejor que el que yo tuve", asegura esta madre soltera. La niña, por su parte, admite que no tiene edad para ser madre, pero afirma que no se arrepiente y que, pese a las necesidades, luchará por ser buena mamá. "Quiero formar mi hogar", dice esta estudiante de noveno de un colegio distrital. .

'Me duele mucho no ser una buena mamá' "Tengo 20 años y un niño de 3; quedé embarazada a los 16. Nunca planeé ser mamá; estaba en el colegio. Quise abortar; me fui de la casa con el papá del niño, que me pegaba. Me separé y tengo una pareja que me apoya, aunque somos muy pobres. Me quedó un trauma que intento remediar: mi niño es idéntico al papá, y cuando lo veo, recuerdo la mala vida que él me daba. Por eso, no puedo ser una buena mamá." .

'El papá del niño me dejó porque no quise abortar' "Tengo 16 años y soy la mamá de un hermoso niño de 5 meses. Lo amo, aunque me toca muy duro. El papá del niño tiene 17 años y me terminó cuando tenía tres meses de embarazo, porque no quise abortar; eso ya no me importa. Lo que me duele es que no me ayude. Es mariachi y gana muy bien, pero no me da nada. Por ahora, estoy lactando, pero no sé cómo voy a alimentarlo más adelante. Vivo con mis abuelos y mi papá es el que me ayuda; es plomero, pero dura meses sin trabajo. A veces no tengo para los pañales. Hay días en los que paso solo con una comida. Estudié hasta noveno y en el colegio me negaron el cupo. Mi hijo me da fuerzas para seguir luchando.".

- Ayudas condicionadas reducen embarazos Estimular a las jóvenes a tener éxito en sus estudios para renovarles la entrega de un subsidio educativo contribuye a disminuir el embarazo adolescente, afirma un estudio hecho por las facultades de Economía y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, que comparó el efecto de las políticas educativas en el embarazo juvenil. Se seleccionó a cerca de 1.400 jóvenes de Bogotá entre 14 y 19 años beneficiarias y no beneficiarias del subsidio educativo de la Secretaría Distrital de Educación y del programa Familias en Acción.

"El subsidio del Distrito reduce en dos puntos porcentuales la incidencia de embarazo adolescente, pero el de Familias en Acción no tiene ninguna incidencia. El primero exige tener éxito en el colegio para renovarlo; el segundo, no", dijo Darío Maldonado, uno de los investigadores. Un subsidio sin la condición del éxito escolar es casi un 'seguro contra todo riesgo' que aumenta la existencia de comportamientos riesgosos.

Cristina Plazas, Alta Consejera para la Mujer 'Hito en política social' Cristina Plazas, gestora del acuerdo suscrito entre los partidos, asegura que se trata de un hito en materia de política social: "Es la primera vez que en torno a este tema un presidente se pone decididamente la camiseta y los partidos llegan a un acuerdo".

¿Cómo puede hacer la diferencia este compromiso? Estamos elaborando un documento Conpes que compromete a los entes territoriales y a las instituciones del Estado a promover la prevención del embarazo adolescente desde su competencia. Es decir, sus proyectos y programas deben dirigirse a fortalecer la familia y a brindar nuevas oportunidades para los jóvenes. Se trata de un abordaje integral del tema, que no se restringe solo a la anticoncepción.

¿Cómo funcionaría? Minas, por ejemplo, debe buscar la forma de reducir impactos negativos de minería, como la prostitución; Vivienda no solo debe ocuparse de entregar subsidios, sino de brindar acompañamiento real a las familias; ICBF, de fortalecer programas de prevención del abuso, y Educación, de integrar el tema a la enseñanza. ¿Quién garantiza que se cumplirá? La Alta Consejería se va a ocupar de hacer el seguimiento