El auge de la medicina alternativa

 

Tratamientos como la acupuntura dejaron de ser casi esotéricos, y ya los ofrecen hasta las EPS.

 

A los dos meses de embarazo, la psicóloga Érika Rojas comenzó a vomitar de manera incontrolable. No había semana en la que no fuera hospitalizada. Fue diagnosticada con una hiperémesis gravídica (náuseas y vómitos intensos). Su médico de cabecera le dijo que no sabía qué más hacer con ella, así que le recomendó un médico especialista en medicina alternativa.

Érika comenzó un tratamiento con acupuntura y gotas. “Las tomaba desde las 6 a.m. y hasta las 10 p.m. Unas eran para la gastritis; otras, para unos cálculos en la vesícula; otras, para no vomitar y, otras, para tolerar la comida –cuenta–. Aunque no quería más agujas, me convencieron de iniciar la acupuntura”.

Al poco tiempo, los síntomas mayores desaparecieron y dejó de hospitalizarse. Su hijo nació en la tina de su baño, como lo había planeado.

Érika se benefició de lo que se conoce como medicina alternativa, aunque los entendidos prefieren llamarla complementaria. El médico cirujano Leonardo Hernández, magíster en Medicina Alternativa de la Nacional, argumenta que “cuando se habla de alternativa es porque algo no funciona”. Según él, “lo que hace esta medicina es tomar al ser humano como un todo: no separamos el ojo del sistema digestivo ni lo que piensan las personas de lo que sienten; la intervención es integral”.

El especialista añade que en Occidente se tiene una nueva visión sobre el tema: “Ahora se toma lo mejor de la medicina convencional, como el diagnóstico e incluso tratamientos, y se complementan con las herramientas de la medicina no convencional”.

‘Venían casi a escondidas’

Hasta hace poco, se consideraba a la medicina complementaria como pseudociencia. La médica Elsa Lucía Arango, especializada en este campo, asegura que “los pacientes asistían antes a nuestras consultas casi a escondidas, pero hemos ganado espacio porque se ven resultados”.

De hecho, expertos en estas materias ya aparecen en los directorios de algunas EPS y de las empresas de medicina prepagada, avalados por una sentencia de la Corte Constitucional, del año pasado.

Aunque en Colombia no hay estudios sobre el uso de estos tratamientos, un referente es la Encuesta Nacional sobre la Salud de EE. UU., que en el 2007 arrojó que el 38 por ciento de los estadounidenses utilizan la medicina complementaria, que el 12,7 por ciento hacen ejercicios de relajación profunda; el 9,4, meditación y el 6,1 por ciento, yoga.

Arango afirma que la medicina no convencional es para todas las enfermedades: “Hay casos de tratamientos exitosos de cáncer, artritis, insuficiencia renal, cardiopatías y hasta problemas severos de columna. Esto no quiere decir que lo cure todo. Cada individuo es distinto”.

Al respecto, Hernández explica que muchos llegan a la medicina complementaria porque no encuentran soluciones en los procedimientos convencionales. “Por supuesto, cuando alguien viene a consulta no le quitamos los medicamentos, pues estos han ayudado a su bienestar. Se trabaja con el paciente hasta que las funciones vitales se reactiven y ya no necesite tantos químicos”. Y añade que “cada vez toma más auge usar estas terapias no solo para curar, sino para prevenir”.

Érika, por ejemplo, integró a toda su familia a la medicina no convencional. “Para algunas molestias, tenemos un botiquín alternativo en casa. Sin embargo, nuestra historia clínica está actualizada y mis hijos van al pediatra. Una medicina no excluye a la otra”.

Eso sí, en caso de que quiera probar este tipo de medicina, es importante que lo haga de la mano de profesionales.

Las principales terapias

Homeopatía: utiliza sustancias naturales de origen vegetal, animal o mineral, diluidas y dinamizadas, para curar todos los síntomas.

Medicina biológica y antihomotóxica: busca restablecer la salud mediante la eliminación de toxinas que se acumulan en los órganos.

Acupuntura: se fundamenta en la distribución de la energía en el cuerpo, que se equilibra con agujas en ciertos puntos.

Moxibustión: aplicación de una moxa (sustancia que se quema sobre la piel).

Terapia neural: estabiliza las membranas celulares mediante pequeñas dosis de anestésicos en los ‘focos de interferencia’.

Terapia floral: creada por Edward Bach, utiliza esencias florales para equilibrar la energía, sobre todo cuando hay problemas emocionales.

Sintergética: basada en las medicinas ayurveda (hindú), convencional y tradicional china, así como la auriculomedicina, integra el láser, filtros, magnetos y otros elementos que permiten que la energía circule por los chacras del cuerpo.

Fuente: doctor Leonardo Hernández Niño

EL TIEMPO lanza colección

Primer fascículo de ‘medicinas alternativas’, este martes

A partir del 12 de febrero, y hasta el 24 de mayo, los días martes, jueves y viernes circulará con EL TIEMPO un fascículo del coleccionable ‘Medicinas alternativas: terapias para la mente y el cuerpo’. Son 44 ejemplares con información acerca de una amplia diversidad de métodos curativos, sistemas y prácticas, así como tratamientos y remedios, explicados de manera amena.

La colección está estructurada en tres capítulos. El primero abarca las técnicas, el segundo se ocupa de los tratamientos, la prevención y el estado anímico. Y el tercero, Vida Sana, incluye biodietas y nutrición. Los fascículos y el estuche para la colección no tienen un costo adicional que el que se paga por EL TIEMPO. Los suscriptores podrán adquirir el libro llamando al teléfono 353-5353 (Bogotá) o al 018000 110 600. El precio es de 25.000 pesos. Adicionalmente, podrá tener la colección de pulseras de piedras semipreciosas (15, con gemas Nueva Era), cada una con un fascículo explicativo y una bolsa protectora, a partir del jueves 21 de febrero, por 16.900 pesos cada una (más el cupón que aparece en el diario).

REDACCIÓN VIDA DE HOY