No es descabellado confiar en los vaticinios del profesor Llinás, que ve en este hallazgo la posibilidad de prevenir muchas enfermedades.
Impactar el agua con altos niveles de energía mecánica mediante sofisticados
procesos basados en nanotecnología para que, con base
en el fenómeno de cavitación, las moléculas de
oxígeno mejoren infinitamente sus propiedades vitales suena a ciencia ficción.
Pero justo en eso está embarcado el neurocientífico colombiano Rodolfo Llinás, que se atreve a decir, con base en sus hallazgos,
que lo que ha descubierto en compañía de su equipo de investigadores es un agua
supermejorada que garantizará la prolongación de la
vida útil de las células de todos los organismos vivos.
Su razonamiento es sencillo: si el agua es el sustrato esencial para la vida
y de ella el oxígeno es el elemento vital, al mejorar sus condiciones las
células adquieren con este líquido una relación más eficiente, útil y duradera,
lo que se traduce en menos desgaste y más vitalidad para ellas.
No es descabellado confiar en los vaticinios del profesor Llinás, uno de los científicos nacionales de mayor
reconocimiento en el mundo, que ve en este hallazgo la posibilidad de prevenir
muchas enfermedades producidas por el desgaste o la muerte prematura de las
células, entre ellas las neuronas, como ocurre con los males de Alzheimer, Parkinson y esclerosis; también con los infartos
cardiacos y cerebrales y la degeneración del esqueleto.
Este es un aporte que revolucionaría la forma de enfrentar la enfermedad,
sobre todo por su simpleza y economía, pues el ingrediente es el agua natural potencializada a muy bajo costo, que la gente podría tomar
e incluso recibir inyectada sin ningún problema.
Aunque el mundo científico ha pedido prudencia, ha sido inevitable que a la
luz de los resultados obtenidos hasta ahora a nivel experimental, y cuya
publicación se disputan revistas especializadas de todo el mundo, surjan toda
clase de reacciones y expectativas positivas.
También vale la pena resaltar la forma como el doctor Llinás
dio a conocer este avance en su natal Bogotá, durante su última visita al país
y con el acento cachaco que no lo abandona: "Lo más hermoso es que sirve.
Y si yo digo 'esto sirve', los colombianos saben que es así, porque no digo
mentiras. El agua es la vida, y vamos a cambiarla. Como se dice popularmente,
vamos a ponerle un segundo piso al cielo". Bien por el profesor. ¿Para qué
más?