Ejercicios para el cerebro
Octubre 11 de 2009


Por: Carlos E. Climent

Las actividades que ejercitan el cerebro pueden retardar el proceso de deterioro de la memoria y de otras funciones.

Jesús con 62 años, es el padre de una familia numerosa, empezó a mostrar fallas en la memoria, incapacidad para seguir el hilo de una conversación y desorientación en momentos de estrés. Por fuera de su hogar, y a pesar de que sus síntomas eran notorios, nadie le señalaba sus deficiencias. Un buen día aceptó acudir donde su médico, quien ordenó exámenes de laboratorio y un test neuro-psicológico. Se le diagnosticó una incapacidad cognitiva leve (ICL).

La recomendación del médico fue poner en práctica ciertas medidas que un reciente estudio propone para fortalecer la memoria en la población de adultos mayores*.

En esencia se trata de actividades diversas a manera de “ejercicios para el cerebro” que pueden posponer el deterioro asociado a los procesos demenciales en personas mayores. Entre más actividades se realicen, mayor es la posibilidad de preservar la memoria.

Entre muchas otras se incluyen:

Hacer ejercicio físico y de relajación diariamente para reducir el estrés.

Mantener una adecuada nutrición e hidratación.

Socializar: Obligarse a visitar amistades o a realizar reuniones sociales. Evitar el encierro y el aislamiento.

Practicar la conversación con personas de distintas edades.

Realizar ejercicios para fortalecer la memoria. Buscar ayuda preventiva en las instituciones especializadas.

Leer y discutir lo leído; escribir.

Escuchar más música clásica y ver menos Tv. Aprender otro idioma.

Realizar actividades artísticas o tocar algún instrumento.

Participar en juegos que requieran recordar palabras nuevas.Resolver crucigramas y armar rompecabezas.

Tomar fotos. Ver álbumes y tratar de recordar nombres y circunstancias.

Realizar actividades/labores nuevas, agradables con frecuencia. Mantenerse ocupado. Hacer algo por alguien cada día. Mantener intereses superiores/espirituales/religiosos.

Y mantener una libreta a la mano para anotar todos los asuntos cotidianos que tienden a olvidarse.

Nadie puede asegurar que el seguimiento de las medidas expuestas puedan devolverle a Jesús la memoria de su juventud, pero se consideran en conjunto los componentes básicos de una vida saludable. Este tipo de actividades, realizadas cotidianamente pueden ayudar a mantener un estímulo sobre las células cerebrales, aumentando así las posibilidades de un mejor y más prolongado funcionamiento cerebral.

*Hall, C., Neurology, August 2009; 73:356-361.

carloscliment@elpais.com.co