EDUCACIÓN PARA EL NUEVO MILENIO

Pensar la ciudad desde la educación se torna uno de los temas recurrentes al perfilar los nuevos ciudadanos frente al mundo.

Pensar la ciudad desde la educación se torna uno de los temas recurrentes al perfilar los nuevos ciudadanos frente al mundo.

Si bien el tema se menciona hasta con esperanzas para obtener desde la educación cambios estructurales que hagan otras sociedades más justas, participantes y creativas, varias de sus premisas siguen montadas sobre criterios acumulativos del saber sin pasar por instancias más subjetivas y, por tanto, más profundamente transformadoras de nuestro ser. Se sigue evaluando la educación según lo que los estudiantes o las personas saben y no tanto en como ellos saben y para qué.

Una idea funcional de la educación la entiende como socialización en el sentido de trasmitir valores socialmente relevantes convirtiendo el aula en el lugar donde se ejerce la reproducción. La educación sería la principal bloqueadora de impulsos tanto instintivos como estéticos para asegurar a la sociedad su statu quo.

Liberar la creatividad.

La otra opción es instaurar en los mismos procesos educativos la capacidad para desprenderse del pasado que trasmite y romper el círculo de la necesidad, para liberar el deseo y, por ende, la creatividad. Si la educación tiene la función de socializar, de sujetar al sujeto, podrá prever su des-sujecion, "encaminándolo en la aventura de la personalización". Para ello habría hoy, al menos, tres frentes de reflexión.

Primero en este nuevo milenio contamos con el computador como huésped definitorio del futuro. Puede contribuir a una visión bancaria de la educación, como sistema dotado de una impresionante capacidad de acumulación de datos, pero, igual, puede permitir que cada quien se conecte a algún resto del mundo y, a su vez, brindar la posibilidad personalizar su uso.

Junto al computador y los medios la educación de este milenio debe reconocer como parte fundante de su orientación, las múltiples inteligencias que hoy se le reconocen al individuo desde distintos campos como la neurociencia, el arte contemporáneo o las psicologías cognitivas. Hablamos de un "pensamiento visual" que actúa de modo distinto al céntrico, lógico y deductivo de naturaleza verbal que ha dominado nuestras pedagogías.

El otro frente corresponde la búsqueda del punto de equilibrio entre lo colectivo y lo individual en la formación de los educandos. Mientras la modernidad quedó definida como el gran avance del individuo sobre los poderes del Estado, hoy ha renacido el debate sobre lo publico cuestionando el exceso de individualismo egoísta.

La educación cumplirá, entonces, una labor determinante para perfilar a un nuevo individuo, que se ame a sí mismo y busque su satisfacción, pero al mismo tiempo cumpla una misión ética de saber que se vive en función de otros.

Esa zona de autoreflexión sobre el futuro se puede llamar educación. Los planes para lograrlos serán las políticas educativas. Las tiene Colombia? Si el futuro es educación debemos empezar por acabar el ministerio del ramo (adonde vacacionan unos políticos y pelean unos sindicalistas) y volverlo a hacer completamente nuevo. Mientras tanto el pasado no ha terminado y nos sigue amarrando.

Publicación

eltiempo.com

Sección

Cultura y entretenimiento

Fecha de publicación

22 de enero de 2001

Autor

Armando Silva