Los
investigadores Carlos Vélez Pardo y Marlene Jiménez Del Río contradicen la
extendida creencia de que no es bueno trabajar con la pareja.
Ellos lo son, y no sólo acostumbran publicar conjuntamente el resultado de
sus investigaciones, sino que vienen compartiendo, desde hace muchos años, un
tesonero trabajo científico en el campo de la biología molecular. Que ha
merecido importantes reconocimientos, en el país y fuera de él, pero que el
cotidiano alud de la desesperanza, que en este país se manifiesta en forma de
malas noticias, nos ha impedido conocer como es debido.
Debo a la compañera Myriam Bautista la buena noticia de que estos dos
colombianos han sido escogidos por el jurado del prestigioso premio Alejandro
Ángel Escobar como los galardonados de este año, quizás para que el contrapeso
de la ciencia, y su apuesta por la vida, pueda contraponerse a la difícil
realidad que nos ha tocado en suerte. Y nos devuelva la confianza en lo mejor
que tenemos.
El campo de aplicación de las investigaciones de los doctores Vélez y
Jiménez es el de las enfermedades de Alzheimer y
Parkinson, males que al parecer confluyen en la patología presentada por un
buen número de pacientes afectados.
Por ello, desde este punto de observación partió el trabajo que aquí se
destaca y que está orientado a buscar la probable existencia de un mecanismo
patológico común a los males de Alzheimer y
Parkinson. La investigación acude a las complejas metodologías de las
comprobaciones in vitro e in situ, y se enmarca,
según los entendidos, en el no menos complejo y reciente ámbito de la biología
molecular.
Con base en ello, Vélez y Jiménez, investigadores del grupo de neurociencias
de la Universidad de Antioquia, han elaborado un modelo molecular unificado de
estrés oxidativo, cuyo fin es comprobar si
efectivamente agentes tóxicos, entre los cuales se encuentra la dopamina, y
algunos metales como el hierro, el zinc, el cobre y el manganeso inciden en la
pérdida neuronal progresiva, que determina los males de Alzheimer
y Parkinson.
La investigación contribuiría a que se mejore el enfoque terapéutico de
estos males del siglo XX, a fin de que se pueda detener, rescatar o retardar el
proceso de deterioro celular en los miles de pacientes que actualmente padecen
estas enfermedades.
Otro acierto, sin duda, del Premio Alejandro Ángel Escobar, que en el
próximo septiembre entregará a estos dos colombianos un premio que a todos nos
honra.
guzmanhennessey@yahoo.com.ar