La falta de sueño aumenta el riesgo de depresión y de pensamientos suicidas
entre los adolescentes, según un estudio difundido en Estados Unidos.
De acuerdo con esa investigación, realizada entre 15.659 estudiantes de 12 a
18 años, el riesgo de depresión entre los adolescentes que habitualmente se van
a acostar después de la medianoche es 24 por ciento superior al de los que se
van a la cama antes de las 10 de la noche.
Los que se acuestan más tarde tienen además más pensamientos suicidas: 20
por ciento más que entre los que se acuestan temprano, según la investigación
publicada en la revista Sleep.
“Estos resultados aportan la prueba suplementaria de que un sueño breve
podría jugar un papel en el análisis de las causas de la depresión”, escriben
los autores del estudio dirigido por el profesor James Ganwich,
de la Universidad de Columbia.
Se estableció que aquellos que tuvieron cinco horas de sueño durante la
noche presentaban un 48 por ciento más de riesgo de desarrollar pensamientos
suicidas, en comparación con aquellos que durmieron ocho horas.
Ganwich señaló que la falta de sueño podría
afectar las respuestas emocionales del cerebro y conducir a la melancolía que a
su vez, entorpece la habilidad para hacer frente al estrés cotidiano. Esta
melancolía podría afectar el juicio, la concentración y el control de los
impulsos.
Según la Organización Mundial de la Salud en los próximos 20 años la
depresión será la enfermedad que más padecerán las personas, superando al
cáncer y los trastornos cardiovasculares, que son las que tradicionalmente les
cuestan la vida