Dolor físico y depresión
II
Julio 12 de 2009
Por: Carlos E. Climent
Dolor y depresión
con frecuencia ocurren al mismo tiempo, pero su tratamiento no contempla el
alivio de los dos síntomas simultáneamente.
El
dolor físico es el síntoma por el cual más se consulta a los servicios
generales de salud, y la depresión el origen de la mayor incapacidad. Ambas
dolencias pueden ocurrir simultáneamente, planteando un agravamiento de la
incapacidad y del sufrimiento de millones de seres humanos.
El
tratamiento de estos síntomas se convierte en un problema cuando los médicos se
interesan más en resolver el problema del dolor con analgésicos o
procedimientos puntuales, pero consideran a la depresión concomitante como algo
que no es de su incumbencia.
O
cuando los psicólogos o psiquiatras tratan exclusivamente la depresión y
consideran que el tema del dolor se sale de su especialidad. La consecuencia de
tales decisiones es que el paciente termina recibiendo tratamientos
independientes cuando lo que se requiere es una acción terapéutica que
contemple simultáneamente las dos dolencias.
Una
importante investigación de casos y controles recientemente publicada* se
propuso demostrar que la combinación de una terapia integral para atacar la
asociación dolor-depresión puede resultar más efectiva que el manejo aislado tradicional.
La
investigación incluyó a 250 pacientes que sufrían de dolor lumbar, cadera o
rodilla y quienes al mismo tiempo mostraban una depresión. Todos los pacientes
provenían de clínicas comunitarias de reconocida seriedad en Indianápolis,
Estados Unidos. Los pacientes fueron asignados al azar a dos grupos.
El
grupo de estudio incluyó a 123 pacientes que fueron sometidos a un tratamiento
integral para la depresión. Estos pacientes recibieron psicofármacos a dosis
terapéuticas además de una terapia para educar al paciente sobre las
circunstancias que le disparaban el dolor y algunas estrategias para disminuir
el miedo, relajarse y mejorar el sueño.
El
grupo control de 127 pacientes fue sometido al tratamiento tradicional que para
esas dos condiciones se recomendaba en esos centros médicos.
Al
revisar la evolución 12 meses después de iniciados los tratamientos, los
resultados del estudio mostraron una diferencia significativa a favor del
tratamiento integral, al compararlo con el grupo control tratado de la forma
tradicional.
La
conclusión es que el tratamiento con antidepresivos a dosis óptimas y por un
tiempo adecuado seguido de una terapia integral para el dolor, es muy superior
al tratamiento tradicional que maneja cada síntoma por separado.
*Kroenke, K. et al JAMA. 2009; 301(20):2099-2110.
carloscliment@elpais.com.co