La disfunción sexual en las
mujeres existe y es común
Se
calcula que entre el 30 y el 40 por ciento de ellas sufre algún trastorno de
este tipo.
No
son un mito. Las llamadas disfunciones sexuales femeninas existen e impiden a
muchas mujeres disfrutar de una vida sexual plena y feliz.
Unas
veces se manifiestan como una abierta disminución del deseo sexual, otras, como
una franca incapacidad para excitarse o alcanzar un orgasmo. Y aunque en menor
medida, también hay casos de mujeres que experimentan dolor durante la
actividad sexual.
¿Es
cierto que estas disfunciones son más comunes en ellos que en ellas?
No.
En ellas son, aunque cueste creerlo, más frecuentes. Se calcula que entre el 30
y el 40 por ciento de las mujeres a cualquier edad presenta algún tipo de
disfunción. Lo que pasa es que consultan menos; pese a no tener una vida sexual
satisfactoria, son más tolerantes y sumisas frente a este tema. Además, estas
disfunciones no son físicamente evidentes, lo que sí ocurre con los señores.
¿Qué
disfunción es más frecuente?
Las
relacionadas con la falta de deseo y con la imposibilidad de alcanzar un
orgasmo; ambas suelen estar relacionadas con alteraciones orgánicas,
principalmente por déficit hormonal.
Dicen
que seis de cada diez mujeres rara vez o nunca tienen orgasmos. ¿Es cierto?
Sí.
A diferencia de lo que ocurre con los hombres, el orgasmo femenino es una fase
muy compleja. Para llegar a él se requiere la confluencia armónica de tres
condiciones óptimas: lo emocional y cultural, lo orgánico y la pareja.
¿Cuál
de esos tres componentes falla más?
En
materia de disfunción sexual femenina estamos como hace 30 años: todo se le
atribuye, equivocadamente, a lo emocional. Poco a poco se va entendiendo que
los problemas orgánicos y el papel que desempeña la pareja son determinantes.
¿Eso
explica la disfunción selectiva?
Es
obvio que si el compañero sexual es eyaculador
precoz, tiene problemas de erección y se preocupa poco por lograr una buena comunicación
erótica, la mujer tendrá dificultades para excitarse o alcanzar un orgasmo con
esta persona en particular.
¿La
respuesta sexual femenina es distinta a la masculina?
Fisiológicamente
son parecidas; la diferencia está en los elementos que la disparan. Por
ejemplo, en las mujeres los componentes emocionales y hormonales hacen que las
reacciones sean diferentes ante el mismo estímulo; de hecho, la respuesta puede
variar en la misma mujer de una época del mes a otra.
¿Es
verdad que ellas se vuelven más apáticas en el sexo a medida que envejecen?
Sí,
porque en ellas el deseo está relacionado con los cambios hormonales, que son
drásticos a partir de la etapa perimenopáusica. Las
enfermedades crónicas y sus tratamientos también pueden afectar su respuesta
sexual, al igual que en los hombres.
¿Existe
la eyaculación femenina?
Hay
algo equivalente a la masculina; se trata de una producción de moco y secreción
de las glándulas de Skene o uretrales. En fase de excitación
y orgasmos plenos, pueden llegar a ser abundantes.
35
por ciento, en promedio, de las mujeres a cualquier edad presenta
algún tipo de disfunción sexual, según José Miguel Silva. Lo que sucede es que
ellas consultan mucho menos que los hombres.
Cuándo
consultar con el médico
Es un error creer siempre que el problema es psicológico
Cuando
la insatisfacción es persistente y se convierte en un obstáculo para vivir una
vida sexual plena, es necesario consultar con un médico, quien hará un primer
acercamiento al origen del problema. Hecho esto, decidirá qué especialista debe
abordar el tema (un ginecólogo, un urólogo, un sexólogo, entre otros), y la
remitirá. Es un error creer siempre que el problema es psicológico o que es
normal vivir así. Cuando eso ocurre, no se estudia el tema y no se llega a un
diagnóstico adecuado.
El
especialista busca, en primer lugar, la potencial falla orgánica que esté
causando la disfunción; hecho el diagnóstico, se adaptan los componentes
hormonales para mejorar los niveles de excitación y deseo. En algunos casos es
necesario complementar el tratamiento con psicoterapia, para mejorar el flujo
erótico.
En
qué quedó el 'viagra rosa'
Fármacos para hombres tendrían efectos en ellas
Hace
un año, la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA), de
Estados Unidos, negó la solicitud de comercialización de la flibanserina,
molécula que empezó a conocerse como el 'viagra
rosa'.
Aunque
esta prometía mejorar el apetito sexual de todas las mujeres afectadas por el
trastorno de deseo sexual hipoactivo, varias de
ellas, participantes de algunos ensayos clínicos, se quejaron no solo de su
baja eficacia, sino de los efectos secundarios que generaba, como depresión,
fatiga y desvanecimientos.
Por
esa razón, se ordenó la suspensión de todos los estudios.
Algunos
expertos dicen que los actuales fármacos para la disfunción
sexual masculina sí tienen algunos efectos favorecedores en la excitación
femenina.
Al
parecer, logran mejorar la lubricación y aumentar el flujo sanguíneo a nivel
vaginal y clitoriano.
Sin
embargo, no mejoran el orgasmo ni el nivel de deseo. Tampoco se
aconseja su uso sin consultarle previamente a un médico.
Causas
del bajo deseo serían físicas
Investigadores
de la Universidad Estatal de Wayne (EE. UU.) descubrieron que las mujeres con problemas persistentes de
baja libido tendrían diferencias en la forma como funciona su cerebro. Para
Michael Diamond, director del estudio, esto
demostraría que el bajo deseo sexual es un problema físico. Tras comparar
imágenes de resonancia magnética funcional de los cerebros de 19 mujeres con el
trastorno con las de otras siete sin el problema -obtenidas mientras veían
videos eróticos-, se halló que en las últimas subió la actividad de las
cortezas insulares (involucradas en el procesamiento de la emoción).
JOSÉ
MIGUEL SILVA
Especial para ELTIEMPO
Médico urólogo del Hospital Universitario San Ignacio, U