Dientes sanos, más
allá del cepillado
Colprensa
Desde los primeros días de vida cuide la dentición de sus hijos. La
alimentación y una buena cultura de cepillado y aseo son vitales.
Cuidarnos de los virus, de una alergia, de un dolor o de una infección son
factores de suma importancia para el ser humano, porque esto es sinónimo de
salud y bienestar. Sin embargo, muchas personas hacen caso omiso al cuidado de
su salud bucal, siendo esta una de las más prioritarias porque la boca es la
‘ventana de la vida’.
El cuidado de las piezas dentales toma importancia desde que se nace, desde el
mismo momento de la gestación y desde cuando el bebé empieza a amantar.
Durante el embarazo
Los cambios que se producen en el embarazo hacen a la futura mamá más
susceptible a la gingivitis y la caries. La higiene dental y los hábitos
nutricionales adecuados destierran el viejo mito de que cada embarazo cuesta un
diente.
Para la odontóloga Diana Carolina Salcedo “durante el embarazo se producen
grandes cambios en la mujer a todos los niveles: en el aspecto físico, en el
químico y en el sicológico. Esto hace que la cavidad
bucal de la embarazada sea más susceptible a padecer gingivitis y caries”.
La gingivitis, según explica la profesional, se produce por un aumento de las
hormonas llamadas prolactina y estrógenos, las cuales condicionan cambios en
las estructuras de todo el organismo y, entre ellas, especialmente en los
tejidos de la boca. Se presenta mediante la inflamación de las encías que
aparecen enrojecidas, edematosas, sensibles y con tendencia al sangrado
espontáneo o por estímulos pequeños como masticar o cepillarse los dientes.
Dicha alteración, tan frecuente y específica, se evidencia a partir del tercer
mes de embarazo.
La caries es una de las anomalías más frecuentes durante el embarazo. Explica
Salcedo que durante esta época deben seguirse cuidados específicos para conservar
la salud bucal, que comprenden no solo una cuidadosa higiene bucal, sino una
adecuada alimentación.
Visitas al odontólogo. Comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries ni
otros problemas como gingivitis, sarro, flemones, entre otros, es toda una
prioridad, ya que estas patologías no sólo afectan la salud de la madre, sino
también a la del hijo.
Los profesionales de la salud oral aconsejan realizar visitas periódicas al
odontólogo, ya que así se podrán efectuar los tratamientos oportunos y detectar
o prevenir cualquier alteración buscando que la salud bucal sea la óptima.
Salud oral del bebé
El cuidado dental contribuye a la salud total de sus hijos. Niños con dientes
saludables tienen menos problemas al comer, aprender y el desarrollo verbal. La
falta de atención al cuidado dental contribuye a la dificultad con la
obediencia en el colegio, el socializar y la confianza en sí mismo. Para Alix Sofía Andrade, odontóloga y especialista en periodoncia, estas son algunas de las claves que los padres
de familia deben tener en cuenta para cuidar de la salud bucal de sus hijos.
Para el odontólogo Iván Duarte Castillo “el proceso de formación de los dientes
del bebé comienza entre el tercer y el sexto mes de embarazo. Por ello, es
importante un aporte adecuado de vitaminas como la vitamina A y la vitamina D y
minerales como calcio y fósforo esenciales para la formación de los huesos y
los dientes del futuro bebé”.
Asegura el profesional que es necesario también un aporte adecuado de lípidos,
entre los que se encuentran los ácidos grasos esenciales que son precursores
del omega 3 y omega 6, y son fundamentales, entre otras cosas, para el
desarrollo adecuado del sistema nervioso.
“Las proteínas de calidad que aportan la carne, el pescado, los huevos y la
leche son imprescindibles como material de construcción de todos los órganos
del bebé. Es importante también un adecuado aporte de hidratos de carbono, pero
hemos de distinguir entre los hidratos de carbono complejos y los simples. Son
preferibles los llamados hidratos complejos como el pan, las pastas, las
patatas, el arroz, entre otros. Estos son la principal fuente de energía de
liberación lenta y son necesarios para un adecuado equilibrio nutricional y
para el desarrollo del bebé”.
La limpieza de la cavidad oral debe empezarse a realizarse desde los primeros
días de nacido, debido a que los restos de leche materna o del biberón pueden
causar en las encías del bebé enfermedades que pueden prevenirse.