El 50 por ciento de las edificaciones de la sede Bogotá de la Universidad
Nacional deben ser intervenidas y reforzadas por su alto grado de deterioro
físico. Dos de ellas ya fueron desalojadas. Además, el 90 por ciento de
las estructuras no se adecuan a las normas de sismorresistencia.
(Galería de imágenes en detalle de los deterioros).
Este es parte parte del diagnóstico de cerca de la
mitad de los 129 edificios de la Ciudad Universitaria y que se refleja en enormes
grietas, columnas resquebrajadas, pisos levantados, vidrios rotos, tejas
inestables, humedad e iluminación poco óptima, entre otros.
"En estado crítico tenemos el edificio de Arquitectura y Diseño
Industrial, y el ala norte del edificio de enfermería, que están completamente
cerrados y deben ser reconstruidos, pues presentan fallas estructurales y son
una amenaza para la comunidad", afirma Juanita Montoya, directora de
infraestructura de la sede Bogotá. Los edificios construidos en los
años 70 son los que presentan mayor deterioro.
La situación es tan preocupante que días atrás 18 exrectores
de la institución le solicitaron al presidente Juan Manuel Santos apoyo
económico para restaurar el campus de 356.000 metros
cuadrados de construcción, el cual es visitado por cerca de 40.000
personas al día.
"Para dejar esta Ciudad Universitaria perfecta y en buenas condiciones en
su estructura y mobiliario necesitamos dos billones de pesos", indica
Montoya.
De acuerdo con el rector Ignacio Mantilla, "para ampliar la cobertura y
mantener la alta calidad académica es necesario que el Estado invierta recursos
en la institución, una de las pocas que recibe en mayor medida a
jóvenes de los estratos menos favorecidos".
Aunque las edificaciones no se van a derrumbar de un día para otro, advierte
Montoya, sí es necesaria intervenirlas en el corto plazo para evitar que
goteras y filtraciones de agua, particularmente, sigan afectando la estabilidad
de las estructuras. Y agrega que deben renovarse redes sanitarias, hidráulicas
y eléctricas pues, dada su antigüedad, no cumplen con los estándares
contemporáneos de calidad.
Existen 30 edificaciones patrimoniales, construidas entre los años 30 y 40, que
necesitan mantenimiento por tratarse de bienes de interés cultural; entre ellas
figura el edificio de Derecho. De igual forma, se busca recuperar espacios
públicos como plazoletas, vías peatonales y el anillo vial.
"Los recursos propios y el presupuesto nacional no son suficientes. Se
están buscando otras fuentes de financiación, como donaciones, un crédito
externo y una Ley de honores para salir solucionar este tema", puntualiza
Montoya.
"Nos estamos enfermando"
"Con el cierre del edificio de Arquitectura todos nos vimos afectados
-dice Angélica Mora, estudiante de arquitectura-. Estamos viendo clases por
fuera de las instalaciones de la universidad y no sabemos qué pasa en el campus... Nos enviaron al hospital universitario y allí ni
siquiera hay baños y se inundan los salones. No es un espacio adecuado
para recibir clases".
Jorge Vélez, estudiante de música, indica que las instalaciones del
conservatorio tienen un alto grado de humedad, que afecta a los estudiantes y a
los instrumentos. "Nos estamos enfermando", dice. Y agrega que la
falta de recursos para mantener la infraestructura física se debe tanto a la
escasez de dinero que le gira el Estado a la educación pública, como al
mal uso de los dineros por parte de algunos directivos de la universidad.
"Le hacemos un llamado al Gobierno para que brinde soluciones adecuadas a
esta crisis, que hasta el momento no han llegado, de manera que los edificios
sean remodelados con urgencia", dice Andrés Felipe Mesa, estudiante de la
Facultad de Artes.
VIDA DE HOY
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