Nos estamos intoxicando. Esa es, para el médico Santiago Rojas, una verdad
inapelable. El aire, la mayoría de los alimentos, el ritmo estresante, las
emociones propias y ajenas y hasta los pensamientos conspiran contra el cuerpo,
agotan su energía. Enferman.
Tras 25 años de práctica clínica, Rojas, paliativista
y experto en medicinas complementarias, insiste por eso en la necesidad de que
cada persona haga algo por desintoxicarse. Y no se refiere a las purgas, sino a
un proceso en tres niveles: el cuerpo, el pensamiento y la energía.
“Hacerlo en un solo nivel no sólo puede ser insuficiente y excluyente,
porque desconoce la integralidad del ser, sino que
puede conducir a las personas a caer en posturas extremas e incluso en el
fanatismo”, dice.
El por qué, el cómo y el cuándo de la práctica de “desintoxicar” aparecen
recogidos en su libro más reciente: Desintoxícate. “No es un texto de
autoayuda, sino una guía que, con buena orientación, propone la adopción de
nuevos estilos de vida y una actitud más respetuosa hacia la naturaleza”,
explica.
¿La energía corporal es una estructura tangible? ¿Se puede ver? ¿Se puede
medir? Sí, y ciertas personas con formación especial pueden percibirla; hay
nuevas tecnologías que también la captan. No obstante, su medición aún es
parcial.
Es bueno recordar que con nuestros sentidos sólo podemos percibir una
sexagésima parte del espectro de la luz existente.
¿Influye esta energía en la salud humana? Totalmente: la energía interactúa
permanentemente con el cuerpo físico y, por ende, con la salud y el bienestar
cuando está en equilibrio. Cuando este se altera se produce la enfermedad.
Los escépticos dicen que lo que no puede verse ni probarse no existe. ¿Cómo
enfrenta ese escepticismo? Los científicos no pueden ver la energía que explica
que el universo está en expansión, pero saben de su existencia por sus efectos,
y la han denominado energía oscura, por estar oculta al hombre. En el caso de
la energía humana hay mayor conocimiento y evidencia de su presencia por nuevas
tecnologías y, lo más importante, al actuar sobre ella se evidencian sus
resultados de manera directa.
¿Qué compone al ser humano? En él confluyen muchas realidades, en las que se
expresan lo esencial (que en nuestra visión sería el alma), lo mental y emocional,
la energía sutil y lo orgánico (el cuerpo físico). Todas son importantes y
necesarias para la expresión de la vida humana.
¿Todos estos componentes pueden intoxicarse? El alma no se puede intoxicar,
pero los otros niveles sí, aunque de manera y grado diferentes.
Una intoxicación del cuerpo muestra síntomas claros. ¿Puede haber
intoxicaciones sin signos evidentes? Las intoxicaciones agudas se evidencian
con las manifestaciones de eliminación que hace el cuerpo ante el tóxico
(diarrea y vómito, por ejemplo), e incluso con malestar general. Hay otras, sin
embargo, con signos difusos que pueden confundirse con otras enfermedades. Eso
debe profundizarse un poco más.
¿Qué tipos de tóxicos amenazan el cuerpo? Los tóxicos son sustancias que, al
llegar al cuerpo, producen un efecto nocivo. Los hay exógenos (vienen del
exterior) y endógenos (producidos por el organismo). Los primeros pueden ser
físicos (radiaciones, ruido), químicos (medicamentos, drogas, alcohol,
cigarrillo) o biológicos (virus, bacterias y otros agentes). Dentro de los
endógenos están el ácido úrico y las bilirrubinas.
¿Pueden intoxicarse las emociones? ¿Qué síntomas muestra eso? Cuando el
cuerpo se llena de emociones perturbadoras, como la ansiedad prolongada,
períodos largos de tristeza, pesimismo, tensión continua, hostilidad, el
cinismo o la suspicacia esto termina incidiendo en el organismo; se comportan
como intoxicaciones que, además de malestar, aumentan el riesgo de contraer
enfermedades como el asma, la artritis, los dolores de cabeza, las úlceras y
los problemas cardiacos.
¿Cómo es una toxicidad en el campo de la energía humana? La más evidente es
la producida por las radiaciones, y dentro de éstas las generadas por la
tecnología o no ionizantes. Afectan, entre otros aspectos, la vitalidad, la
capacidad de concentración, el buen sueño y los estados de ánimo. La energía
del cuerpo que fluye permanentemente se altera por la presencia de otros campos
de energía que lentifican su movimiento. Es importante añadir que un 25 por
ciento de las personas son muy susceptibles, un 50 por ciento moderadamente
susceptibles y el otro 25 por ciento no notan alteraciones, ante la presencia
de estas radiaciones.
Desde su óptica, ¿cuál es la mejor manera de desintoxicar el cuerpo? Lo
primero es tomar distancia de aquellas cosas que sabemos que nos intoxican.
Luego se debe ayudar al cuerpo a eliminar lo tóxico, mediante ayunos, consumo
de antioxidantes, una dieta saludable y el agua, entre otras medidas. Es
imprescindible hacer un esfuerzo consciente para evitar intoxicaciones futuras.
¿Qué alimentos desintoxican? Hay muchos, pero entre ellos están las frutas,
los alimentos verdes (verduras y algas), el té verde, las semillas y los frutos
secos, y el ajo.
¿Qué es el ayuno, para qué sirve y cada cuánto debe hacerse? Es la
suspensión voluntaria de alimentos para generar un descanso al sistema
digestivo, favoreciendo la eliminación de tóxicos. Es ideal empezar por cortos
períodos (medio día a un día), un par de veces al mes. Recomiendo consumir un
tipo de fruta, como la papaya y el melón, y agua. Los ayunos más largos deben
hacerse bajo supervisión calificada.
¿Cómo se desintoxican las emociones? Las emociones son parte de la vida y
hay que aprender a expresarlas en forma espontánea sin ofender a otros y manteniendo
siempre la calma. Este ejercicio puede apoyarse con meditación, oración,
silencio, el uso de esencias de flores y psicoterapia.
¿El silencio es un tipo de ayuno? Es el espacio que permite la libertad y
siempre nos lleva a la conciencia y a la claridad de lo que nos ocurre. Puede
entenderse como el ayuno de la mente y la emoción. Recomiendo a cada persona
identificar en su entorno un sitio en el que pueda ponerlo en práctica. El
objetivo es hacerlo varias veces al día y encontrarse con uno mismo.
100 billones de células tiene el cuerpo humano, la mayoría formadas por
carbono, hidrógeno oxígeno y nitrógeno.
'' Cuando el cuerpo se llena de emociones perturbadoras, como ansiedad,
períodos largos de tristeza, pesimismo, tensión, etc,
esto termina incidiendo en el organismo(...) y se
aumenta el riesgo de contraer enfermedades”. Santiago Rojas, médico
especialista en cuidado paliativo y bioenergético.
HAY QUE APRENDER A TOMAR AGUA.
Rojas asegura que el consumo de agua de buena calidad, en la cantidad
adecuada, es esencial en el proceso de desintoxicación, pues ayuda a todos los
sistemas de desintoxicación a cumplir su función. Combate el estreñimiento,
elimina mucosidades del pulmón y toxinas del riñón.
Si no hay problemas de salud que impidan su consumo, como una falla renal,
un adulto puede consumir de 2 a 3 litros al día.
Lo recomendado es tomar uno a dos vasos de agua fresca (no helada) en
ayunas, y antes del almuerzo y la comida, a sorbos. Siempre es mejor con el estómago
vacío. No es recomendable tomar mucha después de comer. Mejor que sea destilada
o de baja mineralización, y de naturaleza alcalina (de un Ph
mayor de 7)