Deserción universitaria, en un
nivel preocupante
Estudiantes
retirados de la educación superior le cuestan al país más de medio billón de
pesos.
Camila
Córdoba estudió primero comunicación social; hizo dos semestres y se retiró.
Cada uno le costó 4 millones de pesos.
Luego entró a derecho, pidió un préstamo con un banco para pagar los 11
millones de pesos que le costaba el año, pero no pudo seguir endeudándose y,
además, se dio cuenta de que no era lo suyo.
Finalmente, se matriculó en diseño de interiores. "Es lo que me gusta,
pero el semestre vale 5 millones de pesos y mis papás no podían costeármelo. Me
retiré y estoy trabajando para ahorrar dinero y continuar mis estudios",
dice.
Según la ministra de Educación, María Fernanda Campo, el 50 por ciento de
quienes ingresan a la educación superior provienen de familias con ingresos
menores a dos salarios mínimos y la dificultad para acceder al financiamiento
de estudios es una de las razones por las cuales deserta el 45 por ciento de
los jóvenes que se matriculan en carreras profesionales y tecnológicas. Córdoba
es un ejemplo.
Otras causas son el bajo nivel académico con el que llegan a la universidad. De
hecho, el 45 por ciento de los estudiantes que ingresan a las instituciones
traen bajos puntajes en las pruebas Saber 11 y su deserción es del 60 por
ciento, frente al 37 por ciento de los que tienen puntajes altos.
Esta situación le cuesta cada año al Estado 221.000 millones de pesos, y a las
familias, 337.000 millones. Las instituciones privadas dejaron de recibir este
año 220.000 millones de pesos.
Más créditos, una opción
Para bajar estas cifras, el presidente Juan Manuel Santos anunció que se
crearán 200 mil nuevos créditos y 144 mil subsidios.
La presidenta del Icetex, Martha Lucía Villegas,
incluso está estudiando la posibilidad de bajar los intereses de los créditos.
Estudios del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de
Universidad Nacional
"Los créditos deben pagarse en función del ingreso que reciba el
beneficiario una vez esté trabajando", agrega José Fernando Isaza,
presidente de
"La solución no es solo Icetex. Las
universidades deben trabajar de la mano con las empresas para facilitar la
incorporación laboral de quienes tienen crédito", dice Carlos Aparicio,
coordinador de asistencia y cooperación técnica de
Rectores
opinan
1. ¿Cómo pueden ayudar a reducir la deserción las universidades?
2. Algunos programas son caros. ¿Han pensado en dar facilidades?
Moisés
Wasserman
U. Nacional
1.
Organizamos cursos para fortalecer las capacidades en matemáticas e idiomas.
Además, tenemos programas de acompañamiento y apoyos económicos.
2. En el sector privado, los costos reflejan la calidad del programa y bajarlos
es pedir que baje la calidad. Hay que buscar vías compensatorias estatales.
Carlos
Angulo
Los Andes
1.
Las universidades deben ofrecer una consejería que abarque los distintos
problemas que pueden afrontar los jóvenes; también, llevar a cabo procesos de
selección que aseguren la calidad de los estudiantes.
2. La educación de calidad es costosa. Las instituciones deben ofrecer diversos
programas de apoyo financiero.
Fernando
Hinestrosa
U. Externado
1.
La deserción obedece también al ambiente universitario. Metodología y tutorías
son maneras de disminuirla.
2. Están los créditos educativos y las matrículas de honor. La ampliación del
cubrimiento del Icetex es fundamental.
Padre
Vicente Durán Casas
Vicerrector de
1.
Nosotros acompañamos a los que son deficientes, ofrecemos orientación
profesional, flexibilidad curricular y consejería académica.
2. La universidad ofrece opciones de crédito, en convenio con financieras, y
estímulos.