Deseo sexual: ¿Por qué disminuye?
Le
tengo el remedio
Ni
de vainas vayan a creer que soy un experto en temas sexuales, pero son tantas
las preguntas que la gente me hace llegar sobre el tema, que me veo en la
necesidad de brindar una respuesta.
Lo
primero que debo aclarar es que la mayoría de esos correos tienen que ver con
la disminución del deseo sexual. ¿Por qué se pierde? ¿Podré recuperarlo?
Con
las consabidas disculpas, hoy me referiré a algunas de las causas; la próxima
semana trataré de ofrecerles algunas contras.
Rutina: cuando se pierde la capacidad de asombro, lo cual ocurre cuando se
repiten siempre las mismas cosas; cuando las parejas empiezan a asumir el sexo
como una actividad aledaña a la relación, el deseo tiende a disminuir. Empiece
por preguntarse: ¿Me gusta mi pareja? ¿La sigo queriendo? Hágalo...
Revísese:
algunos problemas de salud, específicamente hormonales, matan, literalmente, el
deseo. Si esto se acompaña de otros signos, como falta de energía, aumento de
peso, somnolencia, desgano y desarreglos menstruales, es hora de una consulta.
Medicamentos: el
uso crónico de algunos de ellos disminuyen la libido. Entre ellos hay diuréticos,
ansiolíticos como el diazepam, la dopamina,
esteroides que se utilizan a manera de hormonas,
anticancerosos como el clorambucil y el busulfan, antiulcerosos como la cimetidina y algunos antiarrítimicos
y antivirales... Mejor dicho, la lista es larga. Así que, si tiene
dudas, mejor consulte.
Hable:
aunque suene trillado, hay que reconocer que cuando una pareja tiene problemas
de comunicación, de relación, resentimientos y problemas no resueltos, la
actividad sexual se afecta.
Otro: ni
siquiera necesito explicarlo mucho; cuando el interés sexual se orienta hacia
un tercero, la necesidad y el gusto por la pareja decaen.
Por
último: el cigarrillo, el alcohol y las drogas generan problemas
físicos y emocionales que repercuten directamente en el desempeño sexual.
También cuentan algunos factores culturales y de inhibición social. Créanlo.
Que los hay, los hay.