Detección
temprana de problemas orales evita inconvenientes con el habla
Andrés
tiene 5 años y aún tiene problemas de masticación. Después de acudir a varios
especialistas, se determinó que tenía hipersensibilidad oral. Una situación que
le generaba dificultades articulares y lingüísticas. Como él, muchos pequeños
presentan inconvenientes para comer, hablar, socializar y hasta aprender, a
causa de anomalías en el área oral. Y, la gran mayoría, se detectan de manera
tardía.
Por eso, un grupo investigadores crearon el proyecto de Puericultura en salud
oral, que se desarrolla en el Hospital de
El objetivo es hacer una evaluación temprana del crecimiento, funcionalidad y
desarrollo integral de los órganos involucrados en la función oral del bebé.
Por
fuera y por dentro
Tres
especialistas (fonoadióloga, estomatóloga pediatra y
ortopedista) son los encargados de valorar a niños entre 0 meses y 3 años de
edad. De manera simultánea, evalúan las características extraorales
e intraorales del pequeño. Las primeras se refieren a
la forma de la cara, el cráneo, los ojos, la nariz, etc. “Las desviaciones o
asimetrías faciales, por ejemplo, en ocasiones son el origen de un síndrome”,
explica Layla González Bejarano, docente y
estomatóloga pediatra.
Asimismo, observan la posición de las orejas y la posición de los maxilares.
“Cuando la mandíbula es demasiado pequeña, el bebé no puede succionar, deglutir
y tiene dificultad para abrir la boca”, añade la especialista.
A nivel intraoral, se evalúan los huesos de los
maxilares, el frenillo lingual, etc.
El
desempeño del niño
En este proyecto, la evaluación no solo es anatómica, también neurológica
(funcional). Es decir, se analiza que, además, los órganos estén bien
físicamente y cumplan sus funciones. De esta manera, se pueden detectar futuros
problemas, como retardo en el proceso lingüístico. “Si el bebé no balbucea o no
repite sílabas, indica que tiene algún problema de tipo cognitivo o
neurológico”, explica la fonoadióloga Berta
Benavides. Las degluciones atípicas, maloclusiones y bruxismo son otras falencias que se pueden identificar.
Con el diagnóstico, se busca que, con la ayuda de la familia –fundamental en la
generación de hábitos y estímulos– y un tratamiento
específico, el niño supere los problemas en una etapa temprana y se evite una
problemática más compleja que después le dificultará comer, expresarse y
desarrollar competencias escolares.
Proteja
los órganos del niño
Es vital el cuidado de la madre durante el embarazo, pues los reflejos orales
del bebé se desarrollan al- rededor de los tres meses de gestación. Además, se
debe fomentar la lactancia materna exclusiva y una oportuna alimentación
complementaria. La higiene adecuada después de los 5 meses de edad es clave
para la salud.
Karen
Johana Sánchez
Redactora
ABC del bebé