¿De paseo? Ojo con lo que
come
No
se exceda con la cantidad de alimentos que come, sobre todo por las noches.
Foto:
Ilustración: Pedro Covo
Las intoxicaciones son un mal común de los viajeros.
Pautas para prevenirlas.
Sergio
Camacho Iannini Redacción Salud Tal vez una de las
cosas que más disfrutan las personas cuando viajan durante sus vacaciones es
probar la comida típica del lugar al que llegan. De hecho, es una forma de
conocer y adentrarse en una nueva cultura.
Sin
embargo, incurrir en excesos con comida a la que no está acostumbrado el
organismo puede traer graves consecuencias para la salud, que van desde una
simple indigestión, pasando por diarreas, estreñimiento, gastritis y vómitos,
hasta intoxicaciones causadas por alimentos en mal estado.
Como
se aproximan las vacaciones de Semana Santa resulta conveniente conocer las
razones por las cuales se debe tener cuidado con los alimentos que se consumen
durante los viajes y algunas recomendaciones para evitar que le jueguen una
mala pasada y terminen por arruinar su paseo.
En
primer lugar, tenga en cuenta que cada persona tiene rutinas y hábitos
alimentarios que pueden alterarse drásticamente durante las vacaciones. Así lo
explica la nutricionista Dora Aya, directora del convenio entre la Organización
de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el
Ministerio de Salud.
De
acuerdo con la especialista, tampoco puede perderse de vista el hecho de que
las personas cargan con una historia e identidad alimentaria en la maleta que
llevan a los viajes. “Cuando se prueban nuevos sabores y combinaciones se
generan variaciones –explica–.
A
eso hay que sumar los problemas de sal ud que se
llevan. Por ejemplo, si usted es hipertenso, debe tener cuidado con la sal,
pues en los restaurantes no van a tener en cuenta que usted lo es”.
La
calidad de los alimentos también debe ser contemplada; de hecho, hay claros
factores de riesgo frente a los cuales hay que tomar las debidas precauciones,
para evitar posibles problemas de salud. En ese sentido, la ingeniera de
alimentos y consultora de la FAO Diana Castro recomienda a todo viajero
“consumir siempre agua embotellada; eso sí, hay que cerciorarse de que el sello
está en buenas condiciones.
Si
va a comer pollo, res o cerdo, fíjese en que la carne esté bien cocida y que no
tenga rastros de sangre o aguasangre. En cuanto al
pescado, la carne debe estar brillante, las branquias deben estar en buen
estado y los ojos no estar hundidos ni opacos”.
Añade
que es importante consumir frutas que se puedan pelar y, si va comer verduras o
ensaladas crudas, es conveniente que hayan tenido un tratamiento higiénico
adecuado. “Entiendo que está el deseo de probar, pero hay que tener cuidado y
no excederse con el consumo –asegura Castro–. También
es aconsejable lavarse las manos antes de ingerir algo”.
Y
aunque en países como Colombia es común consumir alimentos en la calle, es
mejor resistirse e irse por la vía segura, es decir, un restaurante en el que
usted pueda constatar que tienen prácticas higiénicas. “No se trata de que
seamos todos asépticos, pero hay que tener en cuenta que el organismo se
habitúa y construye su sistema metabólico.
Si
el pimentón, por ejemplo, no está dentro de sus hábitos alimentarios, pues le
va a sentar mal”, puntualiza Aya.
El
enemigo puede estar en la comida
De
acuerdo con la nutricionista Dora Aya, habría dos razones por las cuales un
alimento puede enfermar a las personas.
“En
primer lugar –acota Aya– se trataría de un factor
microbiológico y estar asociado a un virus o bacterias. En este caso, se habla
de una intoxicación causada por un alimento contaminado o descompuesto, y hay
que manejar el problema con el médico, probablemente con antibióticos, si el
origen es infeccioso, o con líquidos, si es viral”.
Dos
de las bacterias más comunes son la listeria y la salmonella.
“En segundo lugar, están los cambios alimentarios. Por ejemplo, si no estamos
acostumbrados a los condimentos y comemos algo excesivamente condimentado, eso
nos puede provocar indigestión. En estos casos es mejor dejar descansar el
estómago y tomar mucho líquido”, concluye Aya.
Alimentos
de difícil digestión
Sea
precavido con las grasas y proteínas animales Si usted tiene una buena
digestión, seguramente no tendrá mayores dificultades con los cambios de
patrones alimentarios. Eso sí, tenga en cuenta que las grasas y las proteínas
animales necesitan mayor tiempo en el organismo para ser digeridas. Mucho
cuidado con frutas como la patilla; una vez partida, se descompone rápidamente
y genera una serie de sustancias tóxicas para el organismo.
SERGIO
CAMACHO IANNINI
REDACCIÓN SALUD