Hace un par de semanas Tony Chu, un reconocido dermatólogo del Reino Unido,
generó controversia entre colegas de todo el mundo al asegurar que el Roacután (una de las marcas bajo las cuales se comercializa
la isotretinoína) estaba siendo sobreusado
para tratar el acné, incluso en personas que no lo necesitan.
Vale decir, además, que algunos estudios han llegado a insinuar una relación
entre este medicamento con la depresión y pensamientos suicidas.
Teniendo en cuenta que este fármaco ha sido usado por más de medio millón de
personas en el mundo, vale la pena ahondar en sus características, indicaciones
y contraindicaciones.
¿Qué es la isotretinoína?
Este principio activo es una forma de la vitamina A, clasificada como un
esteroide soluble en grasa, que actúa principalmente sobre receptores
hormonales distribuidos en todo el cuerpo, que tienen que ver con el desarrollo
del acné.
Según César Burgos, presidente de la Asociación Colombiana de Dermatología,
esas propiedades impiden la proliferación del acné, sobre todo de los tipos
severos, como el nódulo quístico (lesiones nodulares grandes y pústulas
dolorosas).
Actúa sobre la glándula sebácea (productora de grasa); al cerrarla poco a poco
reduce la producción de sebo, una sustancia que lubrica y protege la superficie
de la piel.
Es muy importante que sea formulado y vigilado estrictamente por un médico
dermatólogo, pues este fármaco puede actuar en otras partes del cuerpo,
impidiendo la división y la proliferación de las células. Por esa razón está
contraindicado en embarazadas o en mujeres que estén intentando concebir; hay
un alto riesgo de malformaciones en el embrión y de abortos.
Tampoco se recomienda a personas con enfermedades hepáticas, pues el
medicamento se elimina a través del hígado (por eso no se debe tomar alcohol
durante el tratamiento) ni a pacientes con trastornos psiquiátricos o
alteraciones del sistema nervioso.
El médico dermatólogo Campo Elías Páez afirma que para usar el medicamento la
gente debe someterse a rigurosos exámenes que incluyen pruebas de sangre y de
la función hepática, que se repiten cada mes, durante el tratamiento. También
es vital revisar los antecedentes neurológicos y psiquiátricos.
El tiempo de manejo y las dosis son específicos para cada caso.
Es primordial, además, que el tratamiento sea completo, pues suele suceder que
los pacientes lo abandonan cuando notan una mejoría. Eso conlleva recaídas.
Ronald Figueroa sufrió de acné severo durante tres años y su dermatólogo le
recomendó este fármaco. Y aunque tuvo efectos secundarios, como resequedad en
la piel, en los ojos y la nariz, además de sangrado nasal, en general su
experiencia fue buena.
"Antes de iniciar el tratamiento -cuenta- el médico me explicó en
detalle sus efectos. A las dos semanas comencé a ver el cambio en mi piel. No
volví a sufrir de acné".
¿Tiene relación con la depresión?
Por tratarse de una forma de la vitamina A, que se diluye en grasa, la isotretinoína llega fácilmente al cerebro, donde puede
concentrarse. Según algunos estudios, eso puede ocasionar cambios estructurales
o metabólicos en este órgano. Por esa razón, el uso de este fármaco ha sido
relacionado con depresiones severas, que incluirían ideación suicida.
Al respecto, César Burgos comenta que aunque no hay estudios conclusivos sobre
el tema, los casos que relaciona la literatura son aislados y la evidencia
científica no ha encontrado una relación directa de causa y efecto entre el
medicamento y la depresión. La recomendación es que si el paciente tiene
episodios depresivos, o su familia lo manifiesta, hay que tratar el caso conjuntamente
con un psiquiatra. Con base en los hallazgos, ambos especialistas determinan si
el tratamiento con este medicamento sigue adelante o no.
Cuidado con esos mitos
De acuerdo con expertos, persisten entre la gente falsas creencias sobre el
manejo del acné. Es mentira, por ejemplo, que poner crema de dientes o talco
para pies mezclado con alcohol sobre espinillas y granos, los elimine. No es
cierto, tampoco, que el aguacate, la mantequilla o el chocolate causen acné, o
que éste se cure frotando limón y sal o la saliva del propio afectado sobre las
erupciones. Nada de eso funciona y, en cambio, puede causar efectos adversos en
la piel.
REDACCIÓN SALUD