Leonardo Villar,
director de Fedesarrollo, afirma que el proyecto de
reforma a la salud genera algunas preocupaciones. Será difícil que el país
crezca 4,8 % este año.
El país tiene tres retos fundamentales si quiere mantener un ritmo de
crecimiento económico importante hacia el futuro y mejorar las condiciones de
calidad de vida de los colombianos: hacer mayor inversión en infraestructura,
solucionar los problemas de salud y reducir la informalidad.
Según Leonardo Villar, director ejecutivo del
Centro de Investigación Económica y Social (Fedesarrollo),
hay temores de que la reforma a la salud, que tiene un objetivo loable, genere
más problemas de lo que tiene el sistema actual. Cuestiona el crear una única
entidad que recaude y pague los servicios.
En entrevista con El País, el directivo habló del
crecimiento económico de Colombia y la proyección del PIB para este año, que
según el gremio estará en el 4%.
Lo primero que hay que ver es si el país sale de
ese bajo dinamismo que trae desde el segundo semestre del año pasado. Eso
requiere que la industria retome tasas de crecimiento positivas, y que la
inversión en infraestructura crezca más, el año pasado fue apenas de 2,2 %, son
dos temas que juegan a favor o en contra de la economía.
Otro freno puede ser la reducción del consumo.
Hasta enero los indicadores de confianza del consumidor eran relativamente
altos, según la encuesta de Fedesarrollo, pero en
febrero se dio una caída importante en esa confianza, lo que es un punto
preocupante.
El consumo y las personas explican la mayor parte
del crecimiento de una economía. El consumo representa más del 65 % de la
demanda total y por lo tanto mantener alto los niveles de confianza es
fundamental para el país.
Hay tres grandes temas sobre el tapete. Uno
destrabar el problema de la infraestructura, hay perspectivas favorables con
las grandes obras proyectadas por la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI.
Pero es importante trabajar en la infraestructura que puede ser financiada con
recursos de regalías y para ello se necesita mucho apoyo a los entes
territoriales en la presentación de los proyectos. Aquí hay retos grandes para
desarrollar.
En segundo lugar, se deben resolver los problemas
de la salud, la gran preocupación es si el proyecto en marcha resuelve los
problemas vigentes o genera nuevos.
Y el tercer punto a resolver es la informalidad
laboral que todavía tiene el país. La mayor parte de los trabajadores no
aportan para una pensión futura y los que aportan lo hacen de manera irregular.
Las estadísticas sobre eso son dramáticas, varios
estudios indican que la probabilidad de tener una pensión por parte de
trabajadores están en el mercado laboral es del menos del 10 %. Eso hay que
resolverlo y está vinculado a los altísimos niveles informalidad.
Hay un tema paradójico en el país porque las
condiciones de salud de Colombia han mejorado de manera importante en los
últimos 20 años. Por ejemplo, en el indicador de desarrollo humano, la salud es
el único componente específico en que Colombia mejoró en el entorno
internacional.
Es paradójico porque la cobertura es buena y
también han mejorado los servicios. Pero hay problemas de flujo de recursos enormes
que tienen que ser resueltos. La gran pregunta es si la reforma que está
planteándose lo hace o puede generar problemas adicionales. Creemos que hay
cosas que se pueden resolver sin la necesidad de una reforma.
Estamos estudiando el documento y tiene muchos
elementos que pueden ser interesantes. Pero tenemos muchas preocupaciones en el
sentido de que en el proceso de corregir las múltiples fallas que tiene el
sistema actual no vayamos a dañar lo que funciona y a dejar de corregir lo que
realmente debe resolverse.
Nosotros hemos visto que hay elementos muy
interesantes, por ejemplo, la idea de cambiar la forma como se define el plan
obligatorio de salud, convertido en un esquema de exclusiones, más que una
lista detallada de elementos que se admiten. Pero eso es algo que no requiere
una ley. Llama la atención que se le de tanta prioridad en una ley a algo que
podría hacerse por parte del Gobierno mediante reglamentación.
El hecho de pasar a un pago generalizado por parte
de una entidad pública central que sería SaludMía,
para todos los servicios de salud que se prestan en el país. Veo con mucho
temor, que eso se convierta en una fuente de obstáculos para la prestación
adecuada de los servicios.
Una entidad pública tan grande a nivel central
puede volverse un cuello de botella que reproduzca lo que hoy pasa con el Fosyga que ha generado un represamiento
de pagos enorme porque las IPS - hospitales y centros de salud- asumen el costo
de los servicios y cuando llegan al Fosyga se
encuentran problemas, se trancan los pagos y eso podría volver a suceder con
Salud Mía.
Esa es la preocupación, es una entidad que por un
lado recaudaría todos los recursos directamente, todo lo que hoy recaudan las
EPS, pero esa parte me parece más fácil de manejar. La parte más complicada es
que sería una entidad que haría todos los pagos por cualquier servicio de salud
que se haga en este país y eso si me parece muy difícil de reglamentar,
complejo de enseñar para que sea ágil y difícil de evitar lo que hoy sucede en Fosyga.
El miedo es que con un propósito loable, de
arreglar un problema, podamos crear un problema mucho más grande.
Se están revisando las cifras, pero los proyecciones que teníamos planteaban un crecimiento
entre 3,8 % y 4,0 %. Eso implicaría una reducción frente al crecimiento del año
pasado, pero una aceleración frente a lo que se traía del segundo semestre del
2012.
No vemos posibilidades, ojalá
tengan razón, pero realmente no veo de dónde se podría dar un crecimiento de
esa magnitud.
Los lunares son varios. Una desaceleración fuerte
en la inversión en obras civiles y en infraestructura, pero lo más grave es que
la industria tuvo tasas de crecimiento negativas.
Eso puede ser reflejo de una situación complicada a
nivel internacional, pero en parte se registra por una pérdida de
competitividad del sector productivo, que surge de la muy fuerte apreciación
cambiaria que se ha dado en los últimos años, unido a condiciones de
competencia que se han demorado en corregir, como el atraso en infraestructura
y los altos costos de la energía.
Se necesita una política que permita aprovechar los
mercados abiertos con los acuerdos comerciales y potenciar los procesos de
especialización o nichos por parte de las empresas.