Crisis hospitalaria

Mientras el recién nombrado gobernador Francisco Lourido, se enfrenta al caos que existe en el Palacio de San Francisco, no sólo a consecuencia de la absurda interinidad en que ha quedado el cargo, sino también al silencio que mantienen los colaboradores de Abadía para suministrarle cualquier información sobre presupuesto, estado de finanzas, destinación de vigencias futuras, etc., hospitales como el Universitario, el Duarte Cancino y el Psiquiátrico, están a punto de colapsar.

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El pasado lunes, médicos, enfermeras y personal especializado del Hospital Universitario se rebotaron en las puertas del mismo, formando un trancón de padre y señor mío en la Calle 5.

Su protesta era más que justificada, pues al centro de salud más importante del occidente colombiano, donde se atienden pacientes no sólo del Valle sino de Cauca y Nariño, hoy le adeudan $44.000 millones.

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Todo parece indicar que la actual administración del Hospital Universitario cambió los proveedores y los insumos alcanzaron sumas exorbitantes y lo que es peor, de menor calidad. A esto, hay que agregar que la nómina administrativa aumentó en la misma forma que el costo de los insumos, no así el personal médico.

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En el Hospital Isaías Duarte Cancino situado en una de las zonas marginales con mayor incidencia de conflictos de la ciudad, la burocracia lo tiene en cuidado intensivos. En todas las áreas de Administración, como Contabilidad, Tesorería, etc., donde había una sola persona, hoy han sido nombrados tres y hasta cuatro ‘funcionarios’ por área, Si el nuevo gobernador no empieza a podar la clientela de Abadía y su combo, el Duarte Cancino podría empezar a tener problemas de gente que muere en sus puertas.

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Pero el caso más aberrante es el del Hospital Psiquiátrico, que el año antepasado inicio el proceso ISO y llegó a unos estándares de calidad que lo ubicaron como el primer centro de salud mental del país. Hoy está ad-portas de intervención estatal, tal como sucedió con Emcali y con Emsirva. ¿Motivo?: exceso de burocracia y altísimo costo de insumos, por cambio de proveedores.

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Lo que uno se pregunta ante la actual crisis en hospitales que dependen de la Gobernación, ¿por qué Acuavalle se inmiscuye en los terrenos de la Alcaldía de Cali, y financia proyectos como el del Barrio Granada y no acude a remediar la situación de tres enfermos terminales como El Hospital Universitario, el Duarte Cancino y el Psiquiátrico?

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Entretanto. Santiago Castro estaba prácticamente nombrado en la Dirección del Fondo Nacional del Ahorro, pero Dilian Francisca Toro se le atravesó e impuso su candidato. Como premio de consolación le darán la Dirección de la Aerocivil.