El caso de una niña de 11 meses que falleció en las urgencias de una clínica hace dos días, el de un diabético de 58 años que
murió la semana pasada en las oficinas de una EPS esperando la autorización de una diálisis, y la denuncia
hecha por el Secretario de Salud de Bogotá sobre un niño que llevaba
esperando nueve horas a que un especialista lo atendiera son una muestra de los
problemas que están afrontando los servicios de urgencias del país.
Las causas las han puesto de manifiesto varios estudios hechos sobre estas
unidades.
Todos coinciden en que han colapsado por un constante incremento de la demanda,
que desborda su capacidad instalada y los recursos profesionales. Uno de ellos
es la Investigación de Servicios de Urgencias, de la Asociación Colombiana de
Hospitales y Clínicas (ACHC) 2011, que analizó estos servicios en 27 IPS.
No solo se encontró que hubo un aumento acumulado de estas consultas del 13,7
por ciento entre el 2008 y el 2010, sino que el 46 por ciento del total no eran
tan urgentes.
Al preguntárseles a estos usuarios por qué recurrían a tales servicios, pese a
no tener casos tan graves, el 23 por ciento aseguró que las citas por EPS son
demoradas; el 15 por ciento, que es complicado pedir una cita por consulta
externa; otro 15 por ciento asistió a consulta, pero no le resolvieron el
problema, y el 13 por ciento afirmó que le gusta la calidad de estos servicios,
que además nunca cierran.
Juan Carlos Giraldo, director ejecutivo de la ACHC, dijo que atender casos que
no son tan prioritarios y que debieron resolverse en otros niveles impide que
se aborden las verdaderas urgencias con eficiencia. Y añadió que "esta es
una consecuencia de las fallas estructurales del sistema de salud, que hemos
venido denunciando desde hace más de una década".
Giraldo y Clemencia Mayorga, miembro de Sociedades Científicas, afirmaron que,
al descuidar las acciones de prevención de la enfermedad y promoción de la
salud, el sistema descargó la responsabilidad de esta clase de asistencia en
hospitales de mediana y alta complejidad.
Denis Silva, vocero de la organización Pacientes
Colombia, explicó que el sistema de salud, además, les impone barreras que los
obligan a buscar asistencia en urgencias.
"Entre las principales están -según Silva- la no entrega oportuna de los
medicamentos, las demoras en la asignación de citas con especialistas y programación
oportuna de procedimientos y cirugías, y el cambio constante de IPS, lo cual
interrumpe los tratamientos".
Una evidencia de esta situación es que, según la Evaluación de la Percepción
Social del Sistema de Salud, del Ministerio de Salud, el 42 por ciento de los
usuarios que utilizan el servicio de medicina general no obtienen la cita en
los 3 primeros días, a pesar de que es el tope máximo fijado por la ley antitrámites.
Por otro lado, el informe 'Bogotá, cómo vamos 2012', que consultó a más de
1.000 ciudadanos sobre el tema, arrojó que el 42 por ciento de los usuarios de
servicios de salud en Bogotá deben esperar 11 días o más para una cita.
Esa es una de las razones por las que el 64 por ciento de los encuestados
piensan que en Bogotá no se les está garantizando el servicio de salud.
Dado que en Colombia es obligatoria la prestación del servicio de urgencias a
quien lo solicite, estos problemas, a juicio de Gabriel Ortiz, fiscal de
Sociedades Científicas, "no se resolverán mientras las fallas
estructurales del sistema se mantengan".
Minsalud evalúa posibles soluciones
El ministro de Salud y Protección Social, Alejandro Gaviria Uribe, se mostró
preocupado por la situación de los servicios de urgencias.
¿La crisis en las urgencias tiene que ver con fallas del sistema de
salud?
Hay fallas que, sin duda, son del sistema, pero también pueden existir otras,
dentro de ellas, un exceso regulatorio, que impide
que cierto tipo de procedimientos se hagan de manera ambulatoria con
eficiencia.
¿Cuáles son las posibles soluciones?
Es importante fortalecer, de una vez por todas, la atención primaria en salud.
Proponemos utilizar los dineros que para promoción y prevención existen en el Fosyga, para generar una estructura que modifique los
patrones de demanda de servicios por parte de la población.
Esto incluye fortalecer redes de atención primaria, garantizarlas cerca de la
casa de la gente y educar sobre sus usos. Hay que mejorar la confianza de los
usuarios en el sistema.
La espera en urgencias sigue siendo mayor que la que permite la ley.
¿Qué van a hacer al respecto?
Necesitamos hacer ajustes a favor de los pacientes. Haremos un seguimiento
detallado sobre los servicios de las EPS y sancionaremos a quienes tengamos que
sancionar.
'Toca esperar porque el doctor no está'
Luis Alberto Liévano
está pálido, desgonzado en una silla del servicio de urgencias del Hospital
Infantil Universitario San José, en el noroccidente
de Bogotá, donde -aseguró su esposa, María Luisa- él cumple 15 horas a la
espera de que le controlen una hemorragia incontenida
tras la extracción de una muela.
"Él estaba tomando anticoagulantes y parece que aquí están esperando a que
él se desmaye, desangre y muera para atenderlo", contó. Y cuando ella les
preguntó a las enfermeras por qué ningún médico aparecía para curarlo, le
respondieron: " El médico internista lo estuvo buscando. Ahora les toca
esperar hasta que el doctor vuelva y aparezca, porque no sabemos dónde
está".
Esta escena se vio este jueves, a las 12:15 del día, en medio de unas urgencias
colapsadas, como están la mayoría de estos servicios hoy en Bogotá. Fue lo que
EL TIEMPO observó en un recorrido que hizo por las urgencias de las EPS Sánitas, Nueva EPS y Centro de Atención Solsalud.
En las dos últimas, los usuarios -sin importar si son ancianos o mujeres
embarazadas- deben someterse primero a una extensa cola, donde les asignan el
turno para la segunda larga espera, de pie o sentados, para cualquier trámite.
"Hay que sacar un día completo para una autorización. A veces ha tocado
regresar al otro día. Citas con especialistas son imposibles; duran
meses", sostuvo Jesús Marulanda, afiliado de Solsalud.
Alcaldía y Nación, tras soluciones
Luego de una reunión entre el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, y el
alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, que se extendió por
tres horas, el Gobierno Nacional y la Alcaldía anunciaron que estudian medidas
para enfrentar la crisis del modelo en la ciudad.
En un comunicado, se reveló que se trabajará en cuatro frentes específicos:
crear un fondo para potenciar el modelo de salud preventiva; que la Secretaría
de Salud o una EPS pública acoja a todos los afiliados del régimen subsidiado,
y que el Distrito asuma algunas funciones sancionatorias
que hoy tiene la Superintendencia de Salud.
"La posibilidad de que la Secretaría o una EPS pública asuman los
afiliados del régimen subsidiado en este momento es una exploración que harán
el Gobierno Nacional y el Distrital. Subrayo que con
estas intenciones se prueban y se construyen mecanismos de transición a otro
sistema de salud", señaló Petro, al advertir
sobre el déficit de hospitales y las muertes que se presentan por falta de
atención.
Gaviria informó que el próximo lunes habrá una nueva reunión con el Distrito
para sacar adelante estas soluciones.
Redacción Salud