Durante el retiro de las 85 toneladas de tóxicos de El Copey, aparecieron 35 de otros químicos

La sorpresa de los representantes de Trédi-Seché Global Solutions, firma que trasladará 85 toneladas de desechos tóxicos que llevaban 20 años en una bodega en El Copey (Cesar) fue hallar más.

'No entendemos. Hace cuatro meses firmamos un contrato por 1.059 millones para sacar 85 toneladas de tóxicos del país hacia una planta incineradora, pero encontramos que hay 120 toneladas, lo que nos obliga a firmar otro contrato. Nos toca investigar quién, cómo, cuándo y de dónde provinieron las 35 excedentes', dijo Cristian Moreno, gobernador del Cesar.

Para los lugareños, los nuevos tóxicos son traídos por las noches desde el Atlántico hasta las bodegas de Cenalgodón, hoy abandonadas.

A pesar de eso, los plaguicidas se irán hoy a Europa en 300 tanques, lo que terminaría con el suplicio de los habitantes del corregimiento de Caracolicito, que convivieron con los ellos desde 1987.

'En contenedores van hasta Cartagena, y luego por mar rumbo a Bélgica. De ahí los llevaremos a la planta en Saint Vulbas, cerca de Lyon, (Francia), para hacerles tratamientos especializados', dijo Milton Gamboa, vicepresidente de operaciones de Trédi.

La historia de los químicos en El Copey nació durante la bonanza algodonera del Cesar, cuando los cultivadores comenzaron a usar los plaguicidas Metil Parathion y Toxafeno, prohibidos por ser cancerígenos.

Cuando pasó la bonanza, en la bodega de Cenalgodón quedaron al aire 248,3 toneladas de plaguicidas que luego se vencieron.

Julio Barreto Mendoza, veedor ciudadano, aún no entiende cómo después de un fallo de tutela a favor de su comunidad en el 1997, que obligaba al retiro de los químicos, ninguna autoridad le prestó atención y lo que es peor, el juzgado no insistió en el hecho.

AGUSTÍN BUSTAMANTE
Especial para EL TIEMPO
VALLEDUPAR