El mal olor de la boca, mal aliento o halitosis no solamente es un olor
fétido y desagradable que produce vergüenza a quien lo padece sino que además
es una verdadera discapacidad o desventaja social.
Pueden padecerlo hombres o mujeres de todas las edades y en cualquier
momento de la vida. Se dice que afecta a entre el 20 y el 30 por ciento de la
población.
Pero tal vez uno de los peores olores de este tipo es el que se produce en
la mañana, justo después de despertarse. Ese horrible mal olor ‘mañanero’ se
debe fundamentalmente a los productos de desecho de las bacterias de la boca,
las cuales permanentemente se multiplican en todos los lugares y rincones de la
misma como los dientes, caries, dorso de la lengua, encías, carrillos, espacios
interdentales, etc.
Al no tomar alimentos o bebidas mientras se duerme, bien sea durante el día
o la noche, la gigantesca cantidad de bacterias que se multiplican en la boca
no es removida con las degluciones ni eliminadas por el ácido del estómago.
Al permanecer en la boca tiene la oportunidad de degradar sus propios
desperdicios o despojos produciendo monumentales cantidades de los compuestos
volátiles que causan la halitosis. Por eso al despertarse y hablar, se produce
ese terrible olor.
Esto explica que el aliento mañanero sea el peor enemigo para una agradable
conversación o una cálida despedida al amanecer y el causante de besos de buenos
días cortos.
Por eso, la recomendación al despertarse por la mañana es desayunar (para
remover mecánicamente la capa de bacterias y desechos que cubren la lengua) y
cepillarse los dientes exhaustivamente de la mejor manera posible.
¿A qué se debe? Pero el mal aliento no es sólo un problema de las primeras
horas del día.
El 90 por ciento de todos los casos se debe a alteraciones dentro de la
boca, entre las cuales se encuentran la enfermedad periodontal,
caries profundas, exposición de la pulpa necrótica de los dientes, heridas en
cicatrización, pericoronitis, gingivitis crónica,
úlceras de la mucosa oral, alimentos o detritus impactados, restauraciones
dentales imperfectas, prótesis bucales, inflamaciones alrededor de los
implantes, disminución de la producción de saliva y, la más importante de
todas: las bacterias y detritus presentes en el dorso de la lengua.
Otras causas menos frecuentes son enfermedades pulmonares como
bronquiectasias y bronquitis crónica, infecciones nasales o faríngeas,
sinusitis crónica, trastornos motores del esófago y el reflujo gastroesofágico.
El mal olor de la boca se debe a múltiples sustancias volátiles
(especialmente las que contienen azufre) que se producen cuando los billones de
bacterias presentes en la cavidad oral destruyen sustancias orgánicas como
componentes de la saliva y restos de alimentos.
Hay halitosis transitorias causadas por el tabaco, el licor, el ajo y
algunos condimentos. El 5 por ciento de los pacientes que afirman sentir mal
aliento en realidad tienen halitofobia o un temor
excesivo a padecerla. En ellos, el tratamiento será sicológico
o siquiátrico.
Las papilas y surcos del dorso de la lengua hacen de esta estructura un
ambiente favorable para el crecimiento de las bacterias anaeróbicas de la boca.
La capa que cubre la lengua incluye células epiteliales descamadas, restos de
alimentos, millones de bacterias y proteínas de la saliva.
¿Qué se puede hacer? Lo primero que hay que saber es que las bacterias
bucales son parte normal del organismo y no son peligrosas.
Las recomendaciones generales para combatir la halitosis están dirigidas a
reducir la carga bacteriana mediante una adecuada higiene oral con cepillado
tanto de las estructuras orales como del dorso de la lengua, así como también
el uso de seda dental.
Medidas ‘cosméticas’ incluyen la utilización de sustancias que neutralizan o
enmascaran transitoriamente (menos de tres horas) los compuestos que dan el mal
olor, pero como su nombre lo indica nunca serán un tratamiento real para la
halitosis.
Las gomas de mascar, además de enmascarar transitoriamente el mal olor,
pueden aumentar la producción de saliva y mejorar su efecto.
En casos persistentes, el tratamiento deberá eliminar las causas
identificadas que provoquen la molestia. Por ejemplo, en casos de enfermedad periodontal serán necesarios esquemas especiales de
antibióticos y otras recomendaciones por parte de odontólogos.
Si con una adecuada higiene oral la halitosis persiste, se debe acudir a
consulta especializada de odontología. Muchos casos son de difícil manejo y
necesitan la participación de un equipo de salud multidisciplinario.
*Profesor de Gastroenterología. Universidad Nacional de Colombia.
REMEDIOS CASEROS Lo más importante es una buena salud oral. Se puede ayudar
con:.
* Un melocotón de carne amarilla que se debe comer en ayunas.
* Recurra al perejil. Hierva dos tazas de agua con ramas de perejil y un par
de clavos de olor enteros. Cuele la mezcla y úsela como enjuague bucal.
* Bicarbonato de soda revuelto en dos onzas de agua.
* Clavo de olor, anís o canela. Mastíquelo después de comer.
* Guayaba verde. Masticarla para ayudar a dientes y encías.
90 por ciento de los casos de halitosis se deben a problemas en la boca y
los dientes