Controle Su Ansiedad Por El Futuro

Es inevitable que con el fin de año aparezcan también las ansias por conocer lo que depara el futuro pues, según el psicólogo William Torres, es una época en la que aumenta la sensación de frustración por las metas que no se cumplieron y por los sueños que se rompieron.

Es usual que para disminuir la incertidumbre de algo tan incierto como el futuro, la gente eche mano de prácticas a los cuales atribuye capacidades predictivas.

Medio en broma, medio en serio muchas personas recurren a métodos que van desde la simple lectura del horóscopo –que ofrece respuestas colectivas– hasta la indivualizada lectura de la mano y de la carta astral.

El psiquiatra Rodrigo Córdoba explica que esta es una condición natural en los individuos, que siempre tienden a hacer balances. Sin embargo, las valoraciones sobre el futuro y el pasado son distintas según la edad y la condición de cada persona.

“Los jóvenes tienden a soñar que todo es posible y a avizorar el año que viene como un cuaderno nuevo para llenar; en la vejez, por el contrario, el Año Nuevo puede verse como un acercarse al fin, y ya no se piensa tanto en posibilidades sino en mantener lo que se tiene”, explica.

Ritos como comer uvas a medianoche o correr por las calles con una maleta para asegurar viajes son prácticas recurrentes entre quienes quieren darles mayor seguridad a proyectos por cumplir.

Córdoba explica que la gente siente angustia por el futuro porque se sale de su control, “es natural sentir curiosidad por lo que puede pasar; en algunos casos, sin embargo, esta puede causar ansiedad e incluso alteraciones emocionales. Lo que no es normal es que haya personas que se sienten incapaces de dar un paso sin preguntarle primero a una bruja o al tarot”.

En pos del éxito asegurado Otro problema es el miedo al fracaso o al rechazo, que es uno de los rasgos de una alteración de la personalidad conocido como trastorno de evitación.

Los afectados necesitan tener siempre la seguridad de que aquello que emprenden será exitoso, incluso una relación personal, “de ahí que recurran siempre a ritos y a prácticas adivinatorias”, afirma Córdoba.

Ese miedo por el futuro hace que para estas personas sea imposible vivir con tranquilidad el presente.

Adriana, ingeniera química de 38 años, dice que durante diez años no pudo dejar de hacerse leer el tarot: “Al comienzo fue curiosidad, luego sentía que necesitaba una lectura antes de tomar cualquier decisión. Preguntaba si me iban a botar del trabajo, si me convenía el hombre con el que salía… En fin, preguntaba sobre el futuro porque soy una persona muy insegura”.

Torres llama la atención sobre el hecho de que las personas que tienen más compromiso espiritual, sin importar la creencia religiosa, tienden a sufrir menos por el futuro, lo cual disminuye su ansiedad; quienes no profesan creencias de ningún tipo muestran, por el contrario, una baja tolerancia a la frustración.

“La espiritualidad –insiste Torres– es un componente importante del ser humano, que va más allá de la creencia en un dios, pues algunos encuentran la misma armonía anímica en el arte, la meditación o la lectura”.

- Consejos para los aficionados a las predicciones Reflexione: no se reproche por el pasado ni se obsesione con el futuro; el primero ya pasó y el segundo nadie puede adivinarlo.

Prudencia: tome con beneficio de inventario lo que le dicen las cartas y los adivinadores. Si hay algo demostrado es que ninguno de esos métodos tienen la verdad revelada.

Entienda: usted es el dueño de su futuro; si se fija metas claras, realistas y trabaja en su realización, lo más probable es que las alcance.

Reoriente: si por alguna razón siente que no cumplirá sus metas, deténgase, analice la situación y reoriente.

Relativice los problemas: observe su dificultad y compárela con otras más serias que tiene o podría tener; se dará cuenta de que no es tan grave como cree.

Reduzca el caos: cuanto menos caótica sea su vida, mayores serán las probabilidades de controlar su futuro. Si planea y reduce los riesgos, las probabilidades de accidentes y de fracasos disminuirán.

- No haga promesas, mejor trace metas realistas Hacer promesas de fin de año es otra costumbre muy arraigada entre las personas.

Cuando las personas basan dichos propósitos en metas realistas, y depositan toda su fe y energía en su cumplimiento, acaban convirtiéndose en profecías autocumplidas, pues es muy probable que se hagan realidad, sin necesidad de recurrir a ritos de ninguna clase.

Los especialistas explican que hacer promesas otorga también cierta seguridad, pues las personas necesitan siempre trazar una pequeña senda y tener un punto de destino hacia dónde dirigirse, aunque sea difuso.

El psicólogo André Didyme-Dôme recomienda no hacer promesas sino aprender a planear el futuro con hechos que puedan definirse en el presente, “por ejemplo, si el otro año quiere ahorrar, abra una cuenta hoy y deposite ya su primer aporte”