Consejos para calmar el dolor de muela a medianoche / Le tengo el remedio

Sábado, 2:00 de la madrugada. El calor es macho. Sin aviso y de manera alevosa una picada que pulsa se instala en la encía de un veraneante, que puede ser usted.

Lo saca del sueño y lo deja sentado en la cama del cuarto de la finca ubicada a dos horas de la civilización.

A tientas busca en el fondo del morral y lo único que encuentra es un repelente y un bronceador. Nada que hacer: lo único que le queda es rogar que amanezca ya.

Aunque lo más fácil sería decirles que prevengan o que vayan al odontólogo, lo que uno quiere saber, en ese momento, es qué hacer. Comparto algunas recomendaciones enviadas por algunos lectores y colegas que saben de eso.
 
Siéntese: cuando uno está acostado la presión de gases y sangre sobre el área adolorida es mayor, porque los flujos disminuyen al igual que los drenajes. Así, las sustancias que producen dolor se acumulan, hay más inflamación y el martirio aumenta. Así que no se quede acostado. Siéntese.
 
Congele: ponga hielo o compresas frías en la parte externa de la mejilla; el frío disminuye la velocidad con la que los nervios conducen el dolor. Algo calma.
 
Distráigase: si piensa en el dolor, lo va a sentir más. Camine; es más, si tiene para dónde, trote suavemente por 25 minutos. Eso hace que las endorfinas, que son unos calmantes naturales, se aumenten y le den una manito.
 
Emborráchelo: dicen que hacer un buche con un licor puro, y mantenerlo por unos segundos en el sitio que duele, hace que la encía absorba algo del alcohol, lo cual 'duerme' un poquito la zona. Ojo: son buches, no tragos.
 
Si no hay trago: diluya una cucharada de sal en un cuarto de litro de agua (un poco menos que una botella de gaseosa), apenas tibia. Haga buches con esta mezcla cada diez minutos.
 
Otra alternativa: a la preparación anterior puede agregarle unas flores de sauco -que las hay en muchos sitios-, una pizca de pimienta y tres cucharadas de vino. Haga buches cada diez minutos.
 
Busque en la cocina: dicen las tías que para calmar ese dolor es bendito masticar unas ramitas de perejil fresco o poner una pequeña cantidad de esencia de clavo o de cebolla directamente en el sitio afectado. También se vale usar hojas de té verde. Pruebe y me cuenta.
 
Manzanilla: aplique sobre la mejilla pañitos de agua de manzanilla tibia. Aseguran que baja la inflamación.
 
Acupuntura: dicen los orientales que frotar hielo en el pliegue que hay entre el dedo índice y el pulgar, de la mano del mismo lado en el que le duele la muela, calma el dolor. Hágalo. Eso es mejor que sentarse a llorar.
 
Por último: estos son consejos para evitar que el dolor se tire su paseo, pero eso sí: vaya al odontólogo apenas pueda para que resuelva el problema de raíz. Le advierto que si el dolor reaparece, no habrá buches que lo calmen. Ah, no está de más que para el próximo paseo empaque unos calmantes.