Colombianos prefieren ir a otro país por medicamentos

 

La burbuja de precios que padece el sistema de salud en el país ha estimulado esta práctica.

Cada mes, José Fernando Calvache, un comerciante de 50 años, coge religiosamente su carro y se desplaza desde el barrio San Ignacio, de Pasto, hasta Tulcán (Ecuador). El objetivo de su viaje –ir y volver le toma unas 10 horas– no es comprar prendas de vestir, cobijas ni comida; Calvache va a adquirir medicamentos por encargo de sus familiares y amigos.

La ruta la inició hace 20 años, tras concluir que, pese a los costos del traslado (alrededor de 60.000 pesos), es más rentable comprar las medicinas en Ecuador que en Colombia.

El comerciante tiene un listado que justifica su periplo: la caja de 30 tabletas de Cozaar, fármaco contra la hipertensión, cuesta en Tulcán 39 dólares (73.000 pesos), mientras que en Colombia vale más de 200.000 pesos; la caja de 30 tabletas de Natrilix, también para la hipertensión, vale allí 17 dólares (32.900 pesos) y aquí cuesta alrededor de 60.000 pesos; la caja de 30 tabletas del antidepresivo Dominium, que aquí vale 92.000 pesos, al otro lado de la frontera cuesta 22 dólares (42.000 pesos).

“Son los mismos medicamentos, de los mismos laboratorios. La diferencia está solo en el precio”, asegura Calvache, quien calcula que el ahorro mensual que obtiene supera el 50 por ciento.

En la frontera con Venezuela se repite el fenómeno. Javier Hernández se desplaza mensualmente de Cúcuta a Ureña (en el país vecino) para comprar las medicinas del tratamiento de restitución de la flora intestinal de su bebé de un año, que no le cubre la EPS. “Por 10 ampolletas de Enterogermina, en una botica de Ureña me cobran 433.000 bolívares, unos 26.000 pesos; mientras que tan solo la unidad en Colombia cuesta 10.000”, explica Javier. El tratamiento del menor también incluye Floratil, cuya caja de 10 sobres de 20 mg tiene un precio de 43.900 pesos en droguerías nacionales; ese mismo fármaco se consigue al otro lado de la frontera a 8.000 pesos, asegura Hernández.

La diferencia no solo se da en este tipo de medicinas; antialérgicos como el Deslorat en jarabe cuesta en una droguería venezolana 9.000 pesos, mientras que en una colombiana vale más de 30.000.

Causas de la carestía

Cruzar la frontera para ahorrar en medicamentos es una consecuencia más de un mal que los expertos tienen sobrediagnosticado: el alto precio de los fármacos en Colombia, que se cuentan entre los más costosos del mundo.

¿Cuáles son las razones de esta burbuja? En primer lugar, la estructura del sistema de salud, que lo ha convertido en una especie de pagador sin doliente.

Los colombianos, en su gran mayoría, reciben del sistema casi todos los medicamentos que requieren (incluso los que no están en el POS, mediante tutela, que son pagados por el sistema de recobros). En otras palabras, el grueso de los ciudadanos recibe medicamentos por esta vía, independientemente del costo, y el sistema paga siempre. Eso mantiene los precios altos.

En el caso de los recobros se ha creado una figura perversa, mediante la cual en muchos casos se formula y se otorga al paciente el medicamento de mayor precio, pues los márgenes que esto deja favorecen a todos los intermediarios de la cadena. Como el Fosyga (es decir, el sistema de salud) paga todo, todo se cobra y a precios a veces excesivos.

Vale anotar además que en Colombia existen muchos medicamentos que, pese a ser de uso común, son monopólicos (como algunos biológicos) o tienen pocos competidores. Dentro de un mercado como éste, el dueño de esas moléculas también fija el precio que quiere.

Todos estos factores hacen que quien requiera un medicamento –bien por fuera del sistema, porque no se lo cubre la EPS, o se está automedicando y no quiere interponer tutelas– tenga que pagarlo mucho más caro que en otros países. Y si ese otro país está apenas a unos pasos, no hay que pensarlo mucho para cruzar a la farmacia del otro lado.

Con asesoría de la Asociación Colombiana de Sociedades Científicas.

Medidas contra los altos precios

El Gobierno ha empezado a tomar medidas para atacar el problema del sobrecosto de los medicamentos. El Ministerio de Salud acaba de expedir una circular que define una metodología para fijar topes máximos en los precios de recobro de más de 100 medicamentos incluidos en el POS, a partir de la comparación del costo de esos fármacos en 17 países. El objetivo de este plan, que empezará aplicarse en los próximos tres meses, es que se moderen los precios y que estas tarifas más bajas se hagan extensivas incluso a medicamentos que están por fuera del sistema.

REDACCIÓN PASTO Y CÚCUTA