Vivir en una ciudad, asistir a un colegio privado, ser hijo de padres
con buen nivel educativo y recibir más horas de clase favorece el aprendizaje
de los niños y jóvenes matriculados en la educación básica y media en Colombia.
Todo lo contrario ocurre cuando los estudiantes son de estratos bajos,
residen en áreas distantes de los centros urbanos o incluso estudian en media
jornada.
Así lo revela un estudio realizado por docentes de las universidades de
Harvard, Los Andes y del Rosario, que analiza la calidad de la educación
colombiana a partir de los resultados que muestran las pruebas Pisa y Saber, y
que señala que las desigualdades
económicas y sociales están generando preocupantes brechas en la calidad de la
educación que
reciben los casi 11 millones de niños de básica y media en el país.
La investigación ‘Calidad de la Educación Básica y Media en Colombia:
Diagnóstico y Propuestas’ fue elaborada por los docentes Catherine Rodríguez,
Darío Maldonado y Felipe Barrera, y financiada por Planeación Nacional, en el
marco de la Misión de Movilidad Social y Equidad en Colombia.
De acuerdo con el estudio, presentado esta semana en un conversatorio organizado por la alianza Educación
Compromiso de Todos, sobre calidad educativa desde los resultados de las
pruebas, mientras en las pruebas
Saber 11, los estudiantes de estrato alto y de colegios privados obtienen en
inglés 65 puntos, en promedio, los de nivel socioeconómico bajo apenas logran
42 puntos.
En el caso de los que viven en zonas urbanas obtienen, en promedio, 306
puntos en lenguaje en la prueba Saber 9, pero sus similares del área rural
alcanzan 274 puntos.
Sin embargo, la docente Catherine Rodríguez, de la Facultad de Economía
de Los Andes, va más allá y dice que el papel de las madres y su nivel de
educación también es determinante en el desempeño del joven.
“Si dos niñas asisten a la misma escuela y tienen
el mismo profesor, el hecho de que una de ellas tenga una madre educada, su
aprendizaje va a ser diferente”, dijo.
Colegios privados jalonan
El docente de la U. del Rosario Darío Maldonado destaca que el país
mejoró sus resultados en las pruebas Pisa 2009 (evalúan a estudiantes de 15
años en 65 países), frente a las de 2006, pero asegura que “los altos puntajes fueron jalonados por
estudiantes de colegios privados, hijos de mujeres educadas y de ciudades más
grandes”.
Mientras estos obtuvieron en promedio 430 puntos en matemáticas y 468
puntos en lectura, los de los públicos alcanzaron 369 y 400 puntos,
respectivamente.
A este panorama se suma que existe una alta
inequidad en las horas de clase que reciben los estudiantes, “factor que puede estar correlacionado
con la calidad de la educación que terminan adquiriendo”, dice el estudio.
La Ley General de Educación establece que la educación pública se debe
ofrecer en una única jornada, pero en la realidad ese esquema solo cubre al 10
por ciento de los estudiantes. En los privados es el 45 por ciento.
Además de las inequidades económicas y sociales, el estudio advierte la
preocupación porque los alumnos con el menor puntaje promedio en las pruebas
Saber 11 son los que ingresan a estudiar una licenciatura.
“Es muy triste pensar que los que están estudiando para convertirse en
los futuros docentes sean hoy los estudiantes con las menores habilidades cognitivas,
y entre más bajo sea el resultado en la prueba Saber 11, más posibilidades hay
de que el joven estudie una licenciatura”, explica Rodríguez.
Aunque la investigación no precisa las regiones donde más se presenta
desigualdad, sí advierte esta situación. Particularmente –según otros estudios– las zonas más afectadas por el conflicto armado.
“Obviamente, la calidad de los docentes, medida por su nivel de experiencia y
educación, es peor en estas zonas”, agrega.
Ministerio dice que ya trabaja en la calidad
La directora de Calidad de la Educación Preescolar, Básica y Media del
Ministerio de Educación, Mónica Figueroa, dijo durante la presentación del estudio
que parte de la brecha en calidad de la educación es la ruralidad y la
dispersión, y que el Ministerio está enfocado en cerrarla.
“Nuestra política educativa está enmarcada en el mejoramiento de la
calidad... Queremos pasar de la transmisión de conocimientos al desarrollo de
competencias básicas y ciudadanas”, agregó.
La funcionaria recalcó que con el programa Todos a Aprender, focalizado
en mejorar los desempeños de los niños de primaria en las áreas de matemáticas
y lenguaje, están llegando a las zonas rurales dispersas. Hoy, cobija a
2’365.000 estudiantes en 22.400 sedes educativas (57 por ciento de la matrícula
oficial).
Respecto a la preocupación de los investigadores
sobre la unificación del estatuto docente, que actualmente se discute con la Federación
Colombiana de Educadores (Fecode), Figueroa reiteró
que el sistema de evaluación a los maestros para el ingreso, ascenso,
reubicación y permanencia se mantendrá, pues este es un punto “innegociable”.
Cambios que
propone el estudio
1. Aumentar la
jornada escolar de 6 a 8 horas diarias, que estén a cargo, por ejemplo, de
instructores del Ministerio de Cultura.
2.Ofrecer cada año 2.500 becas-créditos
para licenciaturas a los estudiantes que demuestren excelencia académica.
3. Conformar
una comisión internacional para evaluar el trabajo de las universidades que
ofrecen licenciaturas en Colombia.
4. Fortalecer y
ampliar de manera periódica el examen de competencias de docentes para que haya
la posibilidad de avanzar en el escalafón docente.
5. Destinar
recursos para la bonificación de docentes que cumplan con indicadores
específicos de calidad y permanencia.
6. Fomentar la
participación privada en la educación básica y secundaria. Puede ser con bonos
o con colegios por concesión.
7. Realizar
pruebas Saber 5 y 9 de forma controlada en todos los colegios y no en una
muestra, para reducir el riesgo de fraude.
8. Los
resultados de las pruebas no queden en la página web
del Icfes sino que se instaure una ley que obligue a
los colegios a publicar en un lugar visible.
9. Más
descentralización, para que los colegios públicos puedan tomar sus decisiones y
que los recursos lleguen directamente a ellos.
10. Fortalecer
programas exitosos, como Paces, PER, bonos para secundaria y subsidios
condicionados a la asistencia y excelencia.
11. Crear la
Superintendencia de la Educación para que reciba las quejas –llegan a las secretarías– y supervise al sector.
ANDREA LINARES
GÓMEZ
REDACCIÓN VIDA DE HOY