Mejorar la calidad de los maestros, transformar sus
prácticas pedagógicas en el aula y volver la profesión docente atractiva,
reconocida y confiable son los retos que tiene el país a corto y mediano plazo.
Así lo afirmó, en entrevista con EL TIEMPO, Andreas
Schleicher, director de indicadores y análisis educativo de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde),
y coordinador del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes
(Pisa, por sus siglas en inglés) durante su participación, semanas atrás, en el
Congreso Mundial de Innovación en Educación (Wise,
por sus siglas en inglés) en Doha (Catar).
Según Schleicher, autoridad mundial en la medición de la
calidad de la educación, los docentes colombianos no les están enseñando a los
niños y jóvenes a ser creativos ni a pensar de forma crítica, falencias que se
observan en los resultados de las pruebas Pisa, administradas por este
organismo.
“Colombia necesita tener profesores de calidad y si
tiene que decidir entre una clase grande con un buen profesor o una clase
pequeña y un profesor mediocre, hay que escoger el buen profesor”, advirtió y
agregó que en el país muchos estudiantes desertan porque no ven que lo que
aprenden les sirve para su propia vida.
¿Cómo califica el
desempeño de los estudiantes en Pisa?
Los resultados del país son bajos… Por un lado, están
los recién graduados que tienen dificultad para encontrar trabajo y por el
otro, empresarios en Colombia que afirman no encontrar trabajadores con las
habilidades que necesitan. Es una especie de discordancia que se puede ver en
los resultados de las pruebas Pisa; allí, los estudiantes colombianos lo hacen
muy bien cuando se trata de reproducir conocimientos específicos, pero lo hacen
muy mal cuando se trata de extrapolar lo que saben, aplicar lo que han
aprendido, sintetizar distintos campos del conocimiento. Estas son habilidades
que están apareciendo y está valorando el mercado laboral, lo cual se convierte
en un desafío para los sistemas educativos. Debe haber coherencia entre lo que
la sociedad está demandando y lo que las escuelas están haciendo.
¿Qué tipo de habilidades,
específicamente?
La capacidad para ser creativos, pensar de forma
crítica, hacer juicios, resolver problemas, comunicarse, colaborar, conectarse,
competir... Y aprender esto es mucho más importante que llenarse de
conocimientos específicos.
A propósito de esto,
¿Pisa medirá nuevas competencias en pruebas futuras?
En el 2009, por ejemplo, evaluamos la capacidad de los
estudiantes de leer digitalmente pues hoy muchos permanecen conectados a un
computador. Y en el 2015, vamos a evaluar la capacidad de resolver problemas de
forma colaborativa. A medida que el mundo va cambiando, Pisa cambia.
¿Qué significa resolver
problemas de forma colaborativa?
La capacidad de resolver problemas en equipo, juntos,
como sucede en el mundo real.
¿Cree usted que la
educación debe formar específicamente en habilidades laborales?
El trabajo es parte de la vida pero no lo es todo en la
vida. Las habilidades le deben permitir a la gente crecer, eso es lo más
importante. Y aunque el mercado laboral es parte de la ecuación no significa
que la educación tenga que exclusivamente preparar para el trabajo. Hay que
preparar para la vida.
Mirando los pobres
resultados de Colombia, ¿debemos cambiar la manera cómo los profesores enseñan?
Absolutamente. Cuando vemos los resultados que tiene
Colombia en Pisa, podemos deducir que los profesores no son buenos enseñando
habilidades para ser creativos. No se trata, solamente, de pararse al frente de
un grupo de estudiantes y enseñarles de la misma forma a todos. El docente
necesita personalizar las experiencias de aprendizaje y darles a los
estudiantes la oportunidad de crear a través de diferentes estrategias. Esto es
un trabajo mucho más demandante.
Pero, ¿cómo personalizar
cuando hay muchos niños por salón de clases?
La educación personalizada no significa tener un número
particular de alumnos por profesor. La respuesta está en cómo los profesores
son capaces de movilizar las experiencias de aprendizaje de sus estudiantes.
Por ejemplo, en Japón, donde hay 40 estudiantes en un salón de clases, se les
observa con frecuencia discutiendo, evaluando, reflexionando; esto es una
experiencia educativa personalizada, pues cada uno aporta sus iniciativas.
Colombia necesita tener profesores de calidad y si tiene que decidir entre una
clase grande con un buen profesor o una clase pequeña y un profesor mediocre,
hay que escoger el buen profesor.
¿Cómo tener mejores
maestros?
Dos cosas. Lo primero, hay que mejorar las condiciones
de trabajo de los docentes, no solo en términos de salario, sino en el sentido
de que su labor tenga reconocimiento público, porque en Colombia ser docente no
es una profesión reputada y esto es un gran problema. Hay que volverla
atractiva. Lo segundo: es un error pensar que el gobierno es el responsable de todo
lo que pasa en el salón de clases y que los profesores no pueden hacer nada.
Hay que confiar más en ellos, darles más autonomía para proponer, para innovar,
para transformar.
Usted ha dicho en varias
oportunidades que es más importante la forma como se priorizan los recursos en
educación que la cantidad que se invierte en el sector, ¿cómo priorizarlos?
Los sistemas educativos con buenos resultados suelen dar
prioridad a la calidad de los educadores más que al tamaño de las clases. Se
aseguran de que cada estudiante acceda a una buena enseñanza, por eso la
importancia de invertir en el fortalecimiento de las capacidades del docente en
el aula… Una forma de que adquieran experiencia para mejorar sus prácticas es
ubicarlos en contextos difíciles que les permitan esforzarse, dar lo mejor de
sí. Es importante que estudien, pero también que se formen en el mundo real, en
un salón de clases, donde puedan mejorar sus habilidades pedagógicas, que son
tan importantes como el dominio del conocimiento de la materia que enseñan.
Finalmente, ¿cuál debería
ser el objetivo de la educación hoy en día?
Darle relevancia a la calidad, asegurándose de que lo
aprenda cada niño le ayude a ser exitoso en la vida. En Colombia, muchos
estudiantes desertan de la escuela pues no ven que lo que aprendan realmente
les sirva para su propia vida.
Desempeño
de Colombia en PISA
Las pruebas Pisa producen indicadores de calidad
educativa y evalúa qué tan preparados están los estudiantes para enfrentar los
retos del futuro. Mide, particularmente, las competencias en lectura,
matemáticas y ciencias. Se aplica a estudiantes de 15 años.
Colombia ha participado en pisa en el 2006 y 2009. Lo
hace como país asociado de la Ocde, pues no es
miembro de este organismo.
En 2009, Pisa evaluó a 470 mil alumnos de 65 países.
El país ocupó el puesto 52 en las pruebas de lectura. En
matemáticas, el puesto 58 y en ciencias, el puesto 54.
ANDREA LINARES
Redacción Vida de Hoy