Codo de tenista, 'viagra', tos y algo más / El médico le responde

Carlos Francisco Fernández, asesor médico de EL TIEMPO.

Las siguientes son algunas preguntas formuladas a esta columna por los lectores. Les recuerdo que no remplazan la consulta médica.

Doctor, me diagnosticaron codo de tenista. Quedé en las mismas, porque no juego tenis. ¿A que se refiere ese diagnóstico? José Acuña (Bogotá)

A ver, José, lo que tiene es en realidad una epicondilitis, que no es otra cosa que la inflamación de la cara externa del codo (la que queda afuera cuando pone las palmas de la mano hacia arriba).

Esta se presenta por hacer esfuerzos repetidos o por usar inadecuadamente los músculos del antebrazo, pues estos se fijan allí, en el epicóndilo. Espero que esta explicación no le resulte más difícil que aprender a jugar tenis.

Mi esposo tiene 56 años y tiene la tensión alta. Hace poco fue al médico, pero no se atrevió a preguntarle si en esas condiciones podía tomar viagra. ¿Usted qué dice, doctor? Carmen H. (Bogotá)

Le tengo una buena noticia: su esposo sí puede usarla, siempre y cuando no tenga al mismo tiempo una enfermedad coronaria, es decir que no esté enfermo del corazón; eso sí les recomiendo que se olviden de la pena y hablen con el médico.

¿Por qué el médico no le formula remedios para la tos a mi hijo de 6 años, que tose y tose? Amparo Mejía (Manizales)

Recuerde que la tos no es una enfermedad sino un síntoma, es decir, indica la existencia de una enfermedad, por lo que sólo desaparecerá cuando el mal que la produce esté curado por completo; además, la tos es el mecanismo que su hijo tiene para eliminar el exceso de moco y flema, y si se tranca el asunto se complica. Así que déle mucha agua, hágale caso al médico y tranquila.

Si dicen que la gripa no tiene tratamiento, ¿entonces que hacen los antigripales? Édgar Velásquez (Leticia)

Estos fármacos sólo alivian los síntomas y permiten que el agripado se sienta mejor durante unas horas. En una pastilla se mezclan varias sustancias a la vez, de tal manera que puedan bajar la fiebre, descongestionar la nariz y parar la moqueadera.

Pero ojo que calmar los síntomas no es desaparecerlos, así que no está de más que aplique también los remedios caseros que se conocen desde los tiempos de las abuelas.

CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ
ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO