Preocupación por uso de
anticonceptivos no certificados por parte de adolescentes
Las
autoridades sanitarias de la ciudad están alarmadas por el incremento del uso
de métodos anticonceptivos no certificados entre adolescentes. El fenómeno se
presenta en menores de edad de todos los estratos.
Lo que dice Profamilia
Según
la última Encuesta Nacional de Demografía y Salud de Profamilia,
la fecundidad de las mujeres adolescentes en el Valle aumentó en un 88% y sólo
un 6% usa el condón en sus relaciones sexuales. Asimismo, se evidenció que las
madres son cada vez más jóvenes, una de cada cinco adolescentes, entre los 15 y
19 años, ya ha sido madre.
La
Secretaría de Salud Municipal actualmente desarrolla campañas educativas en la
ciudad con el propósito de reducir estas prácticas en la ciudad.
El
incremento de métodos anticonceptivos no certificados entre los adolescentes
tiene preocupadas a las autoridades sanitarias de la ciudad que afirman que
estas prácticas se están masificando en Cali.
“Algunos
de estos métodos provienen de las mezclas de culturas de la costa Pacífica y el
centro del país y se arraigan más en los sectores populares. Sin embargo, en
los estratos medios y altos la situación no es ajena y el voz a voz de los
muchachos está sirviendo para que un método validado por 20 personas se
convierta en una verdad”, dijo Nancy Lanzábal,
epidemióloga de la Secretaría de Salud.
Prácticas
como chupar un limón, brincar tres veces después del acto sexual, ponerse de
cabeza, realizarse lavados vaginales con cerveza o soda, o tomarse un vaso de
agua antes y después de las relaciones son los métodos no convencionales
reportados por los jóvenes ante los médicos de la dependencia y que laboran en
los centros de salud.
“Aunque
las cifras de embarazo en las jóvenes adolescentes tienen una tendencia a la
baja, un gran porcentaje de las 4.500 menores que quedaron en estado de
gestación durante el 2010 manifestaron haber empleado estos métodos o por lo
menos han escuchado que su grupo cercano de amigas o familiares los han usado,
en una proporción de cinco entre diez”, señaló el médico de la Secretaría de
Salud Municipal, Manuel Peralta.
Angélica
García, de 15 años, con tres meses de embarazo y quien vive en el barrio La
Flora, es una de las adolescentes que realizó estas prácticas.
“El
rumor se riega entre las peladas del combo, el más popular es el ‘rayadito de
fósforo’ (coito interrumpido) y cuando tenemos sospecha de un posible embarazo
orinamos en un vaso le echamos tres agujas y si salen oxidadas al otro día es
porque hay embarazo”, explicó.
Angélica
agregó que al enterarse de que estaba en estado de gestación compró en una
farmacia la píldora del día después pero la vomitó, “me costó $15.000 y no fue
necesaria formula médica. Una amiga que ya la había comprado me dijo dónde
adquirirla”.
Sexo a edad temprana
Aunque
los indicadores sostienen que el número de las madres adolescentes en Cali ha
descendido en los últimos cinco años, también registran que las niñas y niños
están empezando a desarrollar su actividad sexual a más temprana edad.
“Un
gran porcentaje de las adolescentes embarazadas en la ciudad inician sus
relaciones sexuales desde los 10 años y esto se da por la falta de supervisión
de los padres y la influencia de los medios de comunicación”, advirtió Sandra
Morales, licenciada en educación y técnica de salud del Municipio.
La
pedagoga, quien trabaja con adolescente embarazadas, agregó que todo lo que
tiene que ver con los géneros mu-
sicales que implican un íntimo contacto físico, como
el reggaeton, está estimulando que las relaciones
sexuales se den de una manera más espontánea y desordenada.
“El
agite de la rumba y el ‘perreo’ están llevando a que
se tengan relaciones sexuales sin protección, por eso es necesario que los
padres entiendan que la presencia en la educación de sus hijos es vital”,
concluyó.