Claves para trabajar más a gusto
A
cambio de un empleo fijo, muchos sacrifican movilidad y progreso laboral, lo
que afecta su ánimo y productividad. Hoy se conmemora el Día Mundial de la
Seguridad en el Trabajo.
Según
los resultados del Estudio Global de la Fuerza Laboral, de la consultora Towers Watson, efectuado en 22
países con 22.000 empleados, cerca de la mitad de ellos admiten no estar
comprometidos con su trabajo, porque no se sienten contentos con la actividad
que desempeñan.
A
pesar de eso, dicen no tener la intención de buscar otro empleo, porque saben
que cada vez es más difícil encontrar un trabajo con las mínimas garantías.
Y
es que, de acuerdo con el informe que esta consultora elabora cada dos años,
las personas eligen, ante todo, la estabilidad y seguridad que puede brindarle
una compañía, con un proyecto a mediano o a largo plazo.
El
sacrificio de la movilidad y el progreso acaba haciendo mella en el estado de
ánimo y en el rendimiento de muchas personas, señala el psicólogo Antonio de la
Torre, director del Centro Terapia Humanista (España).
Para
este experto en terapias gestalt y transpersonal, "si la consigna es aplicar al trabajo
aquello de que 'más vale pájaro en mano que ciento volando', el objetivo es
hacer lo posible por estar más a gusto, de lunes a viernes, en el área laboral.
Las siguientes son algunas pautas sugeridas por este y otros expertos:
Cambie
de actitud: sea positivo y empiece a aceptar que realmente puede ser feliz en
su trabajo. Mírese y mire su actual puesto, y en lugar de sufrir porque no
puede escapar hacia otros horizontes laborales, dése
la oportunidad de pensar que, en buena medida, la satisfacción depende de usted
mismo.
No
hay trabajos perfectos: en todas las empresas, como en las familias y en otros
entornos humanos, hay problemas, conflictos personales, favoritismos,
injusticias, órdenes que nadie entiende y errores manifiestos. No permita que
la vida se le vaya tratando de huir de ellos.
Busque
y ponga en marcha actividades que lo gratifiquen y mejoren su entorno: haga
pausas cada hora durante su jornada, respire y haga estiramientos. Ubique un
lugar solo y silencioso en el que pueda refugiarse durante los picos de estrés.
De ser posible, antes de ir a trabajar haga ejercicio para eliminar tensiones,
adecuar el cuerpo y despejar la mente .
Organícese
y priorice: busque la forma más sencilla y eficaz de cumplir con sus tareas: lo
urgente e importante primero. Si siente que la carga es excesiva, busque ayuda
o delegue.
Personalice
su ambiente: decore su espacio con elementos suyos, como plantas; lleve su
música o sus libros favoritos, y escúchelos y léalos durante las pausas.
Póngase
metas: plantearse retos le dará un nuevo brillo a su trabajo; ofrézcase para
formar parte de un nuevo proyecto o dígale a su jefe que está dispuesto a
probar alguna actividad que no se ha desempeñado antes. Si pone en marcha la
imaginación descubrirá un horizonte más amplio y estimulante que el que se veía
hasta ahora.
Ojo
con el tedio o los escapes: no se resigne a la tristeza o a trabajar en forma
automática, tampoco busque válvulas de escape poco saludables, como el consumo
de alcohol o cigarrillo.
Si
siente que no puede más en su trabajo, no tome decisiones apresuradas: haga una
pausa, pida vacaciones y durante ese tiempo piense en soluciones
posibles.
Tragedia
oculta
Juan
Somavia, director general de la Organización
Internacional del Trabajo, aseguró que cada día mueren en el mundo cerca de
6.300 personas (2,3 millones al año) por lesiones o enfermedades relacionadas
con el trabajo. A esto se suman los cerca de 337 millones de accidentes anuales
en el entorno laboral, que generan largas incapacidades.
Al
incalculable costo humano que representa esta tragedia se suma el económico: de
acuerdo con la Organización, el gasto que conlleva la pérdida en días de
trabajo, tratamiento médico e indemnizaciones asciende al 4 por ciento del PIB
mundial anual.
Somavia enfatizó que la crisis
económica y las nuevas dinámicas de trabajo incrementaron, en forma
significativa, los trastornos psicosociales y las
enfermedades derivadas del estrés laboral.
Efe
*Con
asesoría de Juan Vicente Conde, Médico especialista en Medicina del Trabajo.