Claudia, la que ha salvado vidas con su propia sangre

Juan Manuel Jaramillo, sobreviviente de cáncer y beneficiario de la donación de sangre, y Claudia López.

Desde los 18 años, Claudia López, la donante de sangre del año en Risaralda, adquirió este curioso hábito, que hoy practica cuatro veces por año. La Asamblea departamental le rinde homenaje.

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Hoy por hoy, los colombianos son más conscientes de la importancia de donar sangre. Gracias a eso, las 695.921 unidades recibidas el año pasado permitieron, según el Instituto Nacional de Salud, cubrir las necesidades del país.

Esta situación es un buen indicio para la antesala del Día Mundial del Donante de Sangre (se celebra el 14 de junio) y se debe a que las personas adoptaron la donación como un hábito sano y de ayuda desinteresada a los demás.

Es el caso de Claudia López, auxiliar de bacteriología del Banco de Sangre del Hospital Universitario San Jorge, quien, con 33 años, ha donado sangre 45 veces. "Ver que hay poca sangre me motiva a hacerlo y es algo que viene de familia y que hoy inculco a mi esposo y a mi hija", manifiesta.

Desde los 18, López dona cuatro veces al año y con su actitud intenta que el déficit de sangre en su departamento sea inferior a las 500 unidades. Los organismos de salud de Risaralda recolectan un poco más de 1.000 bolsas. Según Javier Darío Marulanda, secretario de Salud Departamental, se necesitan alrededor de 1.500 unidades de sangre al mes para suplir la demanda; sin embargo, a la fecha, el banco de sangre sólo está recibiendo 1.000.

"La sangre no se puede fabricar, tampoco es obligación donarla; siempre se espera que alguien, voluntaria y altruistamente, quiera hacerlo. Este todavía no es un acto frecuente, aunque lo debería ser", manifestó el Secretario.

Claudia explica que las mujeres pueden hacer donaciones cada cuatro meses, mientras los hombres, cada tres. Según ella, su esposo lo hace y su pequeña hija Valeria tampoco les teme a las agujas. Aunque la niña tiene siete años, es consciente de la importancia de este fluido.

"De una unidad de sangre se pueden extraer glóbulos rojos y blancos, plaquetas y plasma, componentes que por separado sirven a pacientes con diversas enfermedades", explica Claudia.

Su gesto noble ha sido exaltado por la Asamblea Departamental de Risaralda, que la distinguió como la mayor donante del departamento.

"El próximo año será otra u otro, pero hoy me siento orgullosa de tener este título y voy a seguir donando cada cuatro meses", aseguró Claudia.

Actitudes como la de Claudia permitieron que personas como Juan Manuel Jaramillo sobrevivieran a una complicada cirugía por un cáncer de riñón. En 1998, un grupo de cadetes de la Policía donó 20 bolsas de sangre para Juan Manuel, cuando él sólo tenía cinco años. Hoy, el joven espera llegar a los 18 y estar totalmente sano para convertirse en otro donante consagrado.

Las donaciones van en aumento

Juan Gonzalo López, director del Instituto Nacional de Salud y cabeza de los bancos de sangre, asegura que Colombia ha crecido hacia una cultura de la donación.

En el 2009, se recibieron 695.921 unidades de sangre, con las que se cubrieron las necesidades de un país donde, por cada donante, se salvan tres vidas, y de una unidad de sangre se obtienen diversos componentes (plaquetas, plasma y factores de coagulación, entre otros), que pueden utilizarse en varios procedimientos.

Según López, el perfil del donante ha cambiado: en el 2002, el 61,8% de la sangre que se recibía era de familiares de los pacientes.

Esto se redujo al 24,3% en el 2009. En contraste, creció el número de donantes voluntarios del 32% de los donantes, en el 2002, a 57%, en el 2009, y el número de quienes donan más de una vez al año.