El país estrena la cirugía
robótica en la clínica Marly de Bogotá
El
cirujano controla, desde una consola, cada movimiento del robot durante el
procedimiento.
El
robot Da Vinci realiza intervenciones mínimamente
invasivas y de alta precisión.
Más
exactos, más armónicos y más delicados: así quiere todo cirujano que sean los
movimientos de sus brazos cuando interviene a un paciente. Y no es sólo porque
operar es, para muchos de estos profesionales, todo un arte, sino porque lograr
tal grado de precisión aumenta las posibilidades de que la recuperación sea más
rápida y menos traumática.
Este es el principal aporte del equipo Da Vinci, un
robot especializado en cirugía que hoy se estrena en Colombia con cuatro
intervenciones en la Clínica de Marly, en Bogotá.
"Esto dará oficialmente inicio a la era de la cirugía robótica en
Colombia", dice con un orgullo inocultable Luis Eduardo Cavelier Castro, médico urólogo y gerente de la Clínica de Marly.
El sistema Da Vinci consta de tres módulos: una
consola ubicada en la sala de cirugía, desde la cual el cirujano controla al
robot; el segundo es el carro paciente, encargado de sostener y de mover los
instrumentos, y el tercero es el carro visión, cuya función es controlar dos
cámaras para que las imágenes sean iguales (esto permite formar una visión
tridimensional del área a operar).
El equipo ofrece una alta seguridad para los pacientes; de hecho, lleva a cabo
alrededor de 1.300 pruebas de software por segundo, que permiten detectar las
discrepancias que puedan presentarse en el campo quirúrgico.
Extensión mejorada del cirujano
Este robot es capaz de reproducir fielmente con sus cuatro brazos los
movimientos que lleva a cabo el cirujano. Sin embargo, gracias a que sus
circuitos filtran hasta los más imperceptibles temblores de la mano, los cortes
son exactos.
Además, quien opera lo hace frente a un visor que le brinda una visión del área
a operar en tres dimensiones, amplificada diez veces.
Manuel Rueda Salazar, director científico y gerente de Litomédica
S.A., asegura que gracias a esas imágenes 3D, "no hay, literalmente,
puntos ciegos para el médico durante la cirugía".
Esa es la razón por la cual médicos que han tenido la posibilidad de operar a
través de Da Vinci lo describen como el sueño de todo
cirujano.
"Los movimientos del brazo robótico son más
precisos, lo que ocasiona el menor daño a los tejidos. Además, los nano y microinstrumentos permiten
trabajar en espacios muy reducidos del organismo", dijo al diario La
Nación Óscar Damia, coordinador general de cirugía
robótica del Hospital Italiano cuando se estrenó el equipo.
Útil en múltiples cirugías
Uno de los procedimientos con los que suelen ejemplificarse los beneficios del
Da Vinci es con las cirugías de cáncer de próstata.
De acuerdo con Cavelier, los pacientes que han sido
operados mediante este sistema robótico presentan una
menor incidencia de disfunción eréctil e incontinencia urinaria, que aquellos
que han sido sometidos a la cirugía convencional.
De hecho, la primera cirugía que se practicará con este equipo hoy es una
extirpación de la próstata (prostatectomía radical).
El equipo a cargo de la intervención estará encabezado por Vipul
Patel, un experto mundial en el tema que ha llevado a
cabo más de 3.000 cirugías de esta clase.
Los especialistas de Marly encargados de la
manipulación del Da Vinci recibieron entrenamiento en
Celebration Hospital, de los Estados Unidos,
considerado uno de los centros de cirugía robótica más importantes del mundo.
Vale aclarar que con el Da Vinci, que en esencia es
un equipo de última generación de cirugía mínimamente invasiva,
es posible llevar a cabo toda clase de procedimientos quirúrgicos.
Cavelier aclaró que la Clínica de Marly
empezará con intervenciones en el área de urología, pero el propósito es ir
ampliando su uso a otras especialidades, como la ginecología, la cirugía
general (bariátrica y laparoscópica
avanzada), la cirugía cardiovascular y la cirugía pediátrica.
El
cirujano lo controla todo
Se
estima que en el mundo ya hay cerca de 2.000 equipos de esta clase, seis en
América Latina: Brasil, Chile, México, Venezuela, Argentina y ahora Colombia.
El Da Vinci adquirido por Marly
puede definirse como un equipo que permite desarrollar cirugías
mínimamente invasivas, asistidas por un robot.
Su tecnología -de acuerdo con Marly- se basa en el
principio de maestro esclavo, pues es el cirujano por medio de sus manos
puestas en la consola quien siempre va a tener control sobre los movimientos
que se hagan durante la intervención.
"Estos se traducen en tiempo real hacia los instrumentos robóticos para llevar a cabo la orden en el campo
quirúrgico", explicó Manuel Rueda.
Su diseño tecnológico es similar al del cuerpo humano: tiene una columna
vertebral, de la que se desprenden cuatro brazos. Los dos brazos centrales
soportan dos cámaras de alta resolución y un endoscopio y los otros dos, que se
asemejan a los del cirujano, sostienen los instrumentos durante la operación.
REDACCIÓN SALUD
CON INFORMACIÓN DE 'LA NACIÓN' DE ARGENTINA, GDA.